Polina

No es habitual encontrar en el c¨®mic el mete¨®rico y el prometedor inicio que ha protagonizado Bastien Viv¨¨s con obras como El gusto del cloro, En mis ojos o Amistad Estrecha. T¨ªtulos que, en muy poco tiempo, han sorprendido a p¨²blico y cr¨ªtica por la elegante sensibilidad del dibujante, dotado de una capacidad tan innata como sobrenatural de trasladar al lector sensaciones y sentimientos a flor de piel. Pero quedaba todav¨ªa la duda de saber si ese impetuoso arranque se mantendr¨ªa, si el jovenc¨ªsimo autor franc¨¦s pod¨ªa salir de ese c¨ªrculo de argumentos que reescriben un romanticismo adolescente con brillantez. La respuesta no ha tardado en llegar: Polina es una respuesta contundente que confirma a Viv¨¨s como uno de los autores llamados a ser una de las grandes estrellas del noveno arte. Lo hace adem¨¢s con ambici¨®n, despoj¨¢ndose de ese cromatismo que tan bien acompa?aba sus narraciones anteriores, para armarse s¨®lo del duro contraste entre blanco y negro -s¨®lo suavizado por un t¨ªmido tono gris- y alejarse de las anteriores experiencias de juventud para contar la historia de la bailarina Polina Oulinov y su maestro Bojinski. A trav¨¦s del tiempo, Viv¨¨s ir¨¢ construyendo su relaci¨®n con la argamasa de las miradas furtivas y los ladrillos de los silencios contenidos. El paso de ni?a a mujer, de la principiante a la artista, va tomando forma buscando los momentos que conforman una vida, pero los sentimientos contenidos s¨®lo saldr¨¢n a la superficie a trav¨¦s de la danza, donde el dibujante mostrar¨¢ su impresionante dominio de la expresividad y gestualidad de la figura humana, capaz de conseguir que oigamos la m¨²sica que interpretan los cuerpos en movimiento. Y, con ellos, se escribir¨¢ la verdadera historia que Viv¨¨s cuenta: la de la disc¨ªpula y su maestro.