"Este no es un Gobierno de llorones"
Es raro el d¨ªa que alguien no se dirige a Andreu Mas-Colell (Barcelona, 1944) para preguntarle cu¨¢ndo terminar¨¢ la crisis. Lo hacen por su faceta pol¨ªtica, porque es el responsable de poner orden en las arcas p¨²blicas de la Generalitat y de conducir la econom¨ªa catalana hacia la recuperaci¨®n. Pero tambi¨¦n por su condici¨®n de economista. Formado en Minnesota, afianz¨® su prestigio en Harvard, donde fue 14 a?os profesor. "Esto no es meteorolog¨ªa", bromea.
Tras el triunfo de CiU en las elecciones catalanas de noviembre, su nombre empez¨® a sonar para la cartera de Econom¨ªa, que ya entonces se antojaba la m¨¢s ardua del Ejecutivo. Cuando las quinielas llegaron a sus o¨ªdos, comenz¨® a navegar por la web de la consejer¨ªa para conocer el estado de las finanzas. Pronto tuvo el diagn¨®stico: un d¨¦ficit excesivo y una deuda insostenible. Y la receta: un recorte presupuestario "severo y a la vez cre¨ªble".
"No soy un experto en el arte de negociar con Madrid"
La llamada del presidente Artur Mas finalmente lleg¨®. Y Mas-Colell, que ya hab¨ªa sido consejero de Universidades con Jordi Pujol, dio el s¨ª. "Si te lo pide el presidente de la Generalitat, lo natural es inclinarse a aceptar", sostiene. A pesar de su talante prudente y su fachada seria, Mas-Colell es un tipo bromista, capaz de soltar una ocurrencia cuando nadie la espera y acompa?arla de una sonora carcajada. "Para aceptar el cargo tambi¨¦n es necesario que tu mujer est¨¦ de acuerdo, y fue ella quien me dio luz verde", espeta. Al fin y al cabo, concluye, llevar las finanzas p¨²blicas "es un reto interesante para un economista".
Solo 21 d¨ªas despu¨¦s de asumir la cartera, Mas anunci¨® en el Parlamento catal¨¢n un recorte del gasto presupuestario del 10%. Ese tijeretazo ha sido de 2.680 millones de euros -no 4.000 millones, puesto que del c¨¢lculo deb¨ªa excluirse el gasto finalista y financiero- y ha afectado a todas las ¨¢reas, incluidas Educaci¨®n y Sanidad. As¨ª que pronto empezaron a pasar por su despacho todos los consejeros para negociar la rebaja de su presupuesto. No rechistaron. "Este no es un Gobierno de llorones", dice.
Los recortes sacaron a la calle a m¨¦dicos, profesores y empleados p¨²blicos, entre otros colectivos. "No me ha sorprendido", confiesa. "Ahora bien, ?si me imaginaba que alg¨²n d¨ªa llegar¨ªa al Parlamento en helic¨®ptero? Est¨¢ claro que no, pero un cierto nivel de contestaci¨®n era esperable".
Esos dr¨¢sticos recortes no impedir¨¢n que la Generalitat duplique este a?o el objetivo de d¨¦ficit del 1,3% del producto interior bruto. "Si no dijimos que llegar¨ªamos al 1,3% fue para transmitir seriedad y ganar credibilidad". Lo dice consciente de que las comunidades est¨¢n en el punto de mira de los mercados, desde las agencias de calificaci¨®n hasta la prensa brit¨¢nica, a las que no ahorra cr¨ªticas. "No siempre se nos ha juzgado con suficiente conocimiento. Y eso lleva a simplificaciones", lamenta. Pero tambi¨¦n atribuye esa mala imagen internacional a "algunos sectores con amplia resonancia medi¨¢tica" que "cuestionan el Estado de las autonom¨ªas".
La batalla de Mas-Colell en los ¨²ltimos meses ha consistido en arrancar de la vicepresidenta Elena Salgado el anticipo del fondo de competitividad, todav¨ªa sin ¨¦xito. Una lucha com¨²n de todas las comunidades, algunas de las cuales incluso han planteado devolver competencias. Ese no es el caso de Catalu?a. "Queremos que nos traspasen todo lo transferible y un poco m¨¢s. La ¨²nica que en alg¨²n momento hemos podido insinuar que podr¨ªamos devolver es Cercan¨ªas. Es una transferencia mal hecha, casi virtual", denuncia.
Ante una botella de Coca-Cola light, admite no ser "un experto en el arte de negociar con Madrid". Esa carencia la compensa con la empat¨ªa. "Entiendo la posici¨®n de Madrid, porque entiendo la de Europa y conozco sus condicionamientos", dice. Y aun as¨ª, advierte: "Si al final de la historia el Gobierno central cumple y las comunidades, de media, no, es porque la raya no estaba bien puesta".
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