Indignados, sol y sombra
El Movimiento 15-M puede perder el apoyo ciudadano si persevera en el desorden p¨²blico
El Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid han puesto fin a la tolerancia con la que acog¨ªan los improvisados actos de protesta de los indignados. Todo parece indicar que los responsables del orden p¨²blico pretenden explotar durante agosto los errores cometidos por el 15-M. Su decisi¨®n de convertir las protestas en permanentes se ha saldado con una p¨¦rdida progresiva de su capacidad de movilizaci¨®n, muy limitada ahora frente a la que demostraron en los d¨ªas de las elecciones municipales. Los indignados tambi¨¦n se han equivocado al considerar que la no intervenci¨®n policial durante la jornada de reflexi¨®n previa al 22 de mayo les hab¨ªa concedido el privilegio de ejercer sus derechos de reuni¨®n y manifestaci¨®n al margen de las leyes, dando por descontada la condescendencia y hasta la resignaci¨®n de los ciudadanos afectados.
La operaci¨®n policial ha llevado al cierre absoluto de la Puerta del Sol para minimizar la posibilidad de enfrentamientos abiertos con los indignados, que siguen contando, seg¨²n las encuestas, con apoyo en la opini¨®n. A efectos de imagen, la estrategia parece haber dado resultado. Pero los responsables del orden p¨²blico han contribuido a perturbar la vida ciudadana m¨¢s de lo que pod¨ªan haberlo hecho los indignados, al no encontrar otra manera de desalojar a tres centenares escasos de personas m¨¢s que cerrando a cal y canto zonas completas de la capital, incluyendo el tr¨¢fico y el transporte suburbano.
Los indignados podr¨ªan cometer un tercer error si pretendieran encontrar una nueva raz¨®n de ser para su movimiento en los enfrentamientos con la polic¨ªa. Lo que les granje¨® la simpat¨ªa fue su defensa de reivindicaciones pol¨ªticas apoyadas por una opini¨®n mayoritaria. Lo que puede hacer que la pierdan es que aparezcan envueltos en un conflicto constante de orden p¨²blico. De nada sirve que sus portavoces reiteren el car¨¢cter pac¨ªfico del movimiento si ejercen sus derechos de reuni¨®n y manifestaci¨®n como si los fines que defienden les eximieran de cualquier obligaci¨®n.
Los partidos han reaccionado con cautela. Tan solo el candidato socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, se ha pronunciado en el sentido de ofrecerles un espacio para dar a conocer sus propuestas. Son iniciativas que se le podr¨ªan volver en contra: porque lo relevante ahora es si apoya o no la operaci¨®n y porque sus gui?os al 15-M podr¨ªan resultar comprometedores si se prolongasen los problemas de orden p¨²blico.
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