Los gigantes ya no dan miedo
El d¨¦cimo aniversario de 'El vuelo de la ballena' vuelve a acercar el oc¨¦ano a la Gran V¨ªa - Salvador infunde cierto respeto entre los m¨¢s peque?os
La altura es una cuesti¨®n relativa. Hasta el m¨¢s diminuto puede superar al m¨¢s grande, y los m¨¢s peque?os lo saben. Cientos de renacuajos que no alcanzan el medio metro se encaramaron ayer a hombros de sus padres para disfrutar del desfile El vuelo de la ballena, uno de los actos festivos m¨¢s coloridos y con m¨¢s adeptos de toda la Aste Nagusia. Hubo alg¨²n que otro lloro, pero la mayor¨ªa miraron de t¨² a t¨² a los enormes bichos marinos que sustituyeron moment¨¢neamente a los autobuses y los coches en la Gran V¨ªa de Bilbao, a ¨²ltima hora de la tarde.
Hasta el cielo pareci¨® ponerse manos a la obra. Viendo que los animales del mar se acercaron a la Gran V¨ªa, este quiso aportar su granito de arena tratando de que la calle se pareciera a un oc¨¦ano con un aguacero que, puntual, cay¨® en el momento de inicio del desfile acompa?ado de truenos y 27 grados de temperatura.
Un aguacero recibi¨® a las figuras del desfile nada m¨¢s comenzar
A las figuras de la familia acu¨¢tica compuesta por la ballena Baly, el Pulpo, el Txangurro y el Besugo se sumaron otras, entre ellas la del gigante hablador Salvador, de diez metros de altura. Con esta marioneta, considerada la m¨¢s grande del mundo, tres figuras que representan al Sol, la Luna y la Naturaleza y un ¨¢guila de ocho metros llamada Sophia que sobrevol¨® a los asistentes, completaron el desfile que abarrot¨® el centro de la capital vizca¨ªna en su segundo d¨ªa festivo.
El desfile se mantiene fiel a la idea con la que surgi¨® en 2001. Baly cumpli¨® ayer diez a?os, en los que el espect¨¢culo ha ido ganando nuevos adeptos. Con los a?os ha ido creciendo la expectaci¨®n, a pesar de que la crisis ha hecho mella en el n¨²mero de personajes invitados en las ¨²ltimas ediciones. Este a?o, la novedad y la altura del imponente Salvador centraban la atenci¨®n de todos. Sus diez metros -rozaba con la cabeza las ramas medias de los ¨¢rboles- no defraudaron a nadie, aunque "es feo, feo, fe¨ªsimo", conclu¨ªa una madre a su paso. Los duendes que dirig¨ªan sus brazos y piernas tampoco ayudaban con caras similares a las de una bruja.
Las expresiones de los ni?os reflejaron la existencia de dos desfiles completamente distintos dentro de El vuelo de la ballena. Y es que la colorida familia de Baly fue recibida con risas, serpentina y atrevimiento -hubo quien tuvo su particular pelea con las pinzas de Txangurro-. El resto de figuras generaron miradas de sigilo, sobre todo la imponente figura de Salvador.
"Sal¨²dale, Maddi", animaba una mujer a su peque?aja. Maddi, obediente, atizaba la mano aunque su cara reflejaba cierto temor. Quiz¨¢s por sus puntiagudas orejas. O por su p¨¢lido rostro, coronado con unas tupidas y serpenteantes cejas. O por el misterio que rodea a las marionetas. El caso es que los m¨¢s j¨®venes se mantuvieron firmes en primera fila para observar a los gigantes. De miedo, nada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.