Canal 9 y los periodistas dobles
Kim Philby pasaba por ser periodista pero no lo era. El Gobierno brit¨¢nico lo ten¨ªa a sueldo como esp¨ªa pero tampoco trabajaba para ellos. Philby, en verdad, era un agente doble a sueldo de la KGB sovi¨¦tica. Era comunista pero durante much¨ªsimos a?os se hizo pasar por fascista. En la Guerra Civil espa?ola estuvo con los "nacionales", como corresponsal de The Times, y lleg¨® a ser herido por una bomba sovi¨¦tica lanzada por los republicanos. Franco en persona lo condecor¨®. Me admira la determinaci¨®n de los infiltrados, su capacidad de hacer ver que son lo que no son. En el periodismo tambi¨¦n hay muchos infiltrados. Hombres y mujeres que durante un tiempo simulan estar interesados en informar a los ciudadanos pero que, finalmente, resultan ser agentes dobles del poder, propagandistas. Por eso es conveniente que los medios de comunicaci¨®n se doten de instancias destinadas a desactivar, m¨¢s all¨¢ de errores, la acci¨®n de los periodistas dobles y que los profesionales del ramo mantengan en forma sus detectores de trampas y malas pr¨¢cticas ya que son el mejor ant¨ªdoto contra la infiltraci¨®n.
Me averg¨¹enzo del tratamiento dado en Canal 9 a este nuevo cap¨ªtulo del 'caso Camps'
Si en Canal 9 existiera el Comit¨¦ de Redacci¨®n desaparecido hace unos a?os a fuerza de amenazas, doy por seguro que hubiera denunciado, por manipulado, el tratamiento informativo que la cadena dio la semana pasada a la noticia de la apertura de juicio contra el president de la Generalitat Francisco Camps por un supuesto delito de cohecho impropio. Es m¨¢s, solo con que entre los periodistas de Canal 9 hubiera una conciencia de responsabilidad profesional m¨ªnimamente extendida habr¨ªa habido poco menos que un mot¨ªn. Pero en Canal 9 ni hay Comit¨¦ de Redacci¨®n, ni los periodistas se caracterizan por su prurito.
Pues bien, yo quiero dejar claro que como periodista de la Redacci¨®n de Canal 9 me averg¨¹enzo del tratamiento informativo dado a este nuevo cap¨ªtulo del caso Camps y lamento que desde un medio p¨²blico se d¨¦ tan p¨¦simo servicio a los ciudadanos que nos pagan para que les contemos, lo mejor que sepamos, las cosas que pasan. Martin Luther King dijo algo as¨ª como que "cuando analicemos el siglo lo que nos parecer¨¢ m¨¢s grave no ser¨¢n las fechor¨ªas de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas", y como a m¨ª me parece una frase redonda, quiero ajustarme a ella. As¨ª que dir¨¦ lo que siento. Me averg¨¹enzo y pido disculpas a la ciudadan¨ªa por c¨®mo se ofreci¨® la noticia en cuesti¨®n, por toda la desinformaci¨®n sufrida, por todas las censuras perpetradas, por todas las manipulaciones fr¨ªamente dise?adas. Ni sueldos, ni cargos, ni mayor¨ªas electorales, ni l¨ªneas editoriales, el periodismo es un compromiso con la honradez y el servicio p¨²blico; se pueden cometer errores pero es inaceptable poner todo tipo de intereses oscuros por delante del inter¨¦s informativo.
Todo lo que ofreci¨® Canal 9 en su noticiario de las 14 horas del d¨ªa 15 de julio sobre la decisi¨®n del juez Flors de sentar en el banquillo de los acusados a Francisco Camps y tres de sus colaboradores fueron estos escasos 35 segundos que siguen y que quiero recoger textualmente para dejar constancia de las dimensiones del abuso: "El juez Jos¨¦ Flors ha decidido finalmente abrir juicio oral por la llamada causa de los trajes. El magistrado ha tomado esta decisi¨®n, contra la que no se puede recurrir, tres d¨ªas despu¨¦s de celebrar la audiencia preliminar en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad. En la audiencia, los peritos llamados a declarar aseguraron al juez que es imposible demostrar que el president de la Generalitat no pagara los trajes, tal como mantiene la acusaci¨®n. La defensa sostiene que no hay pruebas incriminatorias. El auto descarta abrir juicio oral por supuestas irregularidades administrativas. Desde el Consell se pide cautela a la hora de hacer declaraciones".
Este texto, que se present¨® al espectador de Canal 9 como una pieza informativa, corresponde a un Not¨ªcies 9 dirigido por Patricia Orts y editado por Paco P¨¦rez. Por encima de ellos, la responsabilidad de la noticia recae en Mercedes Planells, como coordinadora de informativos, y Maite Fern¨¢ndez, como jefa de informativos y, m¨¢s all¨¢, en Luis Redondo, director de Canal 9, y Jos¨¦ L¨®pez Jaraba, director general de RTVV, que son los responsables finales de la cadena. Por tanto, a todos ellos se les deber¨ªan exigir explicaciones sobre lo insuficiente y lo confuso de la informaci¨®n ofrecida, explicaciones sobre qu¨¦ explica un tratamiento tan diferente del resto de medios. Transparencia y responsabilidad; solamente en base a estos dos principios tienen futuro los medios p¨²blicos, y quienes elaboran sus contendidos deben tener el derecho y la obligaci¨®n de justificar p¨²blicamente sus acciones. Cualquiera de los nombrados lo deber¨ªa hacer.
Todas las razones que de un tiempo a esta parte se aducen para poner en duda la viabilidad y el sentido de Canal 9 tienen un fundamento indiscutible: ha habido derroche donde podr¨ªa haber habido rigor en las cuentas; nepotismo y enchufismo, en lugar de contrataciones en base a m¨¦rito y capacidad; programas banales y malos, en vez de buscar la coherencia, la calidad y la excelencia; desinformaci¨®n y sectarismo, donde tocaba apostar por informaci¨®n honesta y plural; castellano y m¨¢s castellano, en lugar de apuesta decidida y sin complejos por el valenciano, y clientelismo con las productoras cuando se pod¨ªan haber primado las buenas ideas de los creadores valencianos y la continuidad de un modelo propio, reconocible e innovador... Much¨ªsimas cosas se han hecho mal, pero no por un fatalismo atribuible al car¨¢cter p¨²blico de Canal 9 sino por una decidida voluntad de actuar as¨ª y no de cualquier otra forma. Todo tiene sus nombres y sus apellidos. La p¨¦sima informaci¨®n del d¨ªa 15 se podr¨ªa haber evitado simplemente haciendo lo que hicieron todos los dem¨¢s medios: tratar la noticia como la m¨¢s importante del d¨ªa, explicar el auto del juez Flors, enumerar sus razones, explicar qui¨¦nes son los encausados, hacer una cronolog¨ªa de los hechos, recabar las opiniones de los distintos grupos pol¨ªticos, de todos y no solo de la portavoz del Gobierno de la Generalitat como hizo Canal 9, y, finalmente, contextualizar el hecho en el marco de la pol¨ªtica espa?ola. No es dif¨ªcil; es sencillo. Lo realmente complicado es esconder la realidad, hacer ver que lo que ha pasado no ha pasado y hablar de una noticia que afecta a Francisco Camps sin citar su nombre.
La existencia de periodistas infiltrados, periodistas dobles, es la ¨²nica explicaci¨®n que le encuentro a una pregunta que me planteo de forma recurrente: ?qu¨¦ pulsi¨®n movi¨® en su d¨ªa a determinadas personas a dedicarse al periodismo si en cuanto tienen trabajo y oportunidad se dedican a vulnerar todos los principios deontol¨®gicos de la profesi¨®n? Claro, supongo que les pasa lo que a Philby, que no son periodistas.
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