Una sopa rosa para flamencos
La foto podr¨ªa ser de la instalaci¨®n Surrounded Islands, uno de los proyectos de Christo-Jeanne-Claude, la pareja de artistas que embal¨® el Reichstag berlin¨¦s y rode¨® de polipropileno rosa las 11 islas de la bah¨ªa de Miami en 1983. Parece artificial, pero, en realidad, es una guarder¨ªa de aves en el lago Natr¨®n, al norte de Tanzania. Los puntitos negros son cr¨ªas de flamenco enano, al cuidado de unos pocos flamencos adultos que se ocupan de alimentarlos y guiarlos.
Dos de los tres millones de Phoenicopterus minor que hay en el mundo viven en el este de ?frica, y la mayor colonia se concentra en el Natr¨®n. En sus aguas, muy alcalinas, se reproduce a sus anchas la espirulina, una cianobacteria que ti?e de fucsia el agua, sirve de alimento a las aves y les dota de su caracter¨ªstico plumaje rosa. No solo a los flamencos les gusta la espirulina. Tambi¨¦n la encontrar¨¢ en su tienda de diet¨¦tica: es muy rica en prote¨ªnas y pobre en grasas. Para verla en su salsa, Nobel Tours (www.nobeltours.es; en agencias) organiza viajes a Tanzania de 7 o m¨¢s noches desde 2.045 euros.
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