"Quer¨ªa ver a Bin Laden en la c¨¢rcel"
"Ang¨¦lica quer¨ªa cambiar el mundo, pero el mundo la cambi¨® a ella". Cogi¨® el tren en Alcal¨¢ de Henares a primera hora sin saber siquiera si aquel d¨ªa habr¨ªa clases. En cualquier caso, dijo, aprovechar¨ªa el viaje a la Universidad Complutense para devolver unos libros a la biblioteca.
Florentina Garc¨ªa Zapata recuerda que ese jueves 11 de marzo se asom¨® a la ventana antes de ver desaparecer a su hija en el vest¨ªbulo de la estaci¨®n. Ang¨¦lica Gonz¨¢lez, de 19 a?os, estudiante de Filolog¨ªa Inglesa, aceler¨® el paso para llegar a tiempo al and¨¦n, aunque no logr¨® subirse al coche de cabecera en el que sol¨ªa viajar todas las ma?anas.
Minutos m¨¢s tarde, en la estaci¨®n de Santa Eugenia, el abismo se entremeti¨® en su camino. En el recuerdo quedan un terrorista, una bomba, una investigaci¨®n, islamistas radicales, Al Qaeda, la guerra de Irak, el tr¨ªo de las Azores, las Torres Gemelas... Un lacerante retazo de historia que trastorn¨® las vidas de su familia y de las personas -"eran muchas"- que quer¨ªan a Ang¨¦lica.
"Qu¨¦ m¨¢s da qui¨¦n fue. Lo que ten¨ªan que haber hecho era decirnos la verdad"
Esa historia se cerr¨®, aparentemente, el pasado 2 de mayo en una residencia de las afueras de Abbottabad, en Pakist¨¢n, con la muerte de Bin Laden a manos de un comando de ¨¦lite de las fuerzas estadounidenses. Sin embargo, solo le caus¨® "una sensaci¨®n agridulce" a la madre de Ang¨¦lica. Antes de hablar, Garc¨ªa Zapata coloca una foto de la joven encima de la mesa, junto a una botella de t¨¦ helado sin az¨²car. De vez en cuando le dedica una sonrisa. "Lo primero que pens¨¦ fue: 'Madre m¨ªa, cu¨¢nto tiempo han tardado en coger a este t¨ªo", recuerda. "Pero no pod¨ªa alegrarme", aclara tras reflexionar unos segundos. "Porque no le capturaron vivo, porque necesitaba un juicio e ir a la c¨¢rcel en lugar de convertise en un m¨¢rtir para los suyos".
Florentina dej¨® su carrera docente para dedicarse a los hijos. Abraham, 11 meses m¨¢s joven que Ang¨¦lica, se salv¨® porque decidi¨® salir de casa una hora m¨¢s tarde. Fue el ¨²ltimo, junto a la gata Truchi, en despedirse de ella. "Fui madre por vocaci¨®n".
"Si mueres no sufres", pens¨® Garc¨ªa Zapata en un primer momento tras la operaci¨®n para matar al l¨ªder de Al Qaeda, del que no se difundieron im¨¢genes. En su opini¨®n, el mayor sufrimiento, "el peor castigo, es precisamente la privaci¨®n de la libertad".
Por eso, asegura, "me hubiera conformado con verle juzgado por un tribunal espa?ol, que le condenaran y que cumpliera una pena real de 40 a?os de prisi¨®n". No est¨¢ contenta con la actuaci¨®n de Estados Unidos y el presidente Barack Obama le ha decepcionado. El asalto a la residencia en la que viv¨ªa el terrorista, en definitiva, le parece un retroceso en la conquista de derechos y en el arraigo de los valores democr¨¢ticos.
"En Espa?a nos ha costado mucho llegar a tener un Estado de derecho. Creo que es lo m¨¢s importante porque lo hemos logrado con mucho esfuerzo". As¨ª que "la c¨¢rcel, tras un juicio democr¨¢tico, habr¨ªa sido la pena correcta".
Esta convicci¨®n tiene m¨¢s que ver con las reglas del juego de una sociedad sana que con la idea de perd¨®n. "Cuando oigo a Trashorras [el minero asturiano implicado en los atentados] pedir perd¨®n pienso que no puedo ni olvidar ni perdonar", confiesa. Garc¨ªa Zapata, que pertenece a la asociaci¨®n de afectados que preside Pilar Manj¨®n, medita sus palabras y transmite una sorprendente mezcla de serenidad y reflexi¨®n. Mira a Ang¨¦lica, por ejemplo, antes de mencionar al expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. La "responsabilidad" pol¨ªtica de su Gobierno, en su opini¨®n, tambi¨¦n merecer¨ªa ser juzgada de alguna manera. "Es m¨¢s, me gustar¨ªa que se juzgase al famoso tr¨ªo de las Azores, a Bush, Aznar y Blair, que fueron los que nos metieron en la guerra de Irak", confiesa Florentina.
Pero a la madre de Ang¨¦lica, en el fondo, no le importa qui¨¦nes hayan sido los responsables. Recuerda el af¨¢n de su hija por cambiar las cosas, por mejorar, por poner de acuerdo a los dem¨¢s. La noche antes de morir, estren¨® su guitarra ac¨²stica tocando Imagine.
Tambi¨¦n lamenta que haya asociaciones que les han acusado de querer defender a ETA. "Mentira. Qu¨¦ m¨¢s nos da en el fondo que haya sido ETA, Bin Laden, los Grapo o un vecino loco. Lo que ten¨ªan que haber hecho las autoridades era decirnos la verdad".
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