Cada d¨ªa, una matanza

Seg¨²n la guerra abandona los barrios de Tr¨ªpoli, los hallazgos macabros se suceden sin soluci¨®n de continuidad. Al menos 53 cuerpos fueron encontrados ayer en un almac¨¦n cerca de una base de la Brigada 32, dirigida por Jamis Gadafi, hijo del aut¨®crata, seg¨²n informaron France Presse y la cadena brit¨¢nica Sky News. Estaban calcinados, pero todas las se?ales apuntaban a que hab¨ªan sido fusilados y, tal vez, desmembrados por granadas. Los testigos aseguraban que las v¨ªctimas eran civiles y que fueron masacradas entre el 23 y el 24 de agosto, en plena lucha por el control de Tr¨ªpoli. Pocos dudan de que los soldados del dictador apenas tienen escr¨²pulos para perpetrar estos cr¨ªmenes. Pero tambi¨¦n los sublevados se entregan en ocasiones a la venganza.

Una escena similar se viv¨ªa en el exterior del hospital de Abu Salim, el barrio donde los combates fueron m¨¢s feroces esta semana. Un hombre recog¨ªa con una excavadora cad¨¢veres de leales al dictador, la gran mayor¨ªa africanos, pero tambi¨¦n al menos un marroqu¨ª. Sus tarjetas de identidad compart¨ªan con las moscas la s¨¢bana que cubr¨ªa los cuerpos. El marroqu¨ª ten¨ªa se?ales evidentes en las mu?ecas de que hab¨ªa sido maniatado. Para el Consejo Nacional, el Gobierno creado en Bengasi y que est¨¢ estableci¨¦ndose en Tr¨ªpoli -su presidente, Mustaf¨¢ Abdel Yalil, todav¨ªa no se ha instalado en la capital por razones de seguridad-, es muy importante acabar con estos excesos. Su credibilidad depende en parte de que eviten estas tropel¨ªas. No resulta sencillo cuando sus uniformados, las brigadas formadas seg¨²n la procedencia de los milicianos, carecen de cadena de mando. Algunos no quieren evitar la revancha.