Muchos nubarrones sobre el nuevo panorama pol¨ªtico
Basaguren: "Bildu se arriesga a emborracharse con el 22-M" Innerarity: "La democracia se aprende cambiando h¨¢bitos"
Pregunta. Desde el 22-M, ?en qu¨¦ ha cambiado el panorama pol¨ªtico, y en qu¨¦ medida puede variar la relaci¨®n de fuerzas entre el nacionalismo y el no nacionalismo?
Alberto L¨®pez Basaguren. Lo realmente nuevo es que una parte importante de la sociedad vasca parece que se ha encerrado en la ilusi¨®n de que por la v¨ªa de la vuelta de la izquierda abertzale al panorama pol¨ªtico-electoral, aqu¨ª se puede dar carpetazo, de repente, a muchos a?os de historia. Es una ilusi¨®n vana, y el tiempo as¨ª lo demostrar¨¢, porque, al final, no se van a poder eludir las cuestiones que se plantean en este nuevo panorama.
Daniel Innerarity. Hay dos temas que siguen sin ser abordados. Por un lado, el del gran fracaso hist¨®rico de ETA, y eso se va a replantear tarde o temprano, cuando se diga que "el rey estaba desnudo". Se diga, que esto ha sido un tr¨¢gico error, que no ha servido para nada, y que ha tenido unas consecuencias tremendas en da?os personales, en v¨ªctimas que tienen que ser recordadas y ser reparadas en la medida de lo posible. Esto persistir¨¢ como sigue pasando con el franquismo. Si las heridas pol¨ªticas o criminales no se cierran con acuerdos justos e integradores, estas vuelven a surgir.
"Si las heridas pol¨ªticas no se cierran con justicia vuelven a salir"
"Las pol¨ªticas frentistas no funcionan, m¨¢s bien al contrario"
"Se corre el peligro de dar carpetazo a muchos a?os de tr¨¢gica historia"
"La pelea por el liderazgo en el nacionalismo es un problema crucial"
A. L. B. Bildu ha superado todas las previsiones. Por una parte, por el voto joven muy importante en ese triunfo, y por otra, por el voto que no ha sabido mantener el PNV en gran medida. Y eso plantea un problema de futuro crucial, que es la pelea por el liderazgo dentro del mundo nacionalista. M¨¢s all¨¢ de la estabilidad institucional, m¨¢s all¨¢ de los proyectos de pa¨ªs, eso va a condicionar, para mal, el futuro en la medida en que una parte muy importante del PNV parece que tiene claro que su prioridad inmediata es precisamente esa. Adem¨¢s, con la apuesta que han hecho los diferentes partidos, se da un resultado que es muy preocupante, y que se traduce en gobiernos d¨¦biles. Y en una situaci¨®n de enorme crisis como en la que estamos, el pa¨ªs lo va a pagar muy seriamente.
D. I. Es verdad que dentro del mundo nacionalista se abre una etapa de incertidumbre y de batalla por el liderazgo pol¨ªtico. De todas maneras, esa batalla, que depende de c¨®mo se resuelva, ir¨¢ a favor del fortalecimiento de las instituciones o en su debilitamiento. Por otro lado, si el PNV, en esa batalla por el liderazgo del mundo nacionalista, no se instala en el eje de "ser m¨¢s radical", y apuesta por un modelo de pa¨ªs diferente del de la izquierda abertzale, m¨¢s integrador, y m¨¢s abierto; eso puede tener una repercusi¨®n de fortaleza institucional, y no necesariamente de debilidad.
P. ?A qu¨¦ nuevas responsabilidades se enfrentan los principales partidos?
D. I. A Bildu se le ha dado la responsabilidad para gestionar su propia incorporaci¨®n a la vida democr¨¢tica sin la tutela de ETA, y por tanto llegar a la definitiva desvinculaci¨®n de ETA. Al PNV se le ha puesto ante la necesidad de clarificar su discurso, y probablemente se ha demostrado que en aquellos espacios pol¨ªticos en los que el PNV ha tenido un discurso integrador, abierto, y capaz de ocupar la centralidad en el sentido, no ideol¨®gico, sino de capacidad de pactar con los diferentes agentes, el resultado ha sido bueno. Y al PSE, una vez comprobado que su pretensi¨®n de extender el pacto llamado constitucionalista al resto de las instituciones no ha sido posible, y ha resultado un fracaso, es ver, ahora, si vuelve a un tipo de reconstrucci¨®n del eje central de este pa¨ªs que ha pasado siempre por integrar las dos grandes tradiciones pol¨ªticas en el autogobierno. Los temas que tienen que ver con la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica, con el autogobierno, con el tratamiento de las v¨ªctimas, con algunas grandes infraestructuras, etc. requieren esas mayor¨ªas.
A. L. B. Adem¨¢s de la debilidad del actual Gobierno vasco, me parece que los resultados electorales ponen de manifiesto un problema muy grave de dispersi¨®n territorial pol¨ªtica, o de dispersi¨®n pol¨ªtica por Territorios del Pa¨ªs Vasco. Eso probablemente es un fracaso de todos, pero especialmente del nacionalismo, que ha sido incapaz de lograr una integraci¨®n m¨¢s homog¨¦nea de Euskadi por territorios.
P. Aunque la confrontaci¨®n es mucho m¨¢s real a nivel pol¨ªtico que a nivel de sociedad, ?existe el peligro de que volvamos a los dos frentes?
A. L. B. Socialmente, se han mostrado dos Euskadis diferentes que luego se plantean en el ¨¢mbito institucional. Estamos en una encrucijada hist¨®rica como probablemente hac¨ªa mucho tiempo no viv¨ªamos. Bildu tiene sus propios problemas, y parece que lo que quiere resolver es el tema de los presos. La cuesti¨®n es saber si el resto de los partidos le va a dejar que lo haga a su modo. El PNV va a querer resolver el problema de la pelea por la hegemon¨ªa dentro del mundo nacionalista, y PSE, no s¨¦ si es consciente, pero tendr¨¢ que resolver el problema de configurarse como un referente suficientemente aut¨®nomo desde el punto de vista pol¨ªtico. En la resoluci¨®n de esos tres dilemas respectivos vamos a consumir unos a?os, que van a ser, en gran medida, perdidos para el pa¨ªs.
D. I. Con respecto a los frentes, lo que han mostrado estas elecciones es que las pol¨ªticas frentistas no funcionan, m¨¢s bien al contrario. Debilitan a los partidos que las proponen. El PSE y el PNV salieron fortalecidos de la experiencia de los largos a?os de Gobierno de coalici¨®n.
A. L. B. Fortaleci¨® al PNV.
D. I. Y tambi¨¦n al PSE.
A. L. B. El PSE electoralmente se fue desinflando.
D. I. No estoy de acuerdo con eso. El PSE ten¨ªa la fuerza que ten¨ªa, y despu¨¦s obtuvo buenos resultados con Zapatero. El PSE ha hecho una mala y negativa lectura de su experiencia de Gobierno de coalici¨®n. Ah¨ª est¨¢ el origen de muchas cosas que nos pasan en el pa¨ªs, como la de la curiosa aventura de iniciar un gobierno en minor¨ªa, con el PP. Los frentes, sean de un signo u otro, no sirven para abordar ninguna gran cuesti¨®n. Sin embargo, en esto no soy nada pesimista, porque creo que en la sociedad vasca hay unos mecanismos de fondo de resistencia que hacen frente a todos los intentos de imposici¨®n de un planteamiento unilateral. Esto vale para un caso y para otro.
P. Bildu, desde el principio, est¨¢ marcando la agenda pol¨ªtica, y a su vez, dando pasos inquietantes como en Andoain o Elorrio en donde s¨ª se ve la necesidad de aprendizaje de la democracia. Como Manuel Irujo le dijo a Dionisio Ridruejo en el famoso Contubernio de M¨²nich, ?podemos citar eso de "los conversos a la cola?".
D. I. Toda la incorporaci¨®n de ese grupo de gente a las instituciones les plantea problemas fundamentales. Por un lado, una cultura pol¨ªtica en la que no estaban habituados -tambi¨¦n en buena medida en virtud de la expulsi¨®n que les hab¨ªa obligado la Ley de Partidos, manteni¨¦ndoles en una cultura parapol¨ªtica- y de repente, ahora, entran en la pol¨ªtica como tal. Y eso es algo que, efectivamente, se aprende, y que requiere un cambio de h¨¢bitos. De c¨®mo gestionen esa transformaci¨®n de una cultura parapol¨ªtica a una cultura propiamente pol¨ªtica, y de c¨®mo gestionen el principio de la realidad que nos impone a todos los mortales, el tener que hacer concesiones y llegar a compromisos, depender¨¢ de que esto evolucione de manera positiva o no.
A. L. B. Parece que nos hemos olvidado de como hac¨ªa pol¨ªtica Batasuna, y de las barbaridades que se atrev¨ªa a decir desde las instituciones antes de su ilegalizaci¨®n. Hay que precisarlo. Bildu tiene el riesgo de emborracharse con los resultados electorales, pensando que como ha demostrado tal fortaleza electoral, ya es intocable. Desde luego, las se?ales a las que te refer¨ªas y que Bildu ha venido dando, son lo peor que pod¨ªamos esperar. Quiere decir que no han interiorizado que no se puede hacer determinado tipo de pol¨ªtica, qu¨¦ aqu¨ª el problema no son los escoltas los que dan sensaci¨®n de inseguridad a una parte de la poblaci¨®n, sino la falta de desaparici¨®n de ETA. Me da la impresi¨®n que Bildu puede cometer un gran error. Y por bien de todos, y en primer lugar por ellos mismos, tienen que dar se?ales radicalmente diferentes. Si no, vamos por muy mal camino.
D. I. El gran apoyo popular que ha tenido Bildu est¨¢ vinculado a una enorme expectativa. Una expectativa fr¨¢gil, en buena medida, porque no depende solo de Bildu, sino del Gran Hermano (ETA), que puede trastocarla. Pero, tambi¨¦n, de que Sortu realice una serie de pasos en una determinada direcci¨®n, con coherencia, y con esa expectativa que ha sabido generar en la sociedad. Eso no es un capital pol¨ªtico asegurado como quien tiene un patrimonio para toda la vida.
Daniel Innerarity
Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Pol¨ªtica y Social, investigador de Ikerbasque en la UPV y director del Instituto de Gobernanza Democr¨¢tica de San Sebasti¨¢n. Doctor en Filosof¨ªa, ampli¨® sus estudios en Alemania, Suiza e Italia. Ha sido profesor invitado de diversas universidades europeas y americanas. Entre sus ¨²ltimos libros cabe destacar ?tica de la hospitalidad.
Alberto L¨®pez Basaguren
Alberto L¨®pez Basaguren (Basauri, 1957) es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional e Historia de Teor¨ªa Pol¨ªtica de la UPV y miembro asesor del Euskera. Es tambi¨¦n profesor de la facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicaci¨®n. Participa a menudo en diversos foros nacionales e internacionales, y es habitual colaborador de diferentes publicaciones como Les Temps Modernes o Cuadernos de Alzate.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.