En defensa de la sanidad p¨²blica

La sanidad p¨²blica, universal y gratuita es de los pocos mecanismos de distribuci¨®n de la riqueza y de equidad que nos quedan, mientras sea sufragada por los impuestos, ya que se supone que las rentas m¨¢s altas pagan m¨¢s impuestos. Si la sanidad p¨²blica pasa a ser pagada por los enfermos, adi¨®s equidad, desaparece el elemento de solidaridad que unifica algo la sociedad y si fuera as¨ª lo que sobrar¨ªan en esta sociedad ser¨ªan los pol¨ªticos incapaces de hacer algo por ella.

Como trabajador de la sanidad p¨²blica, antes que recortes aconsejar¨ªa alguna medida que aumentara la eficiencia y redujese los costes; he observado que cuando existe un est¨ªmulo la eficiencia de los mismos trabajadores se multiplica, y supongo que los gestores tambi¨¦n est¨¢n al tanto de ello, por tanto con una gesti¨®n honrada y eficaz se podr¨ªa mejorar la calidad ahorrando en costes. Desde luego habr¨ªa que dejar de tolerar algunas conductas abusivas, como que en horario pagado por la sanidad p¨²blica se trabaje en la sanidad privada.

El mayor ahorro que est¨¢ por hacerse es en la gesti¨®n del medicamento. Los gestores de la sanidad p¨²blica han renunciado a ella (a excepci¨®n del medio hospitalario), y por tanto no puede hacer concursos ni negociar directamente con los laboratorios y fabricantes para abastecerse de los f¨¢rmacos que luego s¨ª paga, perdiendo en ello varios miles de millones de euros anualmente.