La hermosa justicia de Clarke
El norirland¨¦s gana su primer grande a los 42 a?os y se lo dedica a Seve - El mejor Sergio Garc¨ªa remonta y es noveno
A veces un t¨ªtulo esconde mucho m¨¢s que una copa. De repente, fue como si la victoria de Darren Clarke en el Open Brit¨¢nico pusiera en su sitio muchas piezas. El primer triunfo en un grande para este norirland¨¦s de 42 a?os, la dedicatoria, por fin, a su mujer fallecida en 2006 por un c¨¢ncer de pecho, el abrazo con Mickelson, el homenaje a Severiano Ballesteros... Todo encaj¨®.
Nadie hab¨ªa esperado nunca tanto para ganar un Open. En su vig¨¦sima participaci¨®n, Clarke levant¨® la jarra de plata con la ilusi¨®n de un ni?o. Quien ten¨ªa el micr¨®fono pidi¨® entonces un aplauso para Severiano Ballesteros. La grada del hoyo 18 se puso en pie para recordar una vez m¨¢s al campe¨®n. Seguramente no hubiera podido haber mejor escenario que una tarde lluviosa del Brit¨¢nico, con el sol escondi¨¦ndose y la llovizna cayendo, para ovacionar a Seve. Ten¨ªa que estar nublado, claro. Clarke levant¨® tambi¨¦n la vista a las grises nubes. "Se lo dedico a un hombre muy especial que me est¨¢ viendo desde arriba. Nunca ha habido un jugador tan excitante", dijo. Luego honr¨® tambi¨¦n a su mujer, fallecida hace cinco a?os, esa clase de suceso vital que transforma a una persona. Clarke se olvid¨® del tabaco, el alcohol y los gastos, cre¨® una fundaci¨®n ben¨¦fica y se convirti¨® en un hombre nuevo. Los jugadores europeos le arroparon en la victoria de la Ryder de entonces. Entre ellos Jim¨¦nez.
Nadie hab¨ªa esperado tanto para ganar. Era la vig¨¦sima participaci¨®n del jugador
Los siete primeros hoyos de El Ni?o fueron una maravilla de precisi¨®n. Lleg¨® tarde
Cinco a?os despu¨¦s, Clarke cerr¨® el c¨ªrculo ayer como un hombre en paz consigo mismo. Record¨® a su mujer, y a Seve. Se convirti¨® con 42 a?os y 337 d¨ªas en el ganador m¨¢s veterano de un grande desde Ben Crenshaw en el Masters de 1995 (43 a?os y 88 d¨ªas). Y apuntal¨® el estado de gracia norirland¨¦s. Tres de los ¨²ltimos seis ganadores de un grande (Graeme McDowell, Rory McIlroy y Clarke) son de esa nacionalidad. Su m¨¢nager, Chubby Chandler, deber¨ªa contar el secreto.
Con su andar pesado, su gesto serio, tremendamente tranquilo, Clarke mantuvo el pulso en la ¨²ltima jornada del Open. Resisti¨® el acecho de Mickelson, que en los siete primeros hoyos baj¨® cinco golpes del par, y que apretaba para devolver a Estados Unidos un grande que se resiste ya en seis torneos consecutivos, la peor racha yanqui de la historia. El eagle en el siete de Mickelson fue respondido con la misma moneda por Clarke. La bola entr¨® suave, sin prisas, pareci¨® incluso que danzando. As¨ª jug¨® Clarke, como un bailar¨ªn. Sab¨ªa que el golf le deb¨ªa una y que hab¨ªa llegado su momento. Amenaz¨® el viento, y las famosas duchas del Open, minitormentas impredecibles. Clarke estaba preparado para todo. Fue uno de los ¨²nicos cuatro jugadores que acabaron bajo par en un torneo para sufridores. Seguramente le sirvieron los consejos que la noche anterior le hab¨ªa mandado el mism¨ªsimo Tiger Woods por el m¨®vil. "S¨ª, me hicieron el juego m¨¢s f¨¢cil", admiti¨®. Y al final se abraz¨® con Mickelson, cuya mujer tambi¨¦n sufri¨® c¨¢ncer.
"Se merec¨ªa un grande. Siempre ha sido un gran jugador", dijo Jim¨¦nez sobre Clarke. El Pisha sufri¨® un colapso. De repente, perdi¨® toda su flema, le comieron "las ansias" y empez¨® a engordar la tarjeta. Un triple bogey en el cuatro le mat¨®. "No he toreado el toro", resumi¨®, finalmente 25?, siete golpes sobre el par. Entre Jim¨¦nez, hundido el ¨²ltimo d¨ªa, y Sergio Garc¨ªa, perdido el tercero, se escurri¨® entre los dedos la posibilidad de un nuevo grande espa?ol. Son 12 a?os en blanco, y en este Open, fuera de juego muchos favoritos, la pel¨ªcula invitaba a un final feliz. "Otra vez ser¨¢. A ver lo que depara el destino", cerr¨® El Pisha.
El resbal¨®n espa?ol escuece m¨¢s despu¨¦s de ver el juego de Sergio Garc¨ªa en el cierre del torneo. Sus siete primeros hoyos de ayer fueron una maravilla de precisi¨®n. El Ni?o jugaba con el comp¨¢s, desde el tee, en las calles y en el green. Mientras charlaba y re¨ªa con McIlroy, conect¨® golpes de genio, como un putt largu¨ªsimo en el cuatro. Pero lleg¨® tarde. El fr¨ªo le hab¨ªa congelado en la tercera ronda, cuando no se puede fallar, y un doble bogey en el ocho acab¨® con lo que se daba. "Pero estoy orgulloso", dijo. Por juego, es para estarlo. Sergio est¨¢ fino. Despu¨¦s de ser s¨¦ptimo en el Abierto de Estados Unidos, se despidi¨® noveno del Open. Desde 2006 (quinto en el Open y tercero en el PGA) no enlazaba dos puestos consecutivos entre los 10 mejores en un grande. Y ya son 17, con solo 31 a?os, clasificaciones en el top ten de un major. Solo le queda el ¨²ltimo paso. El definitivo.
Clarke lo dio ayer. A los 42 a?os. Nunca es tarde para ser grande.
Clasificaci¨®n: 1. D. Clarke (Irl. del N.), 275 golpes, cinco bajo par. 2. P. Mickelson (EE UU) y D. Johnson (EE UU), 278. 4. T. Bj?rn (Din.), 279. 5. C. Campbell (EE UU), A. Kim (EE UU) y R. Fowler (EE UU), 280. 9. S. Garc¨ªa, 282. 25. M. ?. Jim¨¦nez y R. McIlroy (Irl. del N.), 287. 30 P. Larraz¨¢bal, 289.
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