Ortega, a los ojos de Mar¨ªa Zambrano
Filosof¨ªa. La fil¨®sofa espa?ola Mar¨ªa Zambrano (V¨¦lez-M¨¢laga, 1904-Madrid, 1991) siempre se declar¨® "disc¨ªpula" del gran Jos¨¦ Ortega y Gasset (1883-1955), y ello a pesar de los rumbos diversos que tomaron sus respectivos pensamientos. Aquella joven singular fue alumna aventajada de Ortega en la madrile?a Facultad de Filosof¨ªa apenas unos a?os antes de que estallara la Guerra Civil; luego, ella comenz¨® a publicar sus primeros art¨ªculos filos¨®ficos y a participar con pasi¨®n en los avatares pol¨ªticos de la ¨¦poca. Joven y entusiasta de la Rep¨²blica, se distanci¨® un tanto de la mesura pol¨ªtica de su maestro, pero nunca dej¨® de sentir una gran admiraci¨®n por su val¨ªa intelectual y humana. Zambrano permaneci¨® en Espa?a durante la sangr¨ªa nacional para partir al exilio en 1939; Ortega lo hab¨ªa hecho nada m¨¢s comenzar la guerra. El maestro regres¨® en 1945, Zambrano ya no lo har¨ªa hasta 1984.
Escritos sobre Ortega
Mar¨ªa Zambrano
Edici¨®n, introducci¨®n ynotas de Ricardo Tejada
Trotta, Madrid, 2011
308 p¨¢ginas, 22 euros
En su estupenda introducci¨®n, Ricardo Tejada da cumplida cuenta de las sucesivas etapas por las que atraves¨® la relaci¨®n intelectual de Mar¨ªa Zambrano con Ortega. El maestro no parece haber aprendido mucho de la disc¨ªpula, mientras que ¨¦sta creci¨® por su cuenta pero gracias al nutriente de su honda ra¨ªz orteguiana. Hoy, sus filosof¨ªas son equiparables en altura, aunque divergentes y muy marcadas por el car¨¢cter de sus creadores: el de Ortega es "mediterr¨¢neo y germ¨¢nico al mismo tiempo", anota Tejada, mientras que la malague?a fue m¨¢s bien "hel¨¦nica, mediterr¨¢nea, etrusca, ib¨¦rica". Quiz¨¢s la fil¨®sofa pensaba m¨¢s con el coraz¨®n y amaba la c¨¢lida musicalidad po¨¦tica de la recia palabra popular espont¨¢nea y directa, mientras que el "cartesiano vitalista" que fue Ortega se serv¨ªa de un lenguaje m¨¢s ¨¢ulico, incisivo, refinado y culto. Lo cierto es que ambos pugnaron por desentra?ar los problemas filos¨®ficos radicales, tales como el del ser y el sentido de la existencia; nunca la filosof¨ªa pensada y escrita en espa?ol alcanz¨® cotas tan elevadas de lucidez y claridad como con Ortega y Mar¨ªa Zambrano, tan dis¨ªmiles y tan complementarios.
Los textos aqu¨ª reunidos son todos los que Zambrano public¨® sobre Ortega junto a otros in¨¦ditos, como tres elocuentes cartas al maestro y una m¨¢s a Alfonso Reyes sobre Goethe; o un texto acerca del "silencio" de Ortega y Azor¨ªn durante la Guerra Civil. Todos son asertivos, flamantes en su discurrir con y desde Ortega, jam¨¢s contra ¨¦l; traslucen una empat¨ªa y una afinidad esenciales: la de las almas hechas para la filosof¨ªa como tarea amorosa, sin est¨¦riles erudiciones, vanidades e inquinas.
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