Europa, el islam y la pol¨ªtica del miedo
El miedo no precisa de definici¨®n. Es el padre de la violencia. Quiz¨¢ por eso un autor como Montesquieu lo considerara una "pasi¨®n tir¨¢nica". Pero lo peligroso del miedo es que es una enfermedad contagiosa: otros pueden contraerla. El miedo existencial al otro siempre va acompa?ado de un proceso de "demonizaci¨®n" de ese otro. La demonizaci¨®n se alimenta del miedo y del odio. Y cuando se convierte en algo aceptable, en parte del discurso pol¨ªtico ortodoxo, crea un clima que propicia la violencia.
En el caso de la relaci¨®n entre el islam y Occidente, podemos subrayar el peligro de mutua demonizaci¨®n o de sim¨¦trica intolerancia que existe entre quienes sufren una islamofobia acusada o una extrema fobia a Occidente. Muchos de los t¨®picos y de las informaciones err¨®neas que contribuyen a la articulaci¨®n de la islamofobia surgen de un miedo al islam que retrata a esa religi¨®n como un bloque monol¨ªtico, est¨¢tico, b¨¢rbaro, irracional, violento, amenazador y reacio al cambio. En Occidente, el miedo al islam se ha convertido en un fen¨®meno social y el 11 de septiembre de 2001 convirti¨® la imagen del musulm¨¢n invasor en la de un musulm¨¢n terrorista.
Musulmanes y occidentales deben revisar su legado com¨²n y empezar un nuevo di¨¢logo
Muchos musulmanes alzan la voz contra la violencia, por el di¨¢logo y la paz
Desde el siglo XI, ese miedo viene siendo un elemento permanente del imaginario social europeo. Sin embargo, es necesario subrayar que hoy d¨ªa ya no estamos hablando de ese antiguo y primigenio miedo de Occidente al islam, hecho de ideas religiosas y teol¨®gicas preconcebidas, sino de un miedo moderno, moldeado por una visi¨®n del mundo secularizada y monol¨ªtica. El miedo moderno al islam no solo procede de la oposici¨®n cristiana a lo musulm¨¢n, sino de una relaci¨®n secularizada con el islam y con los musulmanes.
En la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, la ruptura con la islamofobia cristiana medieval se inici¨® en el siglo XVIII y sobre todo durante la colonizaci¨®n francesa del Magreb y de Oriente Pr¨®ximo. De este modo, el miedo cristiano al islam inici¨® su decadencia, convirti¨¦ndose en un miedo geopol¨ªtico: el Imperio otomano simbolizaba un peligro para el mundo occidental, pero un peligro m¨¢s temporal y pol¨ªtico que religioso. En el mundo contempor¨¢neo, la islamofobia arranca de una concepci¨®n culturalista y esencialista del islam, que no ve en ¨¦l una forma de espiritualidad, sino una cultura totalitaria que comporta una amenaza para el universalismo occidental.
As¨ª podemos ver que donde m¨¢s fuerte es la islamofobia es en aquellas culturas occidentales en las que impera la idea de una misi¨®n universalista, secular y republicana, que observa todas las pr¨¢cticas religiosas anticuadas con voluntad de excluirlas o asimilarlas.Entre esas anticuadas pr¨¢cticas religiosas que hay que erradicar est¨¢ el pa?uelo en la cabeza, que parece haberse convertido en un identificador visual de primer orden del objeto de odio. El hecho de centrarse en el hiyab y el niqab no solo constituye un caso de discriminaci¨®n, tambi¨¦n alimenta el sentimiento antimusulm¨¢n que crece en ciertos c¨ªrculos europeos. Evidentemente, tenemos el ejemplo de ese juego de ordenador llamado Muslim Massacre creado por Eric Vaugh, el mismo de la p¨¢gina web Something Awful, y en el que el jugador debe matar a todos los musulmanes que aparecen en pantalla en las diferentes fases del juego, hasta llegar a los jefes del mismo: Osama bin Laden, Mahoma y Al¨¢.
Si analizamos detenidamente el reciente asesinato masivo cometido en Noruega, que caus¨® la muerte de 77 personas, comprenderemos que tambi¨¦n pone de relieve otra falsa representaci¨®n del islam como religi¨®n regresiva y opuesta a la mente misionera secular, que, por su parte, cree que hay que emancipar a los musulmanes de su mundo arcaico.
Esta representaci¨®n err¨®nea del islam va de la mano de otra relativa a Occidente. De este modo, la "islamofobia" o miedo a la corriente isl¨¢mica se ve contrarrestada, al otro lado, por la "fobia a Occidente". En realidad, la representaci¨®n err¨®nea del islam convence a los musulmanes de que ni siquiera los occidentales razonables pueden comprender su credo y de que existe realmente un odio muy arraigado contra ellos. Esa fobia a Occidente crea una imagen especular: todo lo que viene de Occidente se pasa por el filtro de la sospecha y el odio. Llevada a su extremo, esa fobia antioccidental hace que los talibanes afganos agarren sus armas y disparen a las televisiones porque para ellos representan todo lo que hay de sexo y violencia en Occidente.
Estereotipar es t¨ªpico de los musulmanes extremistas, que poca atenci¨®n prestan al car¨¢cter heterog¨¦neo del mundo occidental. En las comunidades isl¨¢micas extremistas, la imagen que se proyecta de los cristianos es la de seres inmorales, individualistas y hedonistas, como si el cristianismo y la cultura occidental fueran lo mismo. Pongamos el ejemplo de los libros de texto y gu¨ªas para docentes iran¨ªes. Una investigaci¨®n realizada por el Centro para el Seguimiento del Impacto de la Paz (CMIP, en sus siglas inglesas) con 115 libros de texto y gu¨ªas para docentes iran¨ªes de todos los cursos demuestra que el sistema educativo iran¨ª prepara a los alumnos para una guerra mundial contra Occidente en nombre del islam. En los libros de texto iran¨ªes se alude a numerosos "otros": religiosos y ¨¦tnicos, de fuera y de dentro del pa¨ªs, de contextos hist¨®ricos y actuales. Sin embargo, dos suscitan especial atenci¨®n: Estados Unidos y Occidente en general, por una parte; el "otro" jud¨ªo-sionista-israel¨ª, por otra. En consecuencia, los libros de texto iran¨ªes constituyen un ejemplo de un programa de estudios que, al estar dedicado al odio, delata un orden educativo que prepara a los escolares para la guerra y el martirio contra el conjunto de Occidente y, en particular, contra Estados Unidos e Israel.
Queda por dilucidar c¨®mo podemos ir m¨¢s all¨¢ de este choque de intolerancias. No hace falta decir que en las escuelas de toda Europa habr¨ªa que ense?ar m¨¢s cultura y religi¨®n musulmanas, para que pierda peso la idea de que sus practicantes son un pueblo ex¨®tico o ajeno. Adem¨¢s, en la vida p¨²blica y en los medios tendr¨ªa que haber m¨¢s musulmanes, lo cual facilitar¨ªa la comunicaci¨®n.
Muchos musulmanes del mundo han alzado realmente su voz contra la violencia, defendiendo igualmente soluciones espirituales y no violentas como el di¨¢logo y la paz. Pero no han logrado contener la marea. Son voces que es preciso escuchar, amplificar y ense?ar, tanto en Occidente como en el mundo musulm¨¢n.
M¨¢s que nunca, ha llegado el momento de que el islam y Europa vuelvan la vista a su legado com¨²n y comiencen un nuevo di¨¢logo. De hacerlo as¨ª, no solo conseguir¨ªan asentar una actitud intercultural caracterizada por la buena voluntad, sino que ayudar¨ªan a modelar la conciencia de la comunidad musulmana, conduci¨¦ndola hacia tradiciones isl¨¢micas y europeas no violentas.
Ramin Jahanbegloo, fil¨®sofo iran¨ª, es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Toronto. Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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