La autonom¨ªa, en femenino
Solo tres mujeres ocuparon esca?o en el primer Parlamento gallego
Tres mujeres. Solo tres. De los 71 esca?os del primer Parlamento de Galicia, 68 pertenec¨ªan a varones. Adem¨¢s, las pocas luchadoras que se embarcaban en la pol¨ªtica, ten¨ªan que afrontabar comentarios como "no te enfades, mujer, que est¨¢s menos guapa", que ellas reduc¨ªan a mera an¨¦cdota. Mar¨ªa del Carmen Lovelle Al¨¦n, una de las pioneras, escuch¨® esa perla de un senador cuando accedi¨® a la C¨¢mara despu¨¦s de la primera legislatura en Galicia. Ella, junto a Emma Gonz¨¢lez Bermello y Flora Veiga Aldariz, respond¨ªan a las tres ¨²nicas actas con nombre de mujer. Curiosamente, ninguna lo hac¨ªa desde las filas de la izquierda.
Pese a representar siglas diferentes, Lovelle (AP) y Gonz¨¢lez (UCD) llevaron una carrera p¨²blica pareja. Ambas entraron en pol¨ªtica de mano del tercio familiar en las elecciones municipales franquistas, el sistema de votaci¨®n que ejerc¨ªan los cabezas de familia para escoger una parte de los representantes municipales. Este porcentaje se completaban con el tercio sindical y el de entidades, tan solo elegidos por sus integrantes. El n¨²mero de apoyos recibido las convertirti¨® en concejalas, despu¨¦s de la dimisi¨®n de los respectivos alcaldes, llegaron a convertirse en las primeras regidoras de Ver¨ªn y Vigo.
"Cuando te enfadas est¨¢s menos guapa", espet¨® un senador a Carmen Lovelle
En la actualidad, casi la mitad de las parlamentarias son mujeres
Con el fin de la dictadura y las primeras elecciones democr¨¢ticas, Carmen Lovelle repiti¨® en el cargo, apoy¨¢ndose en el PSOE para desbancar a la UCD. Cuando los problemas urban¨ªsticos de la villa comenzaban a afectar a su vida privada, Alianza Popular la reclam¨® para formar parte del Parlamento, lo que gener¨® una gran ilusi¨®n en la ourensana, feliz de tomar parte de un proceso "en el que Galicia alboreaba".
Desde su casa madrile?a, contin¨²a defendiendo el inter¨¦s com¨²n por encima del partidario, esencia que en estos tiempos, para ella, semeja perdida. Asegura que apoy¨® a Ros¨®n "porque hay que ser flexibles" por el bien de Galicia, y se?ala su buena relaci¨®n con los parlamentarios de todas las corrientes. Despu¨¦s de los cuatro a?os en el Parlamento, se convertir¨ªa en la ¨²nica mujer representante de Alianza Popular en el Senado, frente a las 11 del PSOE. Al igual que en la C¨¢mara gallega, mantuvo con ellas "una relaci¨®n magn¨ªfica y cordial". Cuando termin¨® la legislatura, decidi¨® retirarse. "Me propon¨ªan ir en la lista con gente que no me convenc¨ªa", as¨ª que prefiri¨® dejarlo "con la cabeza alta" y dedicarse m¨¢s a los suyos. Debido al momento hist¨®rico en el que transcurre su historia, recuerda que el papel de su marido fue crucial, ya que apoy¨® incondicionalmente su carrera. Su decisi¨®n, recuerda, provoc¨® m¨¢s de un comentario en la villa."Muchos se sorprend¨ªan de que siendo mujer de m¨¦dico me dedicase a la pol¨ªtica. Podr¨ªa vivir bien y sin problemas". Apost¨® por lo dif¨ªcil, y lo consigui¨®.
Al igual que a Lovelle, el apoyo familiar tambi¨¦n signific¨® mucho en la vida de Emma Gonz¨¢lez Bermello. Mar¨ªa Jes¨²s, su hija, rememora con curiosidad el momento en el que su padre emple¨® una furgoneta de su empresa -la conocida tienda de electrodom¨¦sticos Baladr¨®n de Vigo- para la campa?a que, junto con sus hijos y un equipo de megafon¨ªa, recorri¨® la ciudad ol¨ªvica pidiendo el voto para la viguesa. Tal montaje aup¨® a Bermello hasta la primera tenencia de alcald¨ªa, que asumi¨® junto a la concejal¨ªa de parques, jardines y zool¨®gico. Tras la dimisi¨®n de Joaqu¨ªn Garc¨ªa Picher, Emma Rosa presidi¨® el municipio.
Su hija, que se ha convertido, junto a sus hermanos, en su memoria desde que ella la perdi¨® fruto de una enfermedad, recuerda su ilusi¨®n cuando, llegada la democracia, su madre fue llamada a las listas de UCD y entr¨® a formar parte de la primera C¨¢mara gallega. Defensora de su tierra, decidi¨® jurar su cargo en Xelm¨ªrez con un traje tradicional de gala, propio de la provincia de Ourense -de donde es originaria- siendo objeto de cr¨ªticas por ciertos sectores conservadores y diana de felicitaciones por los diputados nacionalistas. Agotada la primera legislatura, repeti¨® como diputada al abrigo de Alianza Popular, que abandon¨® tiempo despu¨¦s para apoyar a Barreiro Rivas. Tras las disputas que sacudieron el panorama pol¨ªtico, decidi¨® renunciar a su carrera pol¨ªtica, aunque desde su retirada, muchas fueron las peticiones encaminadas a un regreso a la vida municipal, que tal y como afirma su hija, rehus¨®.
Tambi¨¦n representando a UCD entr¨® Flora Veiga. Despu¨¦s de convertirse en delegada del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia en Ourense y Lugo en los ¨²ltimos a?os del franquismo, la organizaci¨®n centrista decidi¨® contar con su experiencia para las listas al Parlamento por Lugo. En 1983 present¨® su renuncia, y su puesto lo ocupar¨ªa un hombre. El n¨²mero se redujo a dos.
En este momento, 32 de los 75 esca?os est¨¢n ocupados por mujeres. Con las dimisiones ocasionadas tras las elecciones municipales, el PP anuncia que las bajas producidas en su grupo ser¨¢n cubiertas por dos nuevas diputadas. La paridad no hubiera sido posible sin que las tres primeras abrieran el camino. Luchadoras, reconocidas profesionales y pol¨ªticas, son la cara menos conocida de un Parlamento que aprob¨® las primeras leyes que a¨²n rigen Galicia. Gracias a ellas, recordar su caso nos remite a una realidad hoy impensable.
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