Huevos y creaci¨®n

Eh! oye, t¨², toma este huevo ?Me podr¨ªas hacer una gallina? y as¨ª me hace compa?¨ªa. T¨², es decir, Dios, se puso manos a la obra. Pero la gallina no le sal¨ªa. Comenz¨® a dudar, adem¨¢s, si ya hab¨ªa creado una gallina pues ah¨ª estaba el huevo. Fue en ese preciso instante cuando se cre¨® la eterna cuesti¨®n. La verdadera eterna cuesti¨®n, no esa tonter¨ªa que dicen por ah¨ª del ser o no ser. Si es que a la gente le encanta soltar mentirijillas e ir de intelectual. Como cuando llegas a casa de un amigo a comer y tiene puesto el programa Coraz¨®n, coraz¨®n. Antes de que te d¨¦ tiempo a preguntar comienza a explicarte que en realidad no lo est¨¢ viendo sino espera que comience el telediario del mediod¨ªa. Aunque ante tu sorpresa sobre el apuesto novio que se ha buscado la Duquesa te sabe explicar a la perfecci¨®n que ya ha firmado los papeles prematrimoniales renunciando a todo y por fin se pueden casar. ?Espectacular! Bueno, la verdadera eterna cuesti¨®n: ?fue antes el huevo o la gallina? Y digo yo, si Dios no hall¨® la respuesta ?c¨®mo vamos a hacerlo nosotros? Tras gastar muchos huevos sin encontrar la f¨®rmula, rendido y agotado, decidi¨® darle otra cosa. "Toma hijo. Seguir¨¦ trabajando. Mientras tanto te doy a una mujer de compa?¨ªa. Ya nunca m¨¢s estar¨¢s solo. ?Pero cuidado! creo que la he hecho sobrada de huevos".