"Estos animales son biling¨¹es"

Si hay personas que sienten pasi¨®n por su trabajo, un ejemplo claro es el de Nacho Barrio. Este madrile?o de 32 a?os dej¨® su trabajo en una piscifactor¨ªa de Murcia y su afici¨®n de monitor de buceo para abrazar a los animales acu¨¢ticos. Ahora pasa hasta 11 y 12 horas al d¨ªa -a veces incluso m¨¢s- con 13 focas dentro de Faunia, el parque tem¨¢tico de la naturaleza. Se han convertido en su familia. Les llama por el nombre, sabe c¨®mo es su car¨¢cter y hasta d¨®nde puede llegar con cada uno de los animales. Durante la entrevista, no deja de acariciarlos, incluso, de besarlos. "En realidad son tres especies, pero yo siempre digo que somos cuatro. Los humanos que trabajamos con ellos convivimos todo el d¨ªa y eso nos une mucho", explica.

"Hay algunos periodos en los que no tengo tiempo ni para m¨ª"

Cada ejemplar llega a consumir hasta 10 kilos de pescado al d¨ªa en invierno

Nacho Barrio es pura fibra y puro nervio. Habla r¨¢pido, repasa su vida en cuesti¨®n de minutos y transmite pasi¨®n por los animales acu¨¢ticos desde la primera frase. Y ese sentimiento lo contagia a sus tres compa?eras de trabajo y a otras tres en periodo de pr¨¢cticas. "Cuando llega alguien nuevo siempre buscamos que sea buena persona y que se comprometa con lo que est¨¢ haciendo. Debe tener un respeto total hacia los animales y, si tiene un mal d¨ªa, no puede pagarlo con ellos. Ni con nadie de nosotros", afirma envuelto en medio traje de neopreno.

A su cargo est¨¢n los 13 animales, cuyo peso no baja de 100 kilos. Las especies son muy espec¨ªficas: le¨®n marino californiano, foca bitulina y oso marino sudafricano. Los tres se han adaptado muy bien al ambiente de Faunia. "Cuando yo comenc¨¦ a trabajar, hace ya nueve a?os, lleg¨® uno de los leones marinos con 25 kilos. Ahora supera los 200. Igual ocurri¨® con las focas, una de ellas pes¨® al nacer 6,25 kilos, era tan peque?a que la pod¨ªamos llevar en brazos. Ahora supera los 100", a?ade. Ese peso no les impide moverse por el agua con total libertad. De hecho, resulta llamativo c¨®mo se cuelan en las piscinas sin levantar una gota de agua.

La jornada del responsable de Faunia comienza por la ma?ana comprobando las bombas y los equipos y con un reconocimiento a cada animal. Tras verificar que est¨¢n bien, responde a los correos electr¨®nicos que le han llegado y despu¨¦s acude a la cocina en donde prepara con sus compa?eros la comida de los animales. "En invierno, que es cuando necesitan m¨¢s calor¨ªas para mantener su temperatura, llegan a comer entre nueve y 10 kilos de pescado. En verano, lo reducen a la mitad", explica. Las especies que devoran son espad¨ªn, capell¨ªn y arenque. "De vez en cuando, tambi¨¦n mezclamos calamares o alguna especie distinta", afirma.

Los animales llevan un control estricto. Todos los lunes se les pesa y se comprueba si han ganado o perdido peso. Peri¨®dicamente se les hacen an¨¢lisis de sangre, que resultan "m¨¢s completos que los que nos hacen a las personas", seg¨²n el responsable. Y para mantener la dieta, se les da vitaminas y medicamentos que los protejan.

La rutina contin¨²a haciendo ejercicio con los animales a los que se educa para que hagan los ejercicios. "Son animales list¨ªsimos. Son capaces de captar c¨®mo nos encontramos de humor. Al final pasamos tanto tiempo con ellos que son como nuestra familia", se?ala Barrio. "Adem¨¢s, tienen mucho car¨¢cter y no temen al humano. Solo con sus movimientos saben c¨®mo se encuentra cada uno y c¨®mo deben enfrentarse a cada situaci¨®n", apostilla.

"Hay algunos periodos en los que no tengo tiempo ni para m¨ª", cuenta. "Me paso en el parque hasta 15 y 16 horas, pero este es un tipo de trabajo en el que no se puede decir que hay un horario. Nos implicamos tanto que en cuanto les pasa algo a los animales estamos con ellos", comenta el jefe de animales acu¨¢ticos. Un detalle: en invierno para que osos, leones marinos y focas est¨¦n en plenas condiciones se calienta el agua para que est¨¦ siempre a 10 grados de temperatura.

La temporada alta es ahora en verano, donde el parque recibe el grueso de los visitantes. Cada d¨ªa los animales acu¨¢ticos se enfrentan a cuatro representaciones, cuatro sesiones de fotos con visitantes y dos ba?os con personas que se meten con ellos, adem¨¢s de dos espect¨¢culos nocturnos dos d¨ªas a la semana. "Gracias a que somos varios entrenadores y que son 13 animales podemos hacer todo este trabajo. Los animales descansan porque no tienen que hacer m¨¢s de dos shows, como mucho, al d¨ªa. Lo importante es que los monitores y los animales mantengan una buena salud mental", explica el jefe.

Las focas reciben las ¨®rdenes en dos idiomas. Fueron entrenados en ingl¨¦s, pero despu¨¦s les han reeducado en el parque en espa?ol. "Yo siempre digo que estos animales son biling¨¹es", bromea Barrio mientras acaricia a una foca. Uno de los aspectos que m¨¢s le gusta es cuando acuden al ba?o ni?os peque?os de tres o cuatro a?os o ni?os con alguna deficiencia mental. "Les estimula un mont¨®n y aprenden a confiar en s¨ª mismos. Siempre nos acompa?a un terapeuta", explica. "Ese es el verdadero sentido de nuestro trabajo: la felicidad de los dem¨¢s", concluye.

Una gran sonrisa llena su cara. Ibo, un oso marino sudafricano, le mira. ?l no para de acariciarle el lomo. Imagen t¨ªpica trat¨¢ndose de Barrio.