Solidaridad y riqueza
Francia sube los impuestos a las rentas m¨¢s altas, algo que reclamaban muchos multimillonarios
Podr¨ªa parecer que tiran piedras sobre su propio tejado, pero no hacen sino mostrar una suerte de ego¨ªsmo ilustrado, inteligencia y visi¨®n a largo plazo. A las repetidas reclamaciones de algunos multimillonarios estadounidenses -liderados por el inversor y fil¨¢ntropo Warren Buffet, una de las principales fortunas del mundo, de subir los impuestos a las rentas m¨¢s elevadas de su pa¨ªs- ahora se han a?adido 16 de las mayores de Francia. Lo han hecho un d¨ªa antes de que el Gobierno franc¨¦s difundiera nuevas iniciativas de ajuste fiscal para ahorrar unos 1.000 millones de euros este a?o y 11.000 millones de euros en 2012, con el fin de calmar a los mercados de bonos.
Los ricos franceses defienden la creaci¨®n de una contribuci¨®n especial ante la necesidad de que el deterioro de las finanzas p¨²blicas europeas no acabe con el modelo que les ha posibilitado acumular riqueza en el pasado y, desde luego, no termine con la propia Uni¨®n Europea.
Unos y otros convienen en que los costes de la crisis no los est¨¢n soportando los "megarricos", en los t¨¦rminos de Buffet, algunos de ellos verdaderos causantes del desastre. En los sistemas impositivos de la mayor¨ªa de las econom¨ªas avanzadas, las cargas fiscales que soportan las mayores fortunas son, proporcionalmente a su renta y riqueza, mucho m¨¢s bajas que las del resto de los contribuyentes. Esos privilegiados suelen disponer, adem¨¢s, de apoyos t¨¦cnicos suficientes no solo para minimizar las cargas impositivas sino, llegado el caso, para sortear m¨¢s eficazmente la propia inspecci¨®n tributaria.
Una de las consecuencias de esta crisis ha sido el deterioro de las cuentas p¨²blicas en la mayor¨ªa de las econom¨ªas avanzadas. La correcci¨®n de esos desequilibrios no puede llevarse a cabo exclusivamente mediante la reducci¨®n de gasto p¨²blico, cuyas consecuencias las pagan en mayor medida las personas con rentas medias y bajas. El incremento de la presi¨®n fiscal, como la decidida por el Gobierno franc¨¦s para las rentas superiores a 500.000 euros, es una opci¨®n v¨¢lida, como tambi¨¦n lo es el establecimiento de una tasa sobre las transacciones financieras o los activos bancarios. Es deseable que esas decisiones impositivas dispongan de cierto grado de armonizaci¨®n en la UE, al menos en la eurozona.
Al margen de esas modificaciones tributarias, las autoridades deben perseguir de forma activa el fraude. Desde luego, en Espa?a. La desafecci¨®n de los ciudadanos, el distanciamiento de las instituciones, del propio sistema econ¨®mico y pol¨ªtico est¨¢n siendo en la gesti¨®n de esta crisis m¨¢s expl¨ªcitos que nunca. Espa?a debe dejar de ser un pa¨ªs donde uno pueda pasearse, o aspirar a ser una referencia social, habiendo incurrido en delitos fiscales. Esto es especialmente grave en una econom¨ªa en la que m¨¢s de la quinta parte de su poblaci¨®n activa est¨¢ desempleada. Aunque no haya iniciativas como la estadounidense o la francesa, el ajuste fiscal espa?ol no deber¨ªa excluir un esfuerzo por garantizar que todos cumplen con sus obligaciones tributarias.
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