Soy de ca?as, quinto en su defecto

Mis padres nunca han sido muy de bares. Pero recuerdo que de peque?o, en nuestra visita rutinaria los domingos al jard¨ªn de Viveros, se saltaban la austeridad y nunca faltaba una Pepsi-cola en el bar La P¨¦rgola. Para m¨ª era un momento muy especial tomar esa bebida directamente de la botella sorbiendo con una pajita y encaramado a aquellos taburetes fijos al suelo. Al bar La P¨¦rgola suelo ir ahora por nostalgia, en especial cuando se celebra el Festival de C¨®mic de Valencia. Algunos de los camareros son aficionados al asunto y suelo llevar a mis colegas dibujantes. Otra de mis zonas favoritas para tomar un aperitivo es la plaza del Collado y los escalones de La Lonja. Esta placita tiene todo el sabor del casco antiguo de Valencia y en verano est¨¢n repletas de gente interesante. All¨ª siempre me encuentro a alguien conocido, lo cual es un alivio: para m¨ª el aperitivo es un acto social, lleva impl¨ªcito la conversaci¨®n, jam¨¢s he podido disfrutar de un aperitivo en solitario. En cuanto al qu¨¦ beber, la verdad es que no var¨ªo mucho, soy de ca?as, quintos en su defecto. Solo var¨ªo de bebida en la cercana tasca ?ngel pidi¨¦ndome un Albari?o para acompa?ar las sardinas a la plancha. Es un lugar perfecto para el aperitivo dominical, bullicioso y alegre. Adoro tambi¨¦n los aperitivos largos que derivan en comida, algo que siempre me pasa cuando voy a Casa Monta?a en El Cabanyal. El lugar es acogedor, la carta buena y variada y a poco que te descuides son las cinco de la tarde y no has parado de comer y beber. Es cuando llega el mejor momento del aperitivo espa?ol: la siesta.

Paco Roca es dibujante.