Wikileaks destapa a los informantes de Estados Unidos
El portal publica miles de cables sin proteger la identidad de las fuentes
La organizaci¨®n de revelaci¨®n de secretos Wikileaks ha publicado, en las pasadas semanas, m¨¢s de 130.000 cables diplom¨¢ticos norteamericanos, en los que no ha borrado el nombre de informantes cuya seguridad ahora corre peligro, seg¨²n el Gobierno norteamericano. Esa ha sido, en el pasado, una de las principales denuncias de la Casa Blanca y el Pent¨¢gono contra la organizaci¨®n que lidera Julian Assange, a quienes diversos altos funcionarios de Estados Unidos han acusado de "tener las manos manchadas de sangre" por haber dejado al descubierto a fuentes cr¨ªticas para la inteligencia y diplomacia norteamericanas.
En muchos de los cables publicados ahora se lee, junto al nombre del informante, la expresi¨®n "proteger rigurosamente". Sucede as¨ª, por ejemplo, en un cable datado en abril de 2008 en la Embajada de Brasilia, donde se nombra a un senador brasile?o que revela informaci¨®n cr¨ªtica sobre la formaci¨®n de guerrillas terroristas en su pa¨ªs. Ese mismo patr¨®n de dejar el nombre al descubierto se sigue en numerosos cables de embajadas en Ankara, Amm¨¢n o Camberra, por ejemplo.
Julian Assange quiere "maximizar el impacto" de los telegramas
El pasado mes de noviembre, EL PA?S public¨®, junto a otros medios, la informaci¨®n m¨¢s relevante de una filtraci¨®n de 250.000 cables diplom¨¢ticos norteamericanos, de la que proceden estos nuevos documentos. En aquella cobertura, EL PA?S borr¨® los nombres de esas fuentes, con la intenci¨®n de protegerlas y evitar represalias contra ellas. Wikileaks, sin embargo, ha ido publicando esos cables por su cuenta y de forma paulatina, sin otorgar esa protecci¨®n a los informantes. Entre julio y agosto ha incrementado notablemente el volumen de esas filtraciones.
Un juzgado federal de Virginia est¨¢ investigando la procedencia de esos documentos secretos y a¨²n no ha presentado cargos. El soldado Bradley Manning, detenido el a?o pasado en Irak, espera un juicio militar por alta traici¨®n, acusado de ser la fuente de esa filtraci¨®n y de otros documentos relativos a las guerras de Irak y Afganist¨¢n.
"La decisi¨®n de publicar los 133.877 cables se ha tomado de acuerdo con el compromiso de Wikileaks de maximizar el impacto y la informaci¨®n al alcance de todos", asegura la organizaci¨®n en un comunicado.
La labor de buscar nombres de fuentes y borrarlos es costosa, y Wikileaks no la asumi¨® en su primera gran filtraci¨®n, la de los 92.000 documentos de la guerra de Afganist¨¢n, en julio de 2010. Entonces, un portavoz de los talibanes anunci¨® que su organizaci¨®n hab¨ªa buscado en los documentos nombres de informantes y esp¨ªas, y que estaba elaborando una lista con ellos.
"El se?or Assange puede decir lo que quiera sobre el gran bien que ¨¦l y sus fuentes est¨¢n haciendo, pero la verdad es que ya es posible que tengan en sus manos la sangre de alg¨²n joven soldado o alguna familia afgana", dijo entonces en conferencia de prensa el jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante Mike Mullen.
En la segunda filtraci¨®n, la de los 400.000 cables de Irak, en octubre, Wikileaks emple¨® un programa inform¨¢tico de identificaci¨®n y borrado de nombres propios en los cables, que operaba de forma autom¨¢tica, lo que dificult¨® notablemente la lectura de muchos de ellos. Mientras, las relaciones entre Assange y uno de los medios que colaboraron con ¨¦l inicialmente, The New York Times, se estropearon notablemente por ese motivo.
Ese diario se neg¨® a publicar enlaces en su sitio web a las p¨¢ginas de Wikileaks, por la identificaci¨®n en ellas de nombres propios en los documentos sobre la guerra afgana. Wikileaks no incluy¨® a The New York Times en el grupo de medios al que entreg¨® los cables del Departamento de Estado en su ¨²ltima tanda de filtraciones.
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