Contra el secuestro de la pol¨ªtica por la econom¨ªa

El poder pol¨ªtico se erige como soberano y se constituye en ejecutivo, legislativo y judicial. Para prevenir que ninguno de estos poderes domine los dem¨¢s, se crea un sistema de controles y contrapesos que adopta formas muy diversas en funci¨®n de la tradici¨®n social y pol¨ªtica de cada pa¨ªs. Que dicha separaci¨®n sea efectiva debiera garantizar al ciudadano que quien gobierne no lo haga legislando para los suyos, o quien legisla no lo haga suplantando la voluntad de un Gobierno, o que cuando se produce una ilegalidad esta pueda ser juzgada con independencia de qui¨¦n sea objeto de acusaci¨®n por un delito.

Hay otro poder, el econ¨®mico, que no es democr¨¢tico, que no se somete a controles, y que goza de una alta capacidad de influencia sobre el poder pol¨ªtico. En los tiempos que corren, esta evidencia se ha hecho tan palpable como insoportable. Hoy por hoy no hay ninguna instituci¨®n democr¨¢tica que pueda o sepa contrarrestar el mantra de que no hay alternativa a las soluciones del capital, o lo que es lo mismo, vivir mejor solo es posible como sin¨®nimo de riqueza material.

Los indignados han hecho propuestas de cambio, hay partidos en Espa?a que ya incorporaban en sus programas la mayor¨ªa de ellas, pero no habr¨¢ un cambio real y profundo en Espa?a y en el entorno capitalista si no nos decidimos a actuar contra el secuestro de la pol¨ªtica por la econom¨ªa. Hasta que no haya una separaci¨®n material de poderes entre los constituidos y soberanos frente a los desp¨®ticos e ileg¨ªtimos, no evitaremos que los sistemas de gobierno respondan a las necesidades del capital y no a la aspiraci¨®n ilustrada de los ciudadanos.