La ¨²ltima noche de Mackie Navaja

Los nombres de John Gay y de Elisabeth Hauptmann debieran figurar junto a los de Brecht y Weill cuando se representa La ¨®pera de tres reales: Gay escribi¨® The Beggar's Opera, cuyo argumento, estructura dram¨¢tica y estilo ¨¦pico Brecht hizo suyos, y Hauptmann le brind¨® la idea de adaptarla, la traducci¨®n y alguno de los cambios.

Esta producci¨®n del Centro Dram¨¢tico Galego tiene sabor popular y hechuras de teatro independiente, con m¨¢s medios: parte de su equipo viene del semillero de la escena alternativa. Quico Cadaval, su director, ha hecho una versi¨®n respetuosa y prudente, con leves alusiones a la actualidad: la visita papal, los cartones-pancarta del movimiento 15-M, enarbolados aqu¨ª por mendigos... Aunque mantenga su vigor casi intacto, el texto de Brecht anda pidiendo la puesta al d¨ªa y el desarrollo de algunas de las ideas que enuncia cuando, por ejemplo, Mackie se hace esta pregunta ret¨®rica: "?Qu¨¦ es una ganz¨²a comparada con un t¨ªtulo burs¨¢til? ?Y el atraco a un banco comparado con la fundaci¨®n de un banco?" En esa direcci¨®n apuntaban la versi¨®n libre de Vaclav Havel, y la de Pablo Ley y Josep Galindo dirigida por Calixto Bieito.

Cadaval acierta con el tono de su producci¨®n, con el tratamiento arrevistado que imprime a las canciones, muchas interpretadas en la corbata ante un tel¨®n de gasa y bajo un ca?¨®n de luz. El Salom¨®n Song, desgranado por M¨®nica de Nut sobre una caja-carrito de inv¨¢lido mendicante, est¨¢ resuelto con ingenio, y el gracioso Dueto de los celos nos deja con ganas de volver a o¨ªr cantar a Alba Messa, int¨¦rprete de Lucy. No hay grandes voces ni falta que hacen en esta obra de actores, pero alguna podr¨ªa estar m¨¢s acorde con el car¨¢cter de los personajes. Luis Tosar, un Mackie elegante, en lo vocal m¨¢s mel¨®dico que canalla, cuaja su mejor momento en la tensa calma del ¨²ltimo encuentro con Polly (Muriel S¨¢nchez). Con guardapolvos gris y pajarita, el se?or Peachum de Marcos Orsi es una pessoiana mezcla entre alto funcionario y jefe de almac¨¦n. Las letras, bien tra¨ªdas al gallego por Pepe Send¨®n, se proyectan en castellano en cuerpo grande y legible desde atr¨¢s. Salvo en la obertura, donde se queda escasa, la orquesta de ocho profesores dirigida por Diego Garc¨ªa Rodr¨ªguez le coge el pulso justo a la partitura.