Ocho partidos belgas alcanzan un acuerdo para intentar formar Gobierno
El pacto, que a¨ªsla a los separatistas flamencos, llega a los 404 d¨ªas de las elecciones
Y al d¨ªa 404 se hizo la luz. La clase pol¨ªtica belga ha encontrado la f¨®rmula para intentar salir del empantanamiento institucional en que vive el pa¨ªs desde las elecciones de 13 de junio de 2010. Ocho partidos, cuatro flamencos y cuatro valones, se han puesto de acuerdo para tantear a partir de la segunda quincena de agosto la formaci¨®n de un Gabinete de amplia base en un golpe de mano de los democristianos flamencos que deja fuera de juego a los secesionistas de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA), el partido m¨¢s votado de B¨¦lgica, con el que hasta ahora parec¨ªan u?a y carne.
El acuerdo entre los ocho se produjo bajo el efecto de un singularmente duro discurso regio del d¨ªa de la fiesta nacional, conmemorativa de los 180 a?os de la subida al trono de Leopoldo I, en 1831. El rey reconoci¨® que hab¨ªa esperado que en este 21 de julio el pa¨ªs tuviera Gobierno. "Lamentablemente no es as¨ª y lo siento", manifest¨® Alberto II en un discurso televisado el mi¨¦rcoles.
La intenci¨®n es contar con un nuevo Ejecutivo para finales de agosto
El rey Alberto II advirti¨® a los pol¨ªticos del riesgo del vac¨ªo de poder
El soberano, de 77 a?os, no disimul¨® su frustraci¨®n, con gestos muy significativos ante las c¨¢maras de televisi¨®n, con la marcha de los acontecimientos durante los ¨²ltimos 14 meses en el pa¨ªs y se?al¨® que tras haber ejercido en este tiempo dos de sus atribuciones constitucionales, la de estar informado y animar, iba a "usar p¨²blicamente y con toda transparencia la tercera: el derecho a advertir".
Alberto II se dijo, "como gran n¨²mero de belgas, afligido por la m¨¢s larga duraci¨®n de que se tenga memoria de la formaci¨®n de un Gobierno"; se hizo solidario con la popular "incomprensi¨®n de un mundo pol¨ªtico que no resuelve los problemas"; alert¨® de que esa descomposici¨®n pueda ser "nefasta para la democracia", y avis¨® de que si la situaci¨®n se alarga "podr¨ªa afectar de manera negativa y muy concreta al bienestar econ¨®mico y social de todos los belgas. Hay que ser consciente de ello".
La inesperada advertencia real tuvo un efecto inmediato. El jueves los partidos se volvieron a reunir a instancia de Elio di Rupo, el l¨ªder socialista val¨®n que ha estado tratando de mu?ir una salida durante las ¨²ltimas semanas, y tras largas horas de discusi¨®n acordaron en la madrugada de ayer hacer un intento serio de formar Gobierno.
La clave estaba en los democristianos flamencos (CDV), que movieron ficha sin contar con la N-VA y pactaron con los dem¨¢s no tanto la formaci¨®n del futuro Gobierno como el modo de discutir las bases que permitan fijar el programa sobre los que deba trabajar ese eventual nuevo Ejecutivo. Su ruptura con la N-VA tiene el valor de permitir una coalici¨®n con los dos tercios necesarios en la C¨¢mara, y con mayor¨ªa tanto en Flandes como en Valonia, para convertir en constitucional cualquier futuro acuerdo de reordenamiento del Estado. De ah¨ª la amarga reflexi¨®n de la ahora aislada N-VA: "Los franc¨®fonos han conseguido lo que quer¨ªan".
No es exactamente as¨ª, como muestra el hecho de que en las conversaciones vayan a participar los otros cuatro partidos flamencos (democristianos, socialistas, liberales y verdes; las mismas familias que componen el abanico ideol¨®gico val¨®n, sin partido separatista).
El acuerdo a ocho versa por ahora, en esta compleja B¨¦lgica en la metodolog¨ªa de la negociaci¨®n, con el nudo gordiano de Bruselas-Hal-Vivoorde (BHV, que cubre la capital y su corona), como primer asunto a tratar. Es la ¨²nica circunscripci¨®n biling¨¹e del pa¨ªs y se trata de separar tambi¨¦n ah¨ª n¨ªtidamente los derechos de los flamencos neerland¨®fonos de los que gozan residual y extraordinariamente los franc¨®fonos en un territorio geogr¨¢ficamente flamenco.
Pero hay otras cuestiones a debatir y a¨²n es imposible aventurar cu¨¢ndo habr¨¢ Gobierno con plenos poderes en B¨¦lgica.
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