Arcade Fire y Portishead, sonido de r¨¦cord
El FIB cierra su 17? edici¨®n con 200.000 asistentes y dos brillantes cabezas de cartel
Unas 40.000 personas no son precisamente una intimidad. Pero Beth Gibbons, encorvada y agarrada con todo el dolor del mundo al micro, con el viento de Benic¨¤ssim soplando cada vez m¨¢s fuerte, logr¨® que el mastod¨®ntico escenario principal del FIB pareciera a ratos un peque?o auditorio. Portishead desgarr¨® anoche con un show perfecto las entra?as doloridas de la cuarta y ¨²ltima jornada del FIB. Una emocionante banda que pas¨® 10 a?os sin publicar un solo trabajo y que volvi¨® al mundo con Third, una inteligente obra dise?ada por Geoff Barrow, el cerebro de este grupo de Bristol que explot¨® en los noventa y desapareci¨® de golpe. "Pasaron muchas cosas en ese tiempo. Yo me divorci¨¦, Adrian (guitarra de la banda) tambi¨¦n, Beth estuvo mal... Perd¨ª la ilusi¨®n por la m¨²sica y me mud¨¦ a Australia. Pero a lo cinco a?os, descubr¨ª viejas bandas, volv¨ª a Inglaterra y todo surgi¨®", revela Barrow justo antes de salir a tocar y de confesar que se meter¨¢ de nuevo en el estudio en enero.
Beth Gibbons logr¨® que el mastod¨®ntico escenario pareciese un ¨ªntimo auditorio
El concierto de los de Bristol sirvi¨® de excelente previa para Arcade Fire
"Nunca pensamos que esto llegar¨ªa a ser tan grande", dice Tim Kingsbury
Ant¨°nia Font mostraron la frescura de su surrealismo mediterr¨¢neo
El concierto, que sirvi¨® de excelente previa a la desbordante ¨¦pica de Arcade Fire, lleg¨® en el momento justo. Alejado de toda la parafernalia de verbena de algunos d¨ªas, todo aquello iba exclusivamente de m¨²sica. Sonaron los cl¨¢sicos de Dummy y Portishead (su segundo disco). Barrow hizo de todo y bien. Guitarra, percusi¨®n y scratch. Lleg¨® a sentarse con la guitarra junto a Gibbons como si estuvieran en el saloncito de casa. Y las enormes pantallas, en un hiperexpresivo blanco y negro, mostraban crudos detalles de la actuaci¨®n mezclados con im¨¢genes de almacenes vac¨ªos y distorsiones visuales. No se vio antes una retransmisi¨®n as¨ª estos d¨ªas.
Give me a reason to love you devolvi¨® de golpe a toda aquella gente a los noventa. Un retrato sonoro de la tristeza infinita de Gibbons, que parec¨ªa que iba a derrumbarse de dolor de un momento a otro. Pero de repente, la tiniebla y el martilleo ¨¢spero de algunos temas de Third descubr¨ªan el genio de Barrow (que, por cierto, justo al acabar el concierto se march¨® a otro escenario a ver a Anika, su ¨²ltimo artefacto musical) para descifrar los vericuetos de la m¨²sica contempor¨¢nea. A veces su m¨²sica suena como si fuera la de uno de los brillantes jovenzuelos que producen dubstep a orillas del Avon, donde ¨¦l creci¨®. Y el p¨²blico fue paciente y acept¨® el viaje subido a ese sonido brumoso que un d¨ªa llamaron trip-hop.
Ay, pero eso es mejor no dec¨ªrselo a Barrow: "No me gusta ese nombre. ?ramos grupos de Bristol que hac¨ªamos nuestra m¨²sica. Est¨¢bamos Tricky, Massive Attack, nosotros... Pero nunca lo llamamos as¨ª. Fue alg¨²n listo en Londres que le puso ese nombre. Pero, ?j¨®dete! No sab¨ªan nada de nuestra m¨²sica". Da igual. Gibbons hizo ayer lo que le dio la gana con su voz. Con Sour times, de su primer album, hasta consigui¨® arrancar algunos coros del p¨²blico.
Sobre lo que no hay discusi¨®n es que tener hoy a Arcade Fire en tu festival es contar con una de las mejores bandas de indie rock que circulan por ah¨ª fuera. ?Los mejores? Desde luego no hay nadie que les discuta su inmenso talento, que ya es mucho teniendo en cuenta las envidas que envenenan la m¨²sica. El FIB guard¨® para el ¨²ltimo d¨ªa su mejor baza. Pasar¨¢n 12 meses hasta la siguiente edici¨®n y conviene dejar buen sabor de boca. Las cifras, desde luego, son inmejorables (especialmente para la empresa). Ayer, cuando los mallorquines de Ant¨°nia Font se adue?aron de uno de los escenarios para mostrar la frescura de su surrealismo mediterr¨¢neo, el festival anunci¨® que se ha igualado el r¨¦cord de asistencia de la edici¨®n de 2009, con unos 50.000 visitantes por d¨ªa. Caray, una brutalidad sacar a tanta gente de sus facebooks y twitters y reunirlas en un espacio f¨ªsico donde se pueden tocar.
Antes de actuar, Tim Kingsbury, bajo y guitarra de Arcade Fire, se deja caer por la trasera del FIB para hablar de la magnitud que ha cobrado su banda. "Nunca pensamos que esto llegar¨ªa a ser tan grande. Ni siquiera imagin¨¦ que ser¨ªamos capaces de vivir de esto. Pero no siento presi¨®n, no me importa". Mejor, porque fuera les esperan 50.000 personas para saltar, principalmente, con la ¨¦pica contenida en The Suburbs, su ¨²ltimo y aclamado trabajo. "Es un disco menos tr¨¢gico, pero Funeral estuvo inspirado por unos acontecimientos menos agradables. No s¨¦ qu¨¦ tocaremos todav¨ªa, la verdad. Cambiamos mucho. Pero seguro que suenan Ready to start y Suburbs", explica antes de marcharse a escuchar a sus espectaculares teloneros. Luego, a ¨¦l y a su banda les toc¨® encaramarse a la mayor cima comercial de la historia de este festival.
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