Historia de los 15 linajes chuetas
Los descendientes mallorquines de jud¨ªos conversos indagan en su pasado
El rabino ultraortodoxo Nissim Karelit ha dado el primer paso, pero el reconocimiento oficial de los chuetas por el Estado jud¨ªo ser¨¢ un proceso lento. Entre la minor¨ªa social de los descendientes de chuetas de Mallorca, Josep Pomar, m¨¦dico y expol¨ªtico, se felicita por el hecho de que la comunidad de sucesores de jud¨ªos conversos al catolicismo haya sido identificada como "jud¨ªa" por Karelit, una autoridad religiosa de Israel.
Pomar ronda los 50 a?os y como otros profesionales -cuyos padres padecieron el rastro de ofensa y maltrato, el complejo social por su linaje estigmatizado- reconoce "una aproximaci¨®n de curiosidad intelectual y sentimental hacia su historia y su cultura, pero no religiosa ni pol¨ªtica".
El Estado de Israel a¨²n no se ha pronunciado sobre el reconocimiento
El colectivo se vio forzado durante siglos a bodas endog¨¢micas
Durante siglos, los chuetas se vieron forzados a las bodas endog¨¢micas. "Se casaron tan solo entre ellos", manifiesta en el edicto el rabino y, en consecuencia, "son jud¨ªos, nuestros hermanos hijos de Israel, el pueblo de Dios. Hemos de atraer a esta gente para acercarlos a la Tora y los mandamientos". Shavei Israel, entidad religiosa ortodoxa que ayuda a comunidades dispersas por el mundo, ha propiciado el decreto. Pero el Estado israel¨ª no se ha pronunciado a¨²n sobre el caso de una eventual operaci¨®n retorno.
Los apellidos Aguil¨®, Bonn¨ªn, Cort¨¦s, Forteza, Fuster, Mart¨ª, Mir¨®, Pic¨®, Pi?a, Pomar, Segura, Valls, Valent¨ª, Valleriola y Tarong¨ª formaron, con sus clanes, el n¨²cleo de los 15 linajes del colectivo chueta. Quedaron se?alados como los parientes directos de los ¨²ltimos perseguidos por la Inquisici¨®n en el siglo XVII.
"Hasta en el mundo contempor¨¢neo global persisten la validez y la eficacia simb¨®lica de los lazos de sangre", observa Enric Porqueres, antrop¨®logo especializado en la endogamia de los chuetas mallorquines y director de estudios de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Par¨ªs. Porqueres supone que la mayor¨ªa de los 20.000 ciudadanos de ra¨ªz chueta entre los 800.000 habitantes de Mallorca "estar¨¢n contentos con el reconocimiento de su identidad, pero tambi¨¦n es cierto que continuar¨¢n reconoci¨¦ndose como jud¨ªos cristianos".
La llamada "fuerza de la sangre" vinculada a la religi¨®n, anida hasta ahora en una quincena de chuetas que acude a la sinagoga de Palma a clases y a ritos con un rabino para iniciar un posible proceso de retorno religioso y cultural. Entre m¨¦dicos, polic¨ªas, artistas, cocineros e ingenieros, se encuentra una heredera directa del l¨ªder religioso Rafael Valls, quemado vivo en 1691 en Palma, junto otros 36 chuetas, en los ¨²ltimos actos de fe de la Inquisici¨®n.
La mujer ha reconstrido su ¨¢rbol geneal¨®gico y recupera en el templo sus ra¨ªces. Tambi¨¦n el tronco emocional y confesional del ¨²ltimo dirigente de los chuetas. Tres siglos despu¨¦s del ajusticiamiento de su tatarabuelo, ella recibe clases de religi¨®n del primer rabino local en 400 a?os, Nissan ben Avraham, que cada mes viaja a Israel. Nissan se traslad¨® de Palma a Tierra Santa para convertirse en los a?os setenta y dej¨® de ser Nicolau Aguil¨®.
"La condici¨®n de ser jud¨ªo no la otorga Israel ni el rabino. Es m¨¢s que probable que la condici¨®n de ser jud¨ªo sea dictada por el coraz¨®n", apunta el pintor Jaume Pinya, que ha rastreado la memoria familiar y comunitaria (ajusticiados, emigrantes, perseguidos) hasta el siglo XVI. "No pienso retornar, entre otras razones, porque nunca me hab¨ªa ido", dice Pinya.
Bernat Aguil¨®, pol¨ªtico nacionalista, cree que el "tema chueta era la met¨¢fora de la injustica, de la discriminaci¨®n y, a la vez, de la defensa de la dignidad" y rechaza por caduca la imagen caricaturesca "del chueta amargado y sojuzgado por una losa de prejuicios". El dilema no est¨¢ en ser cristiano, agn¨®stico o jud¨ªo, indica, sino en los "temores" que pueda suscitar en Israel "un grupo de identidad oscura". Y cita, como ejemplo, a los falashmura, jud¨ªos et¨ªopes forzados a convertir al cristianismo hace generaciones y que ahora reclaman emigrar a Israel.
Ni sobrasada ni ensaimada
"Mis antepasados estar¨¢n contentos. Algunos padecieron mucho, lo pasaron mal". Toni Pinya resume su proceso de retorno a la fe jud¨ªa. "He llegado a Dios por la cocina, est¨¢ toda en la Tora ". Pinya, de 60 a?os, maestro de cocineros y popular divulgador, se retir¨® hace dos a?os y asumi¨® los preceptos y obligaciones del juda¨ªsmo.
"Me desped¨ª de la sobrasada y la ensaimada" (carne y grasa de cerdo), cuenta. Y comenz¨® su proceso de enriquecimiento en la sinagoga de Palma, con un rabino chueta-jud¨ªo de Mallorca que vive en Israel, Nissan. Pinya promete que alg¨²n d¨ªa ir¨¢ a Jerusal¨¦n y concluir¨¢ el recorrido inici¨¢tico, con su circuncisi¨®n y bautismo ritual.
El cocinero tiene sobre sus espaldas 500 a?os de "antecedentes de sangre", su pertenencia al mismo grupo ¨¦tnico chueta por endogamia (matrimonios cerrados). La represi¨®n forz¨® un c¨ªrculo familiar de bodas entre individuos que portaran los 15 apellidos estigmatizados en los autos de fe. El popular cocinero era agn¨®stico. Ni siquiera bautiz¨® a sus hijos. "Mi madre fue la primera no chueta de la familia desde el a?o 1500", dice.
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