El candidato reivindica la pol¨ªtica para controlar a banqueros y ricos
Rubalcaba plantea un giro econ¨®mico a la izquierda que nunca hizo Zapatero - Su proyecto de Espa?a incluye profundos cambios y ayudas a emprendedores
Para la mayor¨ªa de los suyos, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero es el presidente m¨¢s de izquierdas que ha tenido Espa?a desde la recuperaci¨®n de la democracia. La retirada de las tropas de Irak, el matrimonio homosexual, su discurso sobre la memoria hist¨®rica, la ley de dependencia o la enemistad manifiesta de la iglesia espa?ola le convirtieron en una especie de mito de la izquierda europea.
A su lado, el siempre precavido Alfredo P¨¦rez Rubalcaba parec¨ªa un representante del PSOE cl¨¢sico. Y sin embargo, Zapatero nunca pronunci¨®, ni siquiera cuando fue elegido hace 11 a?os l¨ªder del PSOE, ni cuando se present¨® el 25 de junio en Le¨®n como un heredero de Felipe Gonz¨¢lez, un discurso ni de lejos tan rompedor en asuntos fiscales o tan cr¨ªtico con los bancos como el que Alfredo P¨¦rez Rubalcaba desgran¨® ayer en tono suave, pero contundente.
El aplauso al hablar de patrimonio deja claro que quer¨ªan escuchar eso
No todo fue regalar los o¨ªdos de la izquierda. Plantea un proyecto global
En cuestiones econ¨®micas, Zapatero nunca fue muy arriesgado. De hecho, como le critican ahora incluso desde la UGT, en pol¨ªtica econ¨®mica el presidente ser¨¢ recordado en algunos sectores por la idea "bajar impuestos es de izquierdas" o por eliminar el impuesto de patrimonio.
Gaspar Llamazares, exl¨ªder de IU y gran amigo del todav¨ªa ministro del Interior, dec¨ªa ayer en Twitter que Rubalcaba estaba haciendo una "enmienda a la totalidad" a la pol¨ªtica econ¨®mica de Zapatero. No era as¨ª, porque el candidato no reneg¨® del pasado -algo imposible para alguien tan corresponsable del Gobierno en estos siete a?os-, pero s¨ª hubo un claro giro, que se desgran¨® en algunos puntos b¨¢sicos.
Lo hizo con esa habilidad suya para navegar siempre entre dos aguas -su lema de "ambici¨®n y realismo" muestra su estilo de hacer las cosas-, pero el intento de distanciarse de la pol¨ªtica m¨¢s dura del ¨²ltimo a?o era evidente. Y ah¨ª, su salida del Gobierno desempe?a un papel clave que cobra m¨¢s sentido despu¨¦s de escuchar el discurso.
Buena parte estaba dirigido al Movimiento 15-M, que cuenta con enorme simpat¨ªa entre los espa?oles, especialmente en la izquierda. Rubalcaba y el PSOE saben que si no movilizan a ese electorado que dio la victoria a Zapatero en 2004 y 2008 el resultado puede ser catastr¨®fico. Por eso el candidato arranc¨® de ah¨ª toda su reflexi¨®n: "Hay gente que duda razonablemente que los votos sean m¨¢s importantes que los mercados, que es la esencia de la democracia. Gente que cree que la pol¨ªtica ha perdido la batalla. Hay que empezar el discurso por ah¨ª. Hay que decir que los problemas actuales vienen por decisiones que se tomaron desde la pol¨ªtica y deben corregirse desde la pol¨ªtica. Los problemas del mundo son pol¨ªticos, y es la pol¨ªtica la que debe romper este principio de que los beneficios van para unos pocos y las p¨¦rdidas van para todos".
"Los problemas son grandes, pero hay que abordarlos con m¨¢s democracia, no menos, m¨¢s pol¨ªtica, no menos, m¨¢s Europa, no menos como dicen algunos. Dejemos de quejarnos de las agencias de 'rating' americanas y hagamos una europea", insisti¨®.
Aunque todo parec¨ªa pensado estas semanas para ofrecer una especie de despedida digna a Zapatero, que pese a todo sigue siendo el presidente del Gobierno y lo ser¨¢ hasta el ¨²ltimo d¨ªa de la campa?a electoral, la sensaci¨®n de giro era clar¨ªsima no solo por el discurso de Rubalcaba, sino por la reacci¨®n de la militancia. En ning¨²n momento fue tan claro como cuando el candidato habl¨® de recuperar el impuesto de patrimonio pero no tal como estaba dise?ado, sino uno nuevo para gravar "a los que realmente tienen un gran patrimonio, que los hay". El aplauso subi¨® mucho de tono y una mujer le grit¨® "Ah¨ª, ah¨ª, con un par".
No solo buena parte del electorado, tambi¨¦n los cuadros y militantes que hab¨ªan acudido al Palacio Municipal de Congresos, parec¨ªan estar deseando escuchar un planteamiento m¨¢s a la izquierda del habitual. Y sin embargo, no todo el discurso estaba pensado para regalar los o¨ªdos de la izquierda del partido o de los simpatizantes del 15-M. Los datos que ha analizado el PSOE despu¨¦s de la debacle del 22 de mayo indican que en realidad la sangr¨ªa no est¨¢ llegando por la izquierda, sino por un electorado urbano moderado que cree que los socialistas no est¨¢n gestionando bien la crisis.
Buena parte del discurso de Rubalcaba, de su inter¨¦s por plantear reformas profundas de la sociedad para construir las bases de una econom¨ªa competitiva, crear empleo y cambiar el modelo de crecimiento, iba dirigido a esa gente, que el PP conf¨ªa en que est¨¦ abandonando el PSOE para votarles a ellos, hasta un mill¨®n de personas, seg¨²n el CIS.
Rubalcaba incluso sorprendi¨® a su gente con una declaraci¨®n que no fue tan aplaudida, y que es poco habitual en un dirigente del PSOE. "Soy docente y funcionario, y con la legitimidad que me da eso, puedo decirlo", arranc¨® como excus¨¢ndose. "Tenemos un fant¨¢stico sistema educativo, el mejor del mundo... para formar funcionarios. Ahora se trata de formar emprendedores". "Me voy a partir el pecho por los emprendedores, es muy importante, hay que facilitarles el trabajo, si es necesario con una fiscalidad razonable. Hay que ser constantes con ellos. No se les puede pedir resultados a la primera. Hay que apoyarles", remat¨®, y entonces s¨ª hubo aplausos.
Todo el discurso, con varios asuntos de fondo ideados para hacer pensar m¨¢s que para buscar el cierre de filas, quer¨ªa trasladar un proyecto de pa¨ªs completo. No hab¨ªa solo un giro a la izquierda sino tambi¨¦n planteamientos de reforma de todo tipo. Rubalcaba intent¨® ayer por todos los medios convertirse en el centro del debate, ¨¦l y sus propuestas. El PP le obvi¨®, precisamente para evitar eso. Los populares saben que tiene mucho m¨¢s que ganar si el juicio se hace sobre el Gobierno y no sobre el candidato. Y despu¨¦s de este discurso, y de otros, el Ejecutivo seguir¨¢ tomando decisiones impopulares, y los datos econ¨®micos seguir¨¢n siendo malos. Por eso, pese a la novedad pol¨ªtica de un discurso rompedor, el PP segu¨ªa ayer muy tranquilo.
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