Salud, campe¨®n
Mesurado, ordenado, solidario y habiendo gestionado bien las fuerzas a lo largo del torneo, Uruguay lleg¨® a la final dispuesto a imponer sus condiciones y el peso de la historia.
Empuj¨® intensamente en el comienzo. Desde el primer minuto aplast¨® las l¨ªneas paraguayas con la convicci¨®n de quien conoce bien no solo c¨®mo aplicar su sistema sino tambi¨¦n el manejo de los tiempos para poder imponerlo.
Con ese empuje y con la guapeza y la destreza de Su¨¢rez, que fue un embudo para las largas salidas celestes, Uruguay consigui¨® media docena de pelotas paradas a favor cuando el partido reci¨¦n empezaba a desatarse. Con la afilada pegada de Forl¨¢n y la capacidad a¨¦rea habitual en el equipo, el central Lugano se afinc¨® durante un par de minutos de delantero centro.
Uruguay, sin fisuras t¨¢cticas, fue para los paraguayos como encarar el Mont Ventoux en un triciclo
El mismo Lugano pudo inclinar la final en el minuto tres, cuando Ortigoza salv¨® en la l¨ªnea y con la mano un rebote de su primer cabezazo. No debi¨® pasar mucho tiempo para que Su¨¢rez, el mejor jugador del torneo, recortase en el aire una pelota al ¨¢rea para desairar su marca y soltar la zurda al gol.
Si antes del partido Uruguay se presum¨ªa superior, despu¨¦s del primer gol Paraguay claudic¨®. No lo hizo por falta de car¨¢cter o de inter¨¦s, sino por carencia de energ¨ªa y de recursos. Paraguay, que no lleg¨® a la final en las mejores condiciones f¨ªsicas, es un equipo serio y firme, pero no estaba preparado para atacar y menos a¨²n para hacerlo con futbolistas fatigados y elaborando a trav¨¦s del control de la pelota. No hab¨ªa ganado ni un partido el equipo guaran¨ª en esta Copa y se encontraba con una cuesta demasiado inclinada: el deber de llegar al gol manejando el bal¨®n contra un equipo sin fisuras t¨¢cticas a la hora de esperar y perfectamente preparado para el contragolpe. Como encarar el Mont Ventoux en un triciclo.
En el minuto 42 Ar¨¦valo R¨ªos presion¨® la incierta salida de Ortigoza y cedi¨® a Forl¨¢n el segundo gol y el final de la Copa. Sobr¨® el segundo tiempo para un conjunto con este oficio y un entrenador con esta experiencia contra un rival despojado de sus mejores armas. Ni siquiera permiti¨® Tab¨¢rez que sus futbolistas se tentaran con la comodidad y retrocedieran demasiado: Cavani por Pereira en el minuto 65. Y el problema paraguayo ya no era solo no poder llegar sino tambi¨¦n no ceder m¨¢s goles.
El tercer tanto, en el minuto 90, fue un resumen no solo del partido sino tambi¨¦n del funcionamiento de Uruguay, que plasma su idea de una forma tan voluntariosa y aparentemente sencilla que logr¨® superar, como si hubiese sido una tarea f¨¢cil, las expectativas creadas con su ¨²ltima actuaci¨®n mundialista.
Cerrado el tel¨®n de la Copa surgen algunas reflexiones. No es casual que tres de los cuatro equipos que llegaron a las semifinales mantengan los mismos entrenadores desde hace varios a?os. Far¨ªas (2008), Martino (2007) y Tab¨¢rez (2006). Tampoco lo es que estos equipos, con procesos maduros y sin determinadas obligaciones de estilo como las que se autoimponen Brasil y Argentina, se hayan mostrado m¨¢s firmes y amalgamados.
Respeto por los procesos y por las personas, ideas claras, tiempo y trabajo inteligente son factores fundamentales para poder lograr solidez y orden. Talento individual y compromiso colectivo son el plus m¨¢gico pero indispensable para formar un equipo ganador.
Felicitaciones al querido Uruguay por esta merecida victoria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.