Un euro gobernado
Bruselas convierte el fondo de rescate en la clave para combatir la inestabilidad financiera
La cumbre de Bruselas ofreci¨® ayer varios principios de acuerdo para combatir la crisis financiera que caminan, todos ellos, en la buena direcci¨®n. No solo prepar¨® el segundo rescate a Grecia, con una inyecci¨®n de nuevos pr¨¦stamos de unos 110.000 millones de euros (a pagar por la UE y el Fondo Monetario Internacional), sino que, por fin, los jefes de Gobierno y ministros de Finanzas entendieron que el mecanismo europeo de rescate ahoga cualquier posibilidad de crecimiento del pa¨ªs rescatado y que el Fondo de Estabilidad Financiera debe ser una instituci¨®n activa y no, como hasta ahora, un dep¨®sito inerte.
Para conseguir este objetivo, la UE parece dispuesta a abaratar las ayudas a los pa¨ªses intervenidos (el tipo de inter¨¦s se rebajar¨ªa desde el 5% actual al 3,5%). Tambi¨¦n a alargar los plazos de vencimiento por una parte y a permitir, por la otra, al Fondo de Estabilidad que conceda pr¨¦stamos preventivos, recapitalice bancos y compre deuda en los mercados. El problema es que esta ampliaci¨®n de las funciones del Fondo tendr¨¢ que ser aprobada por todos y cada uno de los Parlamentos nacionales, lo cual complica el proceso y deja un margen de incertidumbre.
El acuerdo sobre la reestructuraci¨®n de la deuda griega implica un aplazamiento inevitable de su pago equivalente a una quita. Es crucial que este aplazamiento no sea obstaculizado por las agencias de calificaci¨®n, de forma que vuelvan a temerse un default. Sarkozy advirti¨® de que, en ese caso, los pa¨ªses del euro garantizar¨¢n temporalmente los bonos griegos. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, presente en la reuni¨®n previa entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, sigue temiendo que la participaci¨®n privada en las quitas desencadene da?os en las instituciones financieras europeas.
A cambio de la declaraci¨®n de aplazamiento, Trichet ha hecho valer su influencia en la activaci¨®n financiera del Fondo de Estabilidad. Sarkozy y Merkel han obrado con sensatez al aceptar el nuevo papel del Fondo de Estabilidad, porque es clave para tranquilizar a los mercados y dotar a la eurozona de instrumentos de intervenci¨®n econ¨®mica que sean capaces de enfrentarse directa y r¨¢pidamente a una emergencia financiera. Hay que confiar en que Angela Merkel no haga cuesti¨®n de fe el oponerse a este cambio prometedor.
Europa tiene un d¨¦ficit muy grave de instituciones que sean capaces no solo de organizar una intervenci¨®n financiera r¨¢pida en momentos de emergencia (el BCE no puede actuar en ese ¨¢mbito), lo que se podr¨ªa entender como un futuro mecanismo europeo de estabilidad, sino tambi¨¦n para convertir los grandes acuerdos de las cumbres en los m¨²ltiples y peque?os compromisos que permitan una aplicaci¨®n sin tensiones entre los pa¨ªses miembros.
El borrador del acuerdo, oportunamente filtrado antes de que empezara la cumbre, provoc¨® ayer una cierta euforia en los mercados. Est¨¢ justificada por el mero hecho de que los l¨ªderes europeos parecen haber entendido por fin la naturaleza de esta crisis permanente, que transforma los recelos sobre deuda soberana en falta de credibilidad de los bancos, y los problemas bancarios en dudas sobre la solvencia soberana. Las l¨ªneas de acci¨®n contenidas en el borrador indican el camino correcto, e incluso podr¨ªa decirse que se trata del ¨²nico camino para romper ese c¨ªrculo vicioso. Por eso el diferencial de deuda empez¨® a caer ayer hasta los 280 puntos b¨¢sicos en el caso de Espa?a y hasta 250 puntos en el caso de Italia, y las Bolsas europeas, a su vez, se dispararon.
No hay que olvidar que la cumbre expuso solo unos principios de actuaci¨®n. Bastar¨¢ con que haya tensiones en la aplicaci¨®n de esos principios para que renazca la inquietud en los mercados. Por eso Europa necesita instituciones; no basta con grandes acuerdos entre Francia y Alemania.
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