"Las descargas ilegales son robos"
Quiz¨¢s el tema de la pirater¨ªa y las descargas ilegales sea una cuesti¨®n de lenguaje. Mientras unos tratan de edulcorarlo con eufemismos, los magnates y quienes no est¨¢n dispuestos a afrontar las p¨¦rdidas que supone para las industrias culturales prefieren otros t¨¦rminos. Es el caso de Christopher J. Dodd, exsenador dem¨®crata y presidente de la Motion Picture Asociation of America (MPAA). Robo lo llama. "Las descargas ilegales son robos, robos. Tampoco me gusta el t¨¦rmino pirater¨ªa, tiene un componente rom¨¢ntico, la gente piensa en Johnny Depp. Robo hay que llamarlo y ya est¨¢".
Las cosas claras y el chocolate espeso. Eso es lo que con buenos modos pero con claridad trat¨® de transmitir ayer Dodd al mundo del cine en Espa?a durante una comida organizada por Entidad de Gesti¨®n de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda). Contento ante la Ley de Econom¨ªa Sostenible y sobre todo por el consenso pol¨ªtico alcanzado, en una entrevista posterior con EL PA?S se mostr¨® preocupado por una legislaci¨®n todav¨ªa t¨ªmida sobre la propiedad intelectual y ansioso ante las posibilidades que supone la irrupci¨®n de la industria espa?ola en ¨¢reas donde el idioma proporciona un mercado de cientos de millones de consumidores. Dodd quiere concienciar a sus colegas cineastas de varias partes del mundo. Pero Espa?a es una prioridad. Se pierde demasiado dinero.
"No me gusta la palabra pirater¨ªa, la gente piensa en Robin Hood"
"Si no los protegen, muchos sectores dudar¨¢n de invertir en Espa?a"
Pregunta. Parece que despu¨¦s de China se ha venido usted a Espa?a como segunda visita en su gira mundial. ?Tan grave es el asunto?
Respuesta. En China mantuve contactos con la gente del cine y con el alcalde de Shangh¨¢i, pero Espa?a es una parada como parte de otras visitas que realizo por Europa en lugares como Bruselas, ?msterdam o Par¨ªs. Es importante saber en cada sitio qu¨¦ ocurre con la irrupci¨®n del mundo digital, cada pa¨ªs tiene sus propias caracter¨ªsticas y su f¨®rmula para resolverlo. La UE la forman 27 pa¨ªses con 22 idiomas diferentes. En Espa?a cuentan con una ventaja: su enorme tradici¨®n cultural, un legado de generaciones que no se puede detener. Tengo mucho respeto por los avances que se han hecho en este pa¨ªs. Sobre todo se ha llegado al convencimiento de que lo que antes era un derecho ahora se ve como un robo a la propiedad intelectual.
P. En eso no se anda usted con rodeos.
R. Lo veo en el colegio de mis hijas y trato de concienciar a la gente. Yo las llevo a clase, soy el ¨²nico padre que lo hace, las dem¨¢s son madres. Cuando me han nombrado para este cargo, me han felicitado y me han pedido entradas para los oscars, pero yo les he dicho lo siguiente: "?A que si vuestra hija de nueve a?os viene y os cuenta que se ha bajado una pel¨ªcula de Internet la aplaud¨ªs y pens¨¢is que es muy lista?" "Efectivamente", me responden. "?Y si a las cinco de la tarde viene un polic¨ªa y os comunica que ha robado una bolsa de caramelos la re?¨ªs? Pues es lo mismo".
P. Puede que los cambios de mentalidad lleven tiempo.
R. S¨ª, pero mientras hay que llamar a las cosas por su nombre. Robo. Es un robo. Ni siquiera me gusta pirater¨ªa, la gente piensa en Johnny Depp, en Robin Hood, tiene un aspecto rom¨¢ntico. Es un robo y ya est¨¢.
P. En ese aspecto, la ley Sinde en Espa?a, que tanto aplaude, ha contado con la participaci¨®n de los ministerios de Cultura, Econom¨ªa e Industria. Pero falta uno clave, el de Educaci¨®n. ?No cree que eso habr¨ªa que ense?arlo en los colegios?
R. Tiene toda la raz¨®n. Y es un fallo a nivel global. La educaci¨®n es fundamental en esto. Hace unos meses me invitaron a un rodaje en Massachusetts. Hab¨ªa ni?os en el plat¨®. Me pidieron que les hablara y les dije que cuando bajaban una pel¨ªcula de Internet no pensaran en las estrellas, sino que miraran a la maquilladora, al carpintero y al transportista. El 98% de la gente que trabaja en esta industria no gana m¨¢s de 60.000 d¨®lares al a?o. Son ellos quienes pierden m¨¢s que las compa?¨ªas con esto, porque arriesgan su trabajo. Creo que me entendieron bien.
P. ?Cu¨¢l es el diagn¨®stico de las grandes productoras de Estados Unidos sobre la situaci¨®n del mercado en Espa?a?
R. Este pa¨ªs tiene una enorme herencia cultural...
P. Ya, pero, ?cu¨¢l es la realidad? No vino a Espa?a el vicepresidente Joe Biden a expresar su preocupaci¨®n por la pirater¨ªa por casualidad, ?o s¨ª?
R. La verdad es que los n¨²meros est¨¢n cambiando a peor. Y es una pena. Cuando la realidad es que Estados Unidos ya se ha convertido en un pa¨ªs con m¨¢s hispanohablantes que la propia Espa?a y Am¨¦rica Latina es un mercado prometedor, la capacidad de producir productos de ¨¦xito y hacer buenas pel¨ªculas no deber¨ªa verse amenazada. Tampoco quiero ser pesimista. La gente sigue yendo al cine. Las emociones son contagiosas en las salas y se pasa mejor.
P. Pero menos de lo que ser¨ªa deseable. Mire lo que ha dicho Enrique Cerezo: que el pasado a?o se produjeron 400 millones de descargas y solo se vendieron 100 millones de entradas en los cines.
R. En eso, la legislaci¨®n puede que todav¨ªa sea un poco t¨ªmida con respecto a la norma europea. El cierre de ciertos sitios web no se contempla como en otros pa¨ªses. No se puede pensar solo en la industria del cine, hay otros sectores que se pensar¨¢n sus inversiones si no se ven debidamente protegidos.
P. Los pol¨ªticos van a rehuir este espinoso tema en campa?a. Pero usted se acaba de entrevistar con Mariano Rajoy. ?Qu¨¦ le ha dicho?
R. Le he agradecido mucho que me dedicara unos minutos. Le vi concienciado y la realidad es que han hecho un esfuerzo para entenderse con el Gobierno. Al fin y al cabo, la industria cultural supone un 4% del PIB. En cuanto a las campa?as, como decimos en Estados Unidos, cuando toca prometer, la pol¨ªtica se hace en verso, pero cuando llega el momento de tomar decisiones, cambiamos a la prosa.
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