La felicidad en un chut
Unos 15.000 chavales rememoran en el estadio Vicente Calder¨®n, con Melendi y Dani Mart¨ªn, la noche en que Espa?a gan¨® el Mundial de F¨²tbol
La felicidad: esa sensaci¨®n fugaz e inaprensible que acontece con periodicidad decreciente. Laura, una chavala grandullona de 23 a?os, percibi¨® el inconfundible cosquilleo de la euforia hace justo 52 domingos, chapoteando en una fuente p¨²blica de Valdemoro. Un cuarto de hora antes, Andr¨¦s Iniesta (ese muchacho blanquito y menudo al que no se le conocen detractores) hab¨ªa cruzado el bal¨®n junto al palo derecho de Stekelenburg, el portero holand¨¦s, y Espa?a se hab¨ªa proclamado campeona del mundo de f¨²tbol por primera vez. Y Laura, que durante los 120 minutos de juego hab¨ªa acabado con su reserva de u?as y latas de cerveza, se dej¨® llevar por el j¨²bilo acu¨¢tico. "Hab¨ªa quedado con mis compa?eros del m¨¢ster de Turismo", relata, "y aquello se convirti¨® en una competici¨®n de camisetas mojadas. Se desinhibieron hasta los m¨¢s t¨ªmidos. Fue un momentazo muy lindo".
Tan aficionados como somos todos a las onom¨¢sticas, ayer era casi imposible sustraerse al primer aniversario de aquel chut inolvidable, del beso entre Iker y Sara, de los bigotes sonrientes de un entrenador que todav¨ªa no era ni tan siquiera marqu¨¦s. Por eso, ayer Laura no se aguant¨® las ganas, como otros 15.000 j¨®venes, de acercarse por el Vicente Calder¨®n para conmemorar aquella noche de gloria. L¨¢stima que el f¨²tbol, como cualquier gran pasi¨®n, se lleve mal con las sensaciones diferidas. Algunos se sintieron rid¨ªculos coreando los goles del Mundial que ofrec¨ªan las pantallas gigantes. Y la unidad de La Roja resiste mal a las rencillas ligueras: hubo acentuada divisi¨®n de opiniones en la grada cuando V¨ªctor Vald¨¦s, el portero del Bar?a, emergi¨® en una grabaci¨®n agradeciendo a los hinchas "que estuvi¨¦ramos todos juntos".
La chavalada rescat¨® del armario sus mejores galas balomp¨¦dicas, mientras la marca de autom¨®viles patrocinadora aportaba los aplaudidores, esos globos alargados que sirven para armar ruido o, en un momento dado, emular a Obi-Wan Kenobi. La organizaci¨®n hab¨ªa bautizado la velada, con esa tendencia tan futbol¨ªstica a la hip¨¦rbole, como "Aniversario del d¨ªa m¨¢s feliz de tu vida". Solo que en toda la carteler¨ªa figuraba "feliz" con una rotunda tilde en la "i", qui¨¦n sabe si porque hicieron novillos el d¨ªa que ense?aban ortograf¨ªa o porque la felicidad, como todo, es m¨¢s intensa cuando se acent¨²a.
La fiesta, de intensidad muy fluctuante, comenz¨® hacia las 20.15, cuando los saltarines Capit¨¢n Canalla perpetraron una versi¨®n de Y viva Espa?a entre baturra y bisbalera. No ser¨ªa la ¨²nica exhibici¨®n de repertorio selecto: de seguido nos suministraron la consabida A por ellos. Y los pechos se hincharon de esp¨ªritu patri¨®tico al tiempo que las pituitarias se impregnaban de ese abono f¨¦tido que anoche dominaba la atm¨®sfera del Calder¨®n.
Y los grupos desfilaban con sus consignas futboleras. Despistaos dedicaron su actuaci¨®n al Guadalajara, que acaba de lograr el ascenso a Segunda, mientras ?lvaro Benito desafinaba al frente de Pignoise con el desparpajo de quien se sabe guapo y exfutbolista del Madrid. "El a?o que viene volvemos a ganar la Eurocopa", pronostic¨®. Peor lo pas¨® el DJ Brian Cross, que se tir¨® tres minutos toqueteando su mesa de mezclas sin que se escuchara una triste nota. "Si quieres subo con mi m¨®vil y te echo una mano", le grit¨® un chaval.
Para cuando sali¨® Melendi, a las 10, muchos hab¨ªan abandonado ya la fr¨ªa grada y revoloteaban por lo que un d¨ªa fue c¨¦sped. El asturiano, con gorrita negra y camiseta de tirantes, se centr¨® en su ¨²ltimo disco, Volvamos a empezar. Pero las pasiones no se desataron definitivamente hasta que el atl¨¦tico Dani Mart¨ªn, cual Fernando Torres en moreno, salt¨® al escenario con Mira la vida, quintaesencia de su perfil de malote tierno y sentimental.
Un total de 15 canciones m¨¢s tarde, con 16 a?itos, ya est¨¢bamos a 11 de julio. Como aquel otro 11 en que, chut de Andr¨¦s mediante, fuimos ef¨ªmeramente felices.
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