Un hito de la lucha por el derecho a decidir

La demanda interpuesta por los autodenominados grupos provida de Huelva, pretendiendo que el juez ordene la recolocaci¨®n de la sonda de alimentaci¨®n artificial a Ramona Est¨¦vez, responde al estricto cumplimiento de las directrices episcopales. Resulta evidente que el objetivo de estos grupos confesionales, y el de la jerarqu¨ªa eclesial que los incita a intentar una intervenci¨®n judicial contraria a derecho, no es solo combatir torticeramente la ley de muerte digna de Andaluc¨ªa sino, sobre todo, castigar p¨²blica y ejemplarmente al hijo de Ramona, Jos¨¦ Ram¨®n P¨¢ez, por tener la valent¨ªa de defender el derecho de su madre a no querer ser alimentada artificialmente. Se trata de a?adir m¨¢s sufrimiento al dolor que ya siente la familia de Ramona, de intentar sembrar remordimientos donde s¨®lo cabe la paz de haber actuado ben¨¦fica y respetuosamente con los deseos de Ramona. Nada inquieta a estos presuntamente caritativos defensores de la vida el sufrimiento de este ciudadano que, obligado a interrumpir el acompa?amiento final de su madre, ha tenido que presentarse a declarar ante el juez. Este sufrimiento a?adido, injusto e injustificable, no se borrar¨¢ por la decisi¨®n judicial de no ceder a la petici¨®n de los denunciantes y no violentar su derecho a decidir, pero al menos permitir¨¢ sostener la confianza en que existe la justicia.

Desde hoy los ciudadanos saben que no est¨¢n obligados a ceder ante el autoritarismo

Lo que de verdad pretenden la jerarqu¨ªa cat¨®lica y sus organizaciones instrumentales con estos actos es seguir metiendo miedo a los ciudadanos para convertirlos nuevamente en s¨²bditos d¨®ciles de su pretendido magisterio moral.

Debemos decirlo muy claramente: la actuaci¨®n de Jos¨¦ Ram¨®n P¨¢ez y la de Dolores Mart¨®n en representaci¨®n de su madre y t¨ªa respectivamente, defendiendo su derecho a decidir sobre su propia existencia, sobrepasa con mucho el ¨¢mbito de lo privado y se convierte, gracias a su valor y determinaci¨®n, en un hito de la lucha ciudadana por el derecho de autodeterminaci¨®n que, pese a estar formalmente reconocido en las leyes sanitarias, sigue conculc¨¢ndose a diario en nuestros hospitales y nuestros asilos, donde profesionales que a¨²nan a su soberbia su ignorancia de los derechos que asisten a sus pacientes siguen imponiendo su criterio ¨¦tico a ciudadanos a los que creen indefensos.

Desde hoy las ciudadanas y ciudadanos de este pa¨ªs saben que no est¨¢n obligados a ceder al autoritarismo de sanitarios nada ejemplares que les sometan a chantaje moral desde su posici¨®n pretendidamente superior. Gracias a la acci¨®n ejemplar de Dolores y Jos¨¦ Ram¨®n que ha encontrado eco y difusi¨®n en medios de comunicaci¨®n social, todos saben que, pese a quien pese, las leyes les reconocen el derecho a decidir sobre su persona y que siempre nos tendr¨¢n a su lado para ayudarles en la defensa de este derecho.

Luis Montes es m¨¦dico y presidente de la Asociaci¨®n Federal Derecho a Morir dignamente (AFDMD). Fernando Soler es m¨¦dico y secretario de Derecho a Morir Dignamente DMD-Madrid.