Barcelona tolera guarder¨ªas privadas sin licencia por falta de plazas p¨²blicas
El Consistorio admite las irregularidades tras la demanda de un propietario
Un pacto no escrito permite que decenas de guarder¨ªas privadas de Barcelona sigan abiertas pese a carecer de la obligatoria licencia municipal. Sobre algunos de esos centros, que educan a ni?os de hasta tres a?os, pesan ¨®rdenes de cese de la actividad e incluso de precinto. Pero no se ejecutan porque la falta de plazas p¨²blicas que padece la ciudad pesa m¨¢s que una situaci¨®n de irregularidad administrativa.
Joan Llu¨ªs Liste, propietario de La Granota, present¨® una demanda en el juzgado contra cuatro centros "ilegales" del Eixample que reciben dinero p¨²blico. Hace tres a?os, el Ayuntamiento hizo p¨²blico que iba a clausurar su guarder¨ªa por carecer de "licencia de actividad", una actuaci¨®n "injusta" que provoc¨® un alud de llamadas de los padres, hizo caer en picado las matriculaciones (pas¨® de 300 a 50 alumnos) y oblig¨® a este veterano de la educaci¨®n infantil a prescindir de 30 trabajadores. "He perdido alrededor de un mill¨®n de euros", dice.
La Granota no lleg¨® a cerrar "ni un solo d¨ªa" y obtuvo una adecuaci¨®n ambiental "favorable" del Consistorio. Liste contraatac¨® en los juzgados y trata de reponerse del golpe con una matr¨ªcula por 295 euros "con todo incluido" en su inmensa guarder¨ªa del Eixample. Ha pedido al juzgado el cierre de cuatro guarder¨ªas "que carecen de licencia y aun as¨ª siguen funcionando".
La lucha de Liste ha destapado el problema de la falta de licencias en las guarder¨ªas privadas. En su escrito de respuesta a la demanda, el Ayuntamiento aclara que, de los cuatro centros para los que se pide el cierre, uno ya dispone de licencia y el otro est¨¢ en tr¨¢mites de obtenerla. Pero admite que la falta de licencia municipal "no es un hecho aislado", sino que "afecta a una serie de guarder¨ªas que tienen autorizaci¨®n del Departamento de Educaci¨®n, pero no tienen permiso para ejercer la actividad".
Los centros implicados son los m¨¢s "antiguos", ubicados "en primeras plantas o entresuelos de edificios de vecinos" que "est¨¢n teniendo problemas para adaptarse a los cambios de normativa", prosigue el escrito. Aunque no dan cifras, los servicios jur¨ªdicos concluyen que, "dadas sus caracter¨ªsticas", estas guarder¨ªas no van a poder "cumplir con toda la normativa vigente". En la misma l¨ªnea, el concejal de Educaci¨®n, Gerard Ardenuy, reconoce que un n¨²mero desconocido de las 200 guarder¨ªas privadas y concertadas de Barcelona "est¨¢n en una situaci¨®n de alegalidad". Y admite que, aunque el Ayuntamiento "intentar¨¢ hacer que se cumplan las normas", en algunos casos no ser¨¢ posible hacerlo.El problema va m¨¢s all¨¢ de la funci¨®n inspectora y plantea el dilema entre la obligaci¨®n de hacer cumplir la ley y la necesidad de cubrir la demanda educativa. La falta de plazas p¨²blicas para ni?os de hasta tres a?os est¨¢ en el fondo del asunto. El curso pasado, el Consistorio apenas pudo atender el 38% de las peticiones. El sector privado suple ese vac¨ªo. Lo admite el Ayuntamiento en su escrito al juez: "Las guarder¨ªas privadas facilitan la tarea educativa del primer ciclo y ayudan a cubrir las necesidades actuales". Y a?ade que, pese a la falta de permisos, "se ha de ponderar la innegable necesidad de continuar prestando el servicio garantizando el cumplimiento de los requisitos de seguridad imprescindibles".
Ardenuy admite tambi¨¦n que esos centros tienen un papel clave: "Si las condiciones t¨¦cnicas de las guarder¨ªas privadas se adaptan y garantizan la calidad del servicio...", concede. Por ese motivo, plantea que quiz¨¢ deba recorrerse el camino inverso: un cambio en las normas que permita a las guarder¨ªas obtener la licencia. Siempre que, matiza, "se garantice la seguridad de los usuarios". El concejal prev¨¦ mantener conversaciones en esa direcci¨®n con los responsables del Departamento de Educaci¨®n de la Generalitat.
Las normas sobre guarder¨ªas se han hecho m¨¢s estrictas a medida que los poderes p¨²blicos han dado m¨¢s importancia a la educaci¨®n en la primera etapa de la vida. La ley vigente de "guarder¨ªas de calidad" fue aprobada por el Gobierno tripartito en 2006. Prev¨¦ que los centros privados requieren de una autorizaci¨®n administrativa -al margen de la licencia municipal- y que deben cumplir requisitos de seguridad, higiene, salubridad y accesos. Por ejemplo, deben tener acceso independiente desde un espacio p¨²blico; dos metros cuadrados de aula por ni?o y un patio al aire libre de, al menos, 75 metros cuadrados. Hay algunas excepciones y moratorias para los centros m¨¢s antiguos, aunque de todos modos deben acometer reformas.
El a?o pasado, Barcelona ofert¨® 3.315 plazas p¨²blicas de guarder¨ªas, el 38,1% de la demanda. En la ciudad existen 77 centros p¨²blicos y 202 entre privados y concertados, que concentran la mayor¨ªa de los 16.383 alumnos de hasta tres a?os.
El propietario de La Granota conoce de primera mano los cambios en la educaci¨®n infantil. Cuando inaugur¨® la guarder¨ªa, en 1978, dispuso de una licencia de Gobernaci¨®n. Desde entonces ha tenido que adaptarse. Se muestra dolido con el anterior gobierno municipal porque su guarder¨ªa, dice, "es una de las mejores, si no la mejor, de la ciudad" y tiene "un espacio inmenso" -590 metros cuadrados de aulas- e "instalaciones de calidad", relata Liste, que tambi¨¦n ha vencido en los juzgados a algunos vecinos que le denunciaron porque los ni?os y sus padres usaban uno de los cinco ascensores de la finca para entrar en la guarder¨ªa. "Sigo adelante porque esto es toda mi vida, pero el da?o ya me lo han hecho".
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