Celed¨®n desde Massachusetts
Las fiestas de La Blanca atraen a Vitoria a un creciente n¨²mero de turistas y vendedores ambulantes
Fuentes municipales confirman el creciente tir¨®n tur¨ªstico que tienen las fiestas de La Blanca en Vitoria. Y a veces la mirada for¨¢nea supone un buen medidor de lo que distingue cada fiesta veraniega de las dem¨¢s, as¨ª que el periodista se interesa por la opini¨®n de Daniel, 21 a?os, estadounidense de Springfield, -s¨ª como el pueblo de Los Simpsons-, en Massachusetts, y fiel defensor del "Baileys con Cola Cao". Es uno de esos j¨®venes que crecieron en un barrio donde, desde la ventana de su cuarto, pod¨ªa tirarle una piedra a la de uno de su mejores amigos en vez de llamarle por tel¨¦fono.
"Am¨¦rica es el mejor lugar para vivir", asegura, aunque le encanta Europa. Lleva todo el verano recorriendo Espa?a tras terminar sus pr¨¢cticas en una empresa del grupo Mondragon. Su abuelo, distribuidor de una firma del grupo en Sud¨¢frica, le consigui¨® el contacto.
Un vendedor callejero se queja de que la polic¨ªa no les deja en paz
Ha estado en Mallorca, Barcelona, Sevilla, Valencia, entre muchos otros lugares, "pero Celed¨®n, [ten¨ªa que estar] aqu¨ª", apunta en castellano. "Me gusta m¨¢s Euskadi que Espa?a", a?ade.
Tiene una herida fea en la pierna que no piensa curarse, probablemente causada por los restos de cristal de algunas de las miles de botellas rotas que el chupinazo dej¨® el jueves en la Plaza de la Virgen Blanca antes de que los servicipos de limpieza dejaran reluciente el escenario de la fiesta. Tambi¨¦n le robaron la c¨¢mara durante el zarandeo de la bajada del mu?eco, con decenas de miles de personas descorchando cava. Le pareci¨® un momento ¨²nico, pero echa en falta un poco del ambiente de jungla del hedonismo que conoci¨® en los sanfermines de Pamplona. "Lo de Celed¨®n fue wild ["salvaje"], pero en Pamplona me fui a dormir a las 11 de la ma?ana", resume.
Clara, 23 a?os, madrile?a, aunque se fue a vivir a Italia tras echarse un novio all¨ª, fue recibida ayer en la estaci¨®n de autobuses por una joven vestida de neska. Tal vez se esperaba una fiesta muy vasca, por lo que las muestras de multiculturalismo que se ven por el centro de la ciudad han sido una de las primeras cosas que le han sorprendido. "El grupo de africanos tocando los timbales o lo de la exhibici¨®n de hip-hop no me lo esperaba". Por la noche, ten¨ªa previsto encontrarse con su prima, que vive en San Sebasti¨¢n, pero no quiere perderse la juerga de la capital alavesa.
Adam, senegal¨¦s que ronda la treintena, se pasa el d¨ªa entero deambulando por los escenarios de la fiesta, pero lo suyo no es placer, sino trabajo. Normalmente est¨¢ en Zaragoza, pero ahora busca clientela en Vitoria.
Vende gafas y sombreros y se queja de que la Polic¨ªa Municipal no les deja en paz. Ya tuvo que pagar en el acto una multa de 60 euros para recuperar su mercanc¨ªa y ahora anda con cuidado, porque no puede permitirse otra. "Soy musulm¨¢n y s¨ª, estoy de Ramad¨¢n", explica. La tarde se le har¨¢ larga sin comer ni beber nada mientras el sol siga presente. "Trabajando se pasa m¨¢s r¨¢pido", concluye con ganas de que acabe el d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.