El 'invierno estudiantil' sacude Chile
Los chilenos se rebelan contra un modelo de ense?anza clasista y deficiente - La educaci¨®n sigue siendo el reto pendiente, a pesar del auge econ¨®mico
Los padres de Eduardo Zepeda, de 23 a?os, estudiante de ingenier¨ªa en una universidad estatal, pagan una cuota mensual equivalente a 540 euros por la carrera de su hijo. De este monto, 390 euros son para la Universidad y 150 euros para un banco que les otorg¨® un cr¨¦dito al 5% de inter¨¦s. Sus padres, de clase media, destinan el 20% de sus ingresos a pagar la carrera de Eduardo. "Aunque esto es complicado, lo m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ cuando mis cuatro hermanas est¨¦n en la Universidad. Hay compa?eros m¨ªos que est¨¢n mucho m¨¢s endeudados", cuenta. Otras familias destinan hasta el 50% de sus ingresos a pagar la Universidad.
Su caso es representativo de la crisis de la educaci¨®n chilena, que asfixia a miles de personas y tiene a estudiantes movilizados con marchas masivas y paros, a los que se sumaron los profesores para pedir al Gobierno un cambio estructural de un sistema que fue dise?ado en la dictadura de Pinochet, en los a?os ochenta. Su demanda recibe apoyo de cerca del 80% de la poblaci¨®n, seg¨²n los sondeos, y es especialmente alto entre las clases medias. El invierno estudiantil tiene en jaque al Gobierno del conservador Sebasti¨¢n Pi?era. Contrasta la crisis de la educaci¨®n con los aplausos que recibe la econom¨ªa chilena, que este a?o crecer¨¢ sobre el 6%.
Las universidades p¨²blicas son las m¨¢s caras de Am¨¦rica Latina
En el diagn¨®stico hay consenso. Las universidades estatales tienen financiaci¨®n escasa, las privadas operan casi sin fiscalizaci¨®n y todas son caras. En la educaci¨®n secundaria coexisten colegios, muchos de mala calidad y faltos de infraestructura porque dependen de la riqueza del municipio que lo gestiona, con otros particulares de mejor calidad.
La reforma educativa en la dictadura consisti¨® en el traspaso de los colegios que administraba el Estado a la gesti¨®n municipal, y en las universidades se abri¨® la puerta a la creaci¨®n de privadas sin fines de lucro, aunque muy pocas lo han respetado. La privatizaci¨®n contribuy¨® a elevar el nivel de acceso a la educaci¨®n, pero no la calidad del sistema, y en general lo hizo m¨¢s oneroso.
Las universidades estatales chilenas, que reciben muy pocas aportaciones del Estado en comparaci¨®n con otros pa¨ªses, son las m¨¢s caras de Am¨¦rica Latina y sus cuotas triplican las de Italia, cuadruplican las de Espa?a, quintuplican las de B¨¦lgica y son 19 veces mayores que las de Francia, seg¨²n un estudio de la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE). El esfuerzo de las familias chilenas para pagar los aranceles, considerando los ingresos, "es el m¨¢s alto de todos los pa¨ªses despu¨¦s de Estados Unidos", se?ala la OCDE.
El aumento de la matriculaci¨®n en la educaci¨®n superior, que ha pasado de 250.000 alumnos de pregrado en 1990 a casi un mill¨®n en 2010, "no ha sido suficiente para revertir la marcada estratificaci¨®n de las oportunidades en este nivel educativo", afirma Pamela D¨ªaz-Romero, directora ejecutiva de Fundaci¨®n Equitas. En el 10% m¨¢s pobre de la poblaci¨®n, la tasa de acceso a la Universidad es de 16%, mientras que en el 10% m¨¢s rico es del 61%.
El mayor acceso signific¨® que los hijos de familias de ingresos medios y bajos llegaran por primera vez a la Universidad. Siete de cada diez universitarios son hoy de primera generaci¨®n, porque sus padres no tuvieron educaci¨®n superior. Pero como su educaci¨®n secundaria es de baja calidad, llegan a universidades con menos nivel de exigencia. En ellas, "los aranceles representan hasta el 50% del ingreso familiar de un hogar de clase media, lo que obliga a un fuerte endeudamiento", agrega D¨ªaz-Romero.
Ante la situaci¨®n, la movilizaci¨®n estudiantil busca "un cambio de paradigma". "Durante a?os, se pens¨® en el financiamiento a los estudiantes sin capacidad de pago. Hoy se reivindica el derecho a la educaci¨®n p¨²blica y gratuita", explica D¨ªaz-Romero.
Las propuestas del Gobierno implican, seg¨²n el ministro de Educaci¨®n, Felipe Bulnes, un "antes y despu¨¦s" en este sector. Entre ellas figuran reducir el endeudamiento, al rebajar del 6% al 2% el inter¨¦s del cr¨¦dito para universitarios, y aumentar las becas, de forma que el 60% de los alumnos de familias de menos ingresos y clase media reciban ayudas para la educaci¨®n superior. Tambi¨¦n plantea garantizar el cumplimiento de la ley que proh¨ªbe el lucro en las universidades privadas, algo que no se ha hecho desde comienzos de los ochenta.
Una tercera propuesta, dirigida a la ense?anza secundaria, es fortalecer la educaci¨®n p¨²blica, con un mayor control de los centros y m¨¢s subvenciones a las escuelas. Tambi¨¦n Bulnes se ha declarado dispuesto a reformar la Constituci¨®n para garantizar la calidad educativa. A lo que no est¨¢ dispuesto, afirm¨®, es a dar "educaci¨®n gratuita a todos los chilenos", porque "los sectores m¨¢s acomodados no tienen por qu¨¦ no pagar su acceso a la educaci¨®n superior". Las propuestas del Gobierno han sido rechazadas como "insuficientes" por las organizaciones estudiantiles.
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