59 fusilados sin nombre enterrados por los barrenderos del pueblo

Una intensa semana de trabajo escarbando en la tierra ha desenterrado en el paraje conocido como La Legua, en Gumiel de Iz¨¢n (Burgos), una cordillera de cuerpos de m¨¢s de 30 metros de largo, la extensi¨®n de una fosa donde quedaron al aire, 75 a?os despu¨¦s de haber sido enterrados, 59 esqueletos sin nombre.

El forense Francisco Etxeberria, coordinador de la exhumaci¨®n, cuenta que las v¨ªctimas fueron arrojadas y amontonadas en esta zanja en seis tandas. A algunas las mataron all¨ª mismo. "Hemos encontrado vainas de fusil y balas rotas junto a los huesos rotos sobre los que impactaron. La mayor¨ªa de los cr¨¢neos tienen agujeros de proyectil...". A los asesinos no les dio tiempo a matar a todos los que quer¨ªan, porque esta fosa estaba preparada para albergar a¨²n m¨¢s cuerpos. Los ¨²ltimos 10 metros de zanja est¨¢n cavados, pero vac¨ªos. "Hab¨ªan hecho sitio libre para m¨¢s", a?ade el forense.

"Mi abuelo segu¨ªa vivo y les pidi¨® agua. Le mearon en la cara y le remataron"

"Es una fosa muy preparada", explica el investigador Jos¨¦ Ignacio Casado, de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica. "Los cuerpos estaban cubiertos con cal. Los enterraban los barrenderos de Aranda de Duero, seg¨²n nos ha contado gente del pueblo, despu¨¦s de robarles lo que llevaran de valor. Algunos vecinos recuerdan verles pasar con prendas de los desaparecidos".

Pese a todo, entre los huesos han aparecido algunos objetos convertidos hoy en valios¨ªsimas pistas para identificar a sus due?os. Como las canicas halladas al lado de los restos de dos muchachos de 18 a?os; el cors¨¦ ortop¨¦dico que Fernando Lorente conf¨ªa en que sea el de su abuelo, Fernando Macario Mart¨ªnez, maquinista en la estaci¨®n de Aranda de Duero. "Hab¨ªa participado en algunas manifestaciones de UGT y al estallar el golpe militar huy¨® al monte. Le dijeron que pod¨ªa volver y lo hizo. Le detuvieron enseguida". No fue una muerte r¨¢pida. "Parece ser que mi abuelo no fue bien fusilado. Al d¨ªa siguiente de dispararles, los asesinos volvieron al sitio donde los hab¨ªan tirado y mi abuelo, que segu¨ªa vivo, les pidi¨® agua. Le mearon en la cara y despu¨¦s le remataron. Esto lo s¨¦ porque, por lo visto, los asesinos fueron luego pavone¨¢ndose por el pueblo de la haza?a".

Junto a los huesos tambi¨¦n ha aparecido un crucifijo de 10 cent¨ªmetros, de los que se colgaban al cuello, que hace pensar a Casado que el esqueleto que tiene al lado pertenece al franciscano Emiliano Mar¨ªa Revilla, detenido por un grupo de falangistas el 29 de julio de 1936 en su pueblo burgal¨¦s, Revilla Vallejera, por ser considerado "un cura rojo que denunciaba el hambre y la miseria de los campesinos". El padre Revilla fue llevado hasta la prisi¨®n central de Burgos. Sali¨® de ella con otras 13 personas en una saca el 4 de septiembre de ese a?o. En 1950 le dieron oficialmente por muerto.

De momento, todo, salvo la aplastante evidencia de esos 59 esqueletos agujereados por las balas, es una hip¨®tesis. Queda por delante un largo trabajo en los laboratorios de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y la Aut¨®noma de Madrid. Tambi¨¦n para los investigadores Jos¨¦ Ignacio Casado y Jos¨¦ Mar¨ªa Rojas, que han de buscar a los familiares de estos esqueletos sin nombre y averiguar si esta es, en efecto, la famosa "fosa de los ferroviarios" que llevan a?os buscando.

"Solo el 18 de agosto de 1936 se dice que fueron asesinados 60 ferroviarios afiliados en su mayor¨ªa a los sindicatos UGT y CNT", explica Casado. "En Aranda de Duero", a?ade Rojas, "siempre se hab¨ªa hablado de una fosa donde podr¨ªan estar enterradas alrededor de 50 personas, casi todos ferroviarios. Esta coincide por el n¨²mero y porque el cors¨¦ puede pertenecer a uno de ellos. Si no es esta, es probable que la construcci¨®n de la autov¨ªa en los a?os ochenta se llevara esos cuerpos por delante".

Un hombre llamado Domingo, que fue concejal y m¨¢s tarde juez de paz de Gumiel de Iz¨¢n, se?al¨® este lugar donde han sido desenterrados 59 cuerpos. La fosa ha aparecido a apenas 300 metros de otra en la que Etxeberria y su equipo desenterraron en 2003 a otras 85 v¨ªctimas. Seg¨²n Casado, "solo en la franja conocida como la Ribera del Duero burgalesa fueron asesinadas en el verano de 1936 cerca de 700 personas".