Gestionar el final de ETA
No es cierto que no hay nada m¨¢s deseado para la poblaci¨®n espa?ola y para la sociedad vasca que el final definitivo de ETA? Pues si es as¨ª, ?no habr¨ªa que hacer todo lo posible para que ello fuese una realidad lo antes posible? A veces, lo propio del sentido com¨²n queda enrevesado por frenos morales y c¨¢lculos de inter¨¦s pol¨ªtico, que impiden o retardan tomar las decisiones adecuadas. Eso es lo que puede suceder ahora, a tenor de las ¨²ltimas noticias de que ETA estar¨ªa condicionando su fin definitivo a la legalizaci¨®n de Sortu y a ventajas para sus presos.
Con este mismo t¨ªtulo, llevaba semanas pensando en escribir un art¨ªculo advirtiendo de las dificultades propias de la desaparici¨®n de un grupo armado, en la medida que siempre va condicionada a una negociaci¨®n sobre los t¨¦rminos de su desaparici¨®n. Lo habitual en estos casos es que ETA llevara ya un tiempo manteniendo un di¨¢logo discreto con el Gobierno para establecer los t¨¦rminos de su disoluci¨®n. Que nadie se escandalice por ello. Es como se hacen las cosas en cualquier parte del mundo, y no conozco ning¨²n fin de un grupo armado por arte de magia o por simple evaporaci¨®n. Lo esperable es que un grupo armado quiera obtener unos beneficios razonables de su desaparici¨®n, y en el caso de ETA, en el momento actual, es l¨®gico que condicione su fin a que exista una representaci¨®n pol¨ªtica que luche por la independencia del Pa¨ªs Vasco desde las instituciones pol¨ªticas y por medios democr¨¢ticos, y que intente gestionar condiciones favorables para sus presos. No se trata de una amnist¨ªa, aunque advierto que en otros lares es lo habitual, sino de pactar con el Gobierno la salida de los presos que hayan cumplido una determinada condena, el fin de la Ley Parot y una amnist¨ªa para los perseguidos que no sean por delitos de sangre. Volver¨ªan personas exiliadas o huidas, y saldr¨ªan en libertad un n¨²mero considerable de presos.
Es l¨®gico que la banda condicione su fin a que exista una representaci¨®n pol¨ªtica independentista
Un escenario como este no se ventila a trav¨¦s de un comunicado p¨²blico, sino que se negocia, y no me extra?ar¨ªa que se estuviera haciendo. Es lo m¨¢s l¨®gico. Es m¨¢s, deseo que as¨ª sea, y que se haga con el mayor secretismo, por la simple raz¨®n de que de lo contrario, si se conocen los pormenores de la negociaci¨®n, saldr¨¢n las voces de la derecha que prefieren que ETA contin¨²e existiendo para demonizar a la izquierda abertzale, y algunas asociaciones de v¨ªctimas boicotear¨¢n el proceso. Y es lamentable que eso sea as¨ª, porque tenemos delante un bien superior, el fin de ETA, que deber¨ªa ser suficiente para activar pol¨ªticas flexibles, aunque sean dolorosas. Pero no hay ning¨²n proceso de paz en el mundo que sea perfecto e indoloro, y lo digo con conocimiento de causa porque me dedico a seguir todos los que hay en el planeta. Todos van acompa?ados de medidas de gracia y de medidas que permitan la actividad pol¨ªtica de quienes han empu?ado las armas. En nuestro caso, y por las connotaciones terroristas de ETA, que la diferencian de un grupo armado de oposici¨®n convencional, no es de esperar que los etarras que salgan en libertad se presenten a las elecciones pr¨®ximas, lo que ser¨ªa demasiado violento, sino de que se integren a la vida civil de forma normalizada, dejando a la izquierda abertzale que ya ha madurado su estrategia pol¨ªtica desde la no violencia, el protagonismo en la lucha electoral. Y ser¨ªa deseable que Sortu fuera la expresi¨®n de este sector pol¨ªtico-social que aspira a la participaci¨®n democr¨¢tica, en igualdad de condiciones que cualquier otra fuerza pol¨ªtica.
ETA desaparece porque es d¨¦bil, ciertamente, pero sobre todo porque ha perdido sentido para quienes le apoyaban anteriormente, y una organizaci¨®n de este tipo no puede funcionar sin una base social de apoyo. Las cosas han cambiado, para bien, y en ello ha sido fundamental el liderazgo de Arnaldo Otegi, que convendr¨ªa que estuviera en libertad lo antes posible, precisamente para dirigir de forma inteligente los posicionamientos de la izquierda abertzale ante una coyuntura de normalizaci¨®n, haciendo de contrapeso de las torpezas del se?or Garitano, ante un hecho tan sensible y fundamental, para ahora y m¨¢s para el futuro, como es el reconocimiento a las v¨ªctimas de ETA y el reconocimiento del dolor causado en estos a?os. La izquierda abertzale tiene l¨ªderes que entienden eso perfectamente, y ser¨¢n ellos los que deber¨¢n hacer posible que el fin de ETA y la salida de presos se haga de tal forma que no provoque nuevas violencias, sino que pongan las bases de una paulatina reconciliaci¨®n para un pueblo que ya ha sufrido demasiado.
Vicen? Fisas es director de la Escuela de Cultura de Paz de la UAB y autor del Anuario de procesos de paz.
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