"No me ir¨¦ aunque me multen"

Con el sol cayendo a plomo, un m¨ªnimo biquini negro, tacones de infarto y el maquillaje desdibujado en el rostro por el sudor, la mujer, prostituta de carretera, es rotunda. "No me ir¨¦ aunque me multen", sostiene apostada en una rotonda en una carretera secundaria en Gav¨¤ (Baix Llobregat). Jam¨¢s lo han hecho, a?ade, y asegura no temer a los agentes ni sus sanciones.

Con la reforma legal que prepara el consejero de Interior, Felip Puig, para poner coto a este tipo de actividad se pretende multar a prostitutas y clientes que vendan y compren servicios sexuales en cualquier carretera catalana. El argumento legal se apoya en la seguridad del tr¨¢fico: las prostitutas en la carretera y los conductores cuando paran para negociar servicios sexuales constituyen un peligro para el resto de los conductores. No es la primera vez que se intenta luchar contra la prostituci¨®n en la v¨ªa p¨²blica, una problema social de gran alcance que, por ahora, ninguna Administraci¨®n se ha decidido a abordar directamente.

"?Me van a quitar mi 'conejito'?", pregunta con sorna una profesional

La Jonquera (Alt Empord¨¤) fue el primer municipio que cambi¨® su ordenanza de civismo para multar a las meretrices. De las casi 536 sanciones que la polic¨ªa local ha puesto desde 2009 a chicas y clientes, ha cobrado 31. "Solo las pocas que se han puesto a los hombres", admite la alcaldesa, S¨°nia Mart¨ªnez (CiU). Las mujeres no tienen domicilio conocido ni nada a su nombre. Luego, a La Jonquera le siguieron Castelldefels, Vila-sacra, Vidreres, Sils, Figueres y Gav¨¤.

Sobre una piedra, en una esquina de una carretera de Gav¨¤, Dolores (nombre ficticio) hojea una revista del coraz¨®n a la espera de que alg¨²n cliente pare su coche. Acumula una veintena de multas del Ayuntamiento, de 1.500 euros cada una. No ha pagado ninguna. "Ahora los clientes se esconden un poco, te hacen se?ales desde lo lejos", explica con media sonrisa.

A sus 64 a?os, con 14 en la carretera, pide a pol¨ªticos y polic¨ªa que la dejen en paz. "Si quieren que nos vayamos, que nos pongan un lugar donde estar", reclama. "O que arreglen la situaci¨®n del pa¨ªs, porque esto no lo van a lograr", a?ade. Esta catalana de media melena rubia, recogida con una pinza, y ojos turquesa cuenta que ya no la quieren en los clubes. Antes, limpiaba. "Pero se acab¨®. No me queda otra que estar aqu¨ª", explica.

Seg¨²n el ¨²ltimo recuento de los Mossos d'Esquadra, unas 300 chicas trabajan en las carreteras. Pero la fotograf¨ªa no es fija, cambia constantemente. Muchas eligen las zonas m¨¢s concurridas, como la autov¨ªa de Castelldefels. El Ayuntamiento de esta ciudad ha impuesto 467 multas desde 2009. La mayor¨ªa (342) a chicas, de las que no ha cobrado ninguna.

"?Qu¨¦ me van a quitar? ?Mi conejito?", pregunta con sorna una mujer sentada en una silla de pl¨¢stico sujeta con una cadena a una farola en la B-210. Enfundada en su camiseta de leopardo y con el cabello oxigenado recogido con un coletero fucsia, recuerda aquella vez que la multaron en Castelldefels: 150 euros. "No los he pagado, claro. No hay dinero en mi cuenta bancaria". Tiene 28 a?os y hace cuatro que lleg¨® desde Albania para apostarse en esa esquina de la carretera. "Mi sitio no es muy bueno", se queja. Ha hecho dos clientes en un d¨ªa.

"No sirve absolutamente de nada multar a las chicas. Es inviable", lamenta la concejal de Seguridad de Tordera (Maresme), S¨ªlvia Catal¨¤ (CiU). El municipio tiene unas siete prostitutas resistentes, que no se van a pesar de la presi¨®n policial, que ha impuesto 644 multas entre 2010 y lo que va de 2011. De ellas, el Consistorio ha cobrado 154, las que corresponden a los clientes, que tampoco cejan en su empe?o.

"No resuelve el problema. Hay chicas que acumulan 60 o 70 multas", dice Catal¨¤. Pero a pesar de eso, conf¨ªa en que la reforma impulsada por Puig sirva de algo. "Podr¨¢n hacer m¨¢s cosas, la polic¨ªa podr¨¢ perseguirlas tambi¨¦n por otras cuestiones, como la inmigraci¨®n ilegal", sostiene.

La alcaldesa de La Jonquera, S¨°nia Mart¨ªnez, tambi¨¦n alberga esperanzas: "Nos sentimos acompa?ados. La simple presencia diaria de los Mossos d'Esquadra puede resultar disuasoria". Aunque pide una medida a nivel estatal: "Que se proh¨ªba la prostituci¨®n en la v¨ªa p¨²blica".