A las urnas, al fin
El adelanto electoral es la mejor medida para revitalizar la pol¨ªtica y abordar la recuperaci¨®n
Al fin ha cedido. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, no ha podido resistir la presi¨®n, externa e interna, de los agentes econ¨®micos, sociales y pol¨ªticos y de su propio partido y entorno, y ha atendido a las numerosas voces que le ped¨ªan el final de la agon¨ªa en que se ha convertido su segunda legislatura. Tampoco ha podido obviar en la decisi¨®n los intereses objetivos de su partido y del candidato socialista. Una vez resuelta la cabeza de cartel del PSOE, nada de lo que pudiera suceder de no adelantar los comicios iba a favorecer a Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. Las reformas y recortes dolorosos iban a continuar hasta marzo. Los datos levemente esperanzadores sobre crecimiento y empleo de una econom¨ªa muy estacionalizada como la espa?ola iban a ser mejores ahora en verano que a la salida del invierno. Las encuestas podr¨ªan haber mejorado hasta marzo, pero a¨²n ten¨ªan tambi¨¦n un amplio y peligroso recorrido a la baja. As¨ª las cosas, ?a qu¨¦ esperar m¨¢s?.
El anuncio del adelanto es una fiel imagen de quien lo ha decidido. Zapatero ha desmentido hasta el ¨²ltimo minuto la disoluci¨®n anticipada y ha defendido la terminaci¨®n ahora de la legislatura por la necesidad de "proyectar certidumbre pol¨ªtica y econ¨®mica", el mismo argumento que le ven¨ªa sirviendo hasta el momento para lo contrario, es decir, llegar hasta marzo. Ha elegido el ¨²ltimo d¨ªa laborable antes de agosto para marcar el ¨²ltimo tramo de su agenda de Gobierno, adelantando as¨ª incluso el anuncio del adelanto para sacarse toda la presi¨®n de encima: el 26 de septiembre ser¨¢ el d¨ªa en el que firmar¨¢ la convocatoria. Con casi dos meses de margen por delante, estos argumentos perentorios para despejar incertidumbres hubieran servido para firmar la disoluci¨®n ahora y celebrar las elecciones todav¨ªa antes, en octubre. El empecinamiento presidencial llega hasta insinuar el exacto cumplimiento de unos planes fraguados hace ya tiempo, mantenidos en prudente secreto e incluso desmentidos p¨²blicamente, aun a costa de dar p¨¢bulo a quienes le atribuyen una conflictiva relaci¨®n entre sus palabras y la verdad.
Cap¨ªtulo aparte merece la posici¨®n de Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, que ha resistido las presiones de Madrid y ha decidido agotar la legislatura, desvinculando a Andaluc¨ªa de la cita electoral de las generales. Aunque las encuestas arrojan una previsible derrota, Gri?¨¢n sabe que si hay alguna opci¨®n de salvarse de la quema, el PSOE andaluz no debe hipotecar su futuro yendo de la mano de Ferraz. Si los socialistas sufren, como se espera, un severo castigo en las generales, el electorado andaluz podr¨ªa perdonarle la vida a un partido que lleva 33 a?os gobernando Andaluc¨ªa.
Recuperar la credibilidad
Con independencia del contexto y de los argumentos, el adelanto es la mejor respuesta que pod¨ªa darse a una situaci¨®n dif¨ªcilmente sostenible hasta marzo de 2012. Convocar las elecciones para el 20 de noviembre resuelve las dificultades parlamentarias del Gobierno, cuyos socios potenciales (CiU y PNV) hab¨ªan mostrado reticencias al agotamiento de la legislatura; neutraliza la duplicidad entre un Ejecutivo agotado y un candidato socialista que reduc¨ªa el margen de actuaci¨®n de ambos; y permite que un nuevo Gobierno afronte con ideas renovadas la grave situaci¨®n del pa¨ªs. Aunque las l¨ªneas fundamentales de pol¨ªtica econ¨®mica ya est¨¢n hilvanadas, parece necesario articular una pol¨ªtica que las coordine con una aceleraci¨®n del crecimiento y creaci¨®n intensiva de empleo.
En su explicaci¨®n del adelanto electoral, Rodr¨ªguez Zapatero acert¨® al argumentar que la decisi¨®n aporta certidumbre pol¨ªtica y que con un calendario definido el debate pol¨ªtico ya no se centrar¨¢ en la fecha de los comicios. Se hab¨ªa llegado a una situaci¨®n circular: la p¨¦rdida de credibilidad del actual Gobierno destruye la confianza imprescindible para que brote la recuperaci¨®n econ¨®mica, y la mala situaci¨®n de la actividad econ¨®mica, pero sobre todo del empleo, arruina las opciones electorales del PSOE. Los ¨²ltimos datos de la EPA ven¨ªan a confirmar ayer que la recuperaci¨®n no se producir¨¢ antes de 2012, como de forma persistente e ingenua ha sostenido el Gobierno, y que la elevad¨ªsima tasa de paro (20,86%) seguir¨¢ deprimiendo a la sociedad espa?ola al menos durante el a?o pr¨®ximo. El anuncio de Moody's de que rebajar¨¢ la calificaci¨®n de la deuda soberana y el nivel de la prima de riesgo (muy por encima de los 300 puntos b¨¢sicos) son una amenaza dram¨¢tica para un Ejecutivo que quiz¨¢ ya no ten¨ªa fuerzas para encarar un Presupuesto con un margen de inversi¨®n y pol¨ªticas sociales reducidos al m¨ªnimo por los costes financieros.
Recuperar la confianza
La econom¨ªa est¨¢ estancada y la sociedad espa?ola no entiende las terribles dificultades para remontar la crisis econ¨®mica. La decepci¨®n social no pod¨ªa ni deb¨ªa prolongarse m¨¢s. Y no es que el muy probable Gobierno del PP disponga del remedio para aumentar el crecimiento y el empleo, pero la virtud principal de las elecciones ser¨¢ la de reforzar las expectativas de que la mejora es posible y quiz¨¢ est¨¦ pr¨®xima. El adelanto no solo debe contribuir a recuperar la confianza social. Tambi¨¦n dise?a el mejor calendario para los dos contendientes con opciones de ganar. La bicefalia abierta en el PSOE tras la proclamaci¨®n del candidato es una circunstancia no exenta de riesgos, que se habr¨ªan acrecentado de prolongar la situaci¨®n durante m¨¢s de ocho meses como estaba previsto. El ¨²ltimo bar¨®metro del CIS, que refleja el aprecio que la sociedad espa?ola -no solo los votantes socialistas- tiene de Rubalcaba es tambi¨¦n una buena se?al acerca de sus posibilidades de remontar de aqu¨ª a final de noviembre. Mariano Rajoy, por su parte, obtiene el adelanto que tanto reclamaba cuando todos los sondeos le son favorables, por lo que, a pesar de todo, reducir el plazo no puede m¨¢s que beneficiarle.
M¨¢s all¨¢ de c¨¢lculos electorales, las elecciones pondr¨¢n fin a un panorama bloqueado, con un Gobierno desgastado e incapaz de tomar las ambiciosas iniciativas que el pa¨ªs necesita y una oposici¨®n atrapada en el ¨²nico discurso del relevo como panacea para acabar con la crisis. Al deterioro econ¨®mico se ha sumado un empobrecimiento de argumentos pol¨ªticos incompatibles con una democracia de calidad. Ahora llega el momento de que Rajoy explique cu¨¢l es el proyecto con el que pretende sacar a Espa?a de su dif¨ªcil situaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de las huecas proclamas sobre que "hay que crear empleo" o "actuar con determinaci¨®n". Quiz¨¢ ahora se decida a detallar c¨®mo se crean puestos de trabajo y c¨®mo se act¨²a con determinaci¨®n. El examen de sus ideas econ¨®micas, al menos las expresadas en p¨²blico, arroja conclusiones m¨¢s bien pobres. Si hay incertidumbres que quedan despejadas con el adelanto no es el caso con las propuestas e ideas del PP, de ah¨ª que en esta campa?a electoral sean obligados la confrontaci¨®n de programas y posiciones y el debate p¨²blico entre los dos candidatos.
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