Vendo mi ri?¨®n por 8.000 euros
La desesperaci¨®n empuja a residentes en Espa?a a ofrecer sus ¨®rganos en la Red para trasplantes en el exterior - Ese 'negocio' est¨¢ tipificado en el C¨®digo Penal
"Vendo mi ri?¨®n, lo hago por el bienestar de mi hija". Esta es la oferta que ha colgado Luis (nombre ficticio) en la web Campusanuncios. El colombiano, de 23 a?os, cuenta por tel¨¦fono que lleg¨® al Pa¨ªs Vasco hace cinco en busca de una oportunidad en la construcci¨®n, pero la burbuja inmobiliaria estall¨® y, al perder su empleo, se qued¨® tambi¨¦n sin permiso de residencia. "Estoy pagando mis deudas, pero con retraso", se lamenta. "No tengo para el pasaje de vuelta ni puedo mantenerme en Espa?a. Necesito dinero", explica como una retah¨ªla que ha repetido mil veces. Su ri?¨®n lleva a la venta tres meses durante los cu¨¢les ha recibido ofertas de varios interesados; ninguno le ha enviado los 8.000 euros que pide para rematar esta venta completamente ilegal en Espa?a. ?l prefiere llamarlo "una donaci¨®n que requiere gratificaci¨®n".
Comercializar con ¨®rganos puede castigarse con 12 a?os de prisi¨®n
Sanidad cree que en este pa¨ªs materializar ese negocio es inviable
No es el ¨²nico que ha puesto precio a sus ¨®rganos. Un compatriota suyo, Pablo Andr¨¦s, cuenta una situaci¨®n l¨ªmite: "Necesito 100.000 d¨®lares [65.000 euros] para la operaci¨®n de mi madre. Ese es el precio que marco". Se define como un hombre sano y env¨ªa por correo electr¨®nico unos an¨¢lisis de sangre para refrendarlo. Ofrece una cita al presunto comprador para tratar el asunto cara a cara en su casa de Vinaroz (Valencia), pero le surgen dudas: "Mi mujer no est¨¢ de acuerdo. Dice que puedo enfermar". No le falta raz¨®n. La operaci¨®n conlleva los riesgos de cualquier cirug¨ªa con anestesia: problemas respiratorios, hemorragias e infecciones.
Espa?a alcanza los 32 donantes renales por mill¨®n de habitantes, seg¨²n el Registro Mundial de Trasplantes. Es l¨ªder mundial, pero la cifra se queda peque?a si se tiene en cuenta que la lista de espera es de 5.000 personas. Ning¨²n pa¨ªs tiene suficientes donaciones. Hay m¨¢s de 1,6 millones de personas en el mundo someti¨¦ndose a di¨¢lisis, pero solo se realizan 67.000 trasplantes al a?o. Esto ha generado una demanda creciente de pacientes con recursos dispuestos a conseguir un ¨®rgano. El precio medio de un ri?¨®n en el mercado negro son 120.000 euros, seg¨²n el informe Organ Trafficking de la ONU.
La Declaraci¨®n de Estambul trata de poner freno a esta variante del tr¨¢fico de seres humano pidiendo a los Gobiernos que legislen al respecto. M¨¢s de 78 pa¨ªses lo han hecho, entre ellos Espa?a. Tanto el C¨®digo Penal, como la directiva del Parlamento Europeo sobre trasplantes establecen que las donaciones se fundamentan en los principios de voluntariedad, gratuidad, finalidad terap¨¦utica y anonimato. De hecho, la reforma del C¨®digo Penal clarifica y tipifica por primera vez la comercializaci¨®n de ¨®rganos como delito.
Esto no ha impedido que la asociaci¨®n de consumidores Facua haya denunciado en 2009 anuncios de espa?oles que ofrec¨ªan ri?ones a cambio de dinero [entre 15.000 y 100.000 euros] en Madrid, Castell¨®n, M¨¢laga y Sevilla. "Es f¨¢cil encontrar ofertas de este tipo en la Red y la crisis no ha hecho m¨¢s que aumentar el problema, pero las autoridades siguen sin solucionarlo", se queja el portavoz, Rub¨¦n S¨¢nchez.
Un capit¨¢n de la polic¨ªa judicial de la Guardia Civil explica que la ley "proh¨ªbe hacer publicidad sobre la necesidad de un ¨®rgano o sobre su disponibilidad, ofreciendo o buscando alg¨²n tipo de gratificaci¨®n o remuneraci¨®n a cambio". Los infractores se enfrentan a penas de hasta 12 a?os de prisi¨®n aunque, en la pr¨¢ctica, admite el capit¨¢n, es muy dif¨ªcil perseguirlos. "El C¨®digo Penal se?ala que solo es delito negociar con ¨®rganos ajenos. Si alguien pone a la venta su propio ri?¨®n, solo cometer¨ªa una infracci¨®n administrativa. Tampoco es sencillo averiguar si el intercambio se ha producido en Espa?a y depende de nuestra jurisprudencia, ya que la mayor¨ªa de los anuncios han sido colgados por extranjeros en p¨¢ginas radicadas en otros pa¨ªses", argumenta. Los administradores de los portales se escudan en que es imposible controlar el flujo de mensajes.
A pesar del argumento del capit¨¢n de la Guardia Civil, tambi¨¦n hay espa?oles que han optado por este comercio ilegal. Como Manuel (nombre supuesto), que vive en Navarra y pide una compensaci¨®n econ¨®mica por su ri?¨®n en el portal Casi nuevo, donde tambi¨¦n se alojan anuncios de vientres de alquiler. "No quiero enga?os, s¨¦ lo que me juego", dice por tel¨¦fono.
La Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes (ONT) no dispone de una unidad para perseguir estos delitos. Sin embargo, su director, Rafael Matesanz, est¨¢ convencido de que el negocio es inviable en Espa?a. "Ning¨²n facultativo de este pa¨ªs va a extraer un ¨®rgano comprado", defiende Matesanz.
Quiz¨¢ por eso los vendedores de ¨®rganos ofrecen v¨ªas alternativas: "Me he tomado tiempo para instruirme en los aspectos legales y lo mejor es hacerlo en Venezuela", propone por correo electr¨®nico Ricardo Antor, de 48 a?os. Explica al presunto comprador que en su pa¨ªs hay "formas de convencer a los m¨¦dicos". "Si queremos que autoricen el procedimiento, tenemos que conocernos a fondo para pasar la entrevista. Aqu¨ª se requiere un lazo familiar o una amistad de m¨¢s de 20 a?os". Antor planea la junta m¨¦dica como un matrimonio fraudulento: "La imagen que demos es importante. Est¨¢s tratando con alguien maduro, universitario y de clase media".
El pago tambi¨¦n est¨¢ estipulado. El comprador debe hacerse cargo de las pruebas previas de compatibilidad sangu¨ªnea y preoperatorio, el coste de la intervenci¨®n quir¨²rgica, la hospitalizaci¨®n y los desplazamientos. "Realizar¨¢s el ingreso cuando me hospitalicen, pero con tiempo suficiente como para que pueda verificarlo antes de que me operen", exige el venezolano. A cambio ofrece supuestas garant¨ªas a su interlocutor: "Puedes enviar a alguien de tu confianza para que est¨¦ conmigo y controle que todo va seg¨²n lo convenido". Tambi¨¦n pide un documento firmado que certifique el acuerdo, un asunto ilegal y por tanto, no reclamable. .
Matesanz cree que la materializaci¨®n de esta negociaci¨®n es "ciencia ficci¨®n" en Espa?a, ya que receptor y donante no pueden conocerse para que se autorice el trasplante de un ¨®rgano de un buen samaritano -donante altruista sin parentesco con el paciente-. Los jueces entrevistan a los candidatos y rechazan a aquellos cuyas condiciones econ¨®micas pudieran ser sospechosas de fraude. "Nuestro sistema es el mejor recurso inmunol¨®gico contra el virus de la desesperaci¨®n que puede llevar a alguien a intentar pagar por un aliento de vida", concluye.
Un mercado legal contra el tr¨¢fico
Algunos te¨®ricos, como el economista Alex Tabarrok, asesor de LifeSharers.com, abogan por la introducci¨®n de incentivos para aumentar la oferta de ¨®rganos. "Si las ventas son voluntarias, hay poco que objetar moralmente, porque tanto el comprador como el vendedor se benefician. En un mercado negro, la transparencia es escasa, los donantes est¨¢n m¨¢s desprotegidos frente a la desinformaci¨®n y el fraude, y es posible que no reciban los cuidados adecuados despu¨¦s de la operaci¨®n", dice Tabarrok en The Meat Market, un art¨ªculo publicado en Wall Street Journal.
John Harris, Director del Instituto para la Ciencia, ?tica e Innovaci¨®n (ISEI) de la Universidad de Manchester ha reabierto la discusi¨®n este a?o con unas declaraciones para The Independent donde expon¨ªa varias propuestas para la creaci¨®n de un mercado de ¨®rganos regulado. Harris opina que la sociedad acabar¨ªa aceptando la venta por pragmatismo: "Es tiempo de considerarlo, porque Reino Unido, para su verg¨¹enza, ha permitido una escasez innecesaria de ¨®rganos durante 30 a?os mientras que miles de personas mor¨ªan esperando un trasplante".
Rafael Matesanz, director de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes, est¨¢ en total desacuerdo y considera que su planteamiento pondr¨ªa a los seres humanos a la altura de los animales, en el expositor de carne. "No existe un debate generalizado sobre esta cuesti¨®n, solo lo mantienen vivo individuos interesados en generar un mercado neoliberal regulado. Permitirlo ser¨ªa como consentir la esclavitud, porque se trata de tr¨¢fico humano. Los pacientes ricos del primer mundo ir¨ªan a por los ri?ones de los pobres del tercer mundo y aquello se convertir¨ªa en una carnicer¨ªa. Es inconcebible que los Gobiernos autoricen algo semejante en un mundo civilizado", concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.