Sonidos de una circulaci¨®n mental
Parece comprobado por la experiencia que mantener vivo y activo un grupo de m¨²sica resulta, como sucede con muchos matrimonios, una carga demasiado pesada para una sola persona. As¨ª, se han popularizado de una manera comprensible en la historia de la m¨²sica reciente muchos nombres de binomios creativos: Lennon-McCartney, Jagger-Richards, Strummer-Jones, Chapman-Chinn, etc¨¦tera. Es una f¨®rmula de trabajo probablemente nacida en las escuelas de arte inglesas de los sesenta y que va m¨¢s all¨¢ de la separaci¨®n americana entre m¨²sicos y letristas, propia del Tin Pan Alley. La prueba de que la f¨®rmula funciona es la facilidad con que ese esquema se ha trasladado a la historia reciente de nuestra m¨²sica. Desde los ochenta en nuestro pa¨ªs, todos tenemos en mente parejas de escritores de canciones que han funcionado mezclando sensibilidades diferentes: desde los primos Antonio Vega y Nacho Garc¨ªa Vega, Mart¨ªn-Casas, Berlanga-Canut, etc¨¦tera. Tambi¨¦n fue ese el caso de Carlos Tarque y Santi Campillo en los M-Clan de los noventa. Ahora Carlos Tarque, como parte separada del binomio, ha escrito un libro. En general, los libros de los letristas, de los escritores de canciones y de los cantautores son mirados con cierta desidia, como el capricho literario de un artista que tiene en otro campo su punto fuerte. Se piensa en ellos no como poes¨ªa, sino como simples versiones literarias de canciones, una mercanc¨ªa menos valiosa a la hora de tenerla en cuenta. Escribir una canci¨®n o un poema son dos cosas absolutamente diferentes, pero no aciertan quienes, sosteniendo ese criterio, llegan hasta el extremo de pensar que una cosa es m¨¢s digna que la otra. Si est¨¢n leyendo esta columna en una sobremesa de fin de semana, salgan a la calle e intenten practicar esa pedanter¨ªa que algunos dan en llamar "escuchar atentamente el silencio". A no ser que vivan en un pueblo de pocos habitantes, alejado de cualquier gran n¨²cleo urbano, comprobar¨¢n que es imposible. Siempre se escucha un zumbido de fondo constituido por el rumor del tr¨¢fico, la goma contra el asfalto, las sirenas y los bocinazos lejanos, los ascensores zumbando tras las paredes, el casi imperceptible pero perpetuo y fatigante motor de la calefacci¨®n o aire acondicionado. Ese rumor, ese sonido, es el que captura Carlos Tarque entre sus palabras en este libro. Precisamente por ser compositor y escritor en cierto modo ya estoy estropeado para siempre como lector de obras ajenas. Uno, si es en¨¦rgico y emprendedor, siempre siente que lo har¨ªa de otra manera. El libro de Tarque es de las pocas veces que eso resulta imposible, como sucede con algunas obras de Jaume Sisa o Albert Pla en sus momentos m¨¢s sensibles. No le falta ni le sobra una palabra y no se podr¨ªa contar lo que cuenta de otra manera. El libro es una edici¨®n muy afinada sin ser lujosa; port¨¢til y accesible econ¨®micamente, y se acompa?a tambi¨¦n de las im¨¢genes de uno de los mejores fot¨®grafos j¨®venes de ¨²ltima hornada: Thomas Canet. Cabe pensar que la percepci¨®n afinad¨ªsima, tanto de uno como de otro, nos van a dar m¨¢s sorpresas en el futuro. Pero no hay ninguna prisa. Ya llegar¨¢n. Como llegan los buenos vinos y las mejores obras, las m¨¢s pensadas.
S¨®tanos, tierra y monta?as rusas. Carlos Tarque y Thomas Canet. Antonio Machado Libros. Madrid, 2010. 84 p¨¢ginas. 12 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.