Musulmanes y evang¨¦licos critican la ley de culto de la Generalitat
La reforma de la ley de centros de culto impulsada por el Gobierno de Artur Mas ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en las comunidades evang¨¦licas y musulmanas de Catalu?a. El proyecto, dicen, limita su derecho a la libertad religiosa, peca de tradicionalista y concede a la Iglesia cat¨®lica una condici¨®n de privilegio. Para estos colectivos, la reforma supone un "paso atr¨¢s" en relaci¨®n con la ley de 2009 aprobada por el tripartito que, desde la laicidad y una posici¨®n neutra de la Administraci¨®n, obligaba a los Ayuntamientos a modificar sus planes urban¨ªsticos para prever terrenos de uso religioso.
"Hab¨ªamos acabado con las arbitrariedades, pero ahora hemos vuelto a la ley de la selva. Dependeremos otra vez del alcalde de turno", lamenta Guillem Correa, secretario general del Consejo Evang¨¦lico de Catalu?a. El proyecto, que ser¨¢ aprobado por el Ejecutivo el pr¨®ximo 13 de septiembre, deja en manos de los Ayuntamientos amplios aspectos en la gesti¨®n de la apertura de nuevos centros, entre otros, la reserva de suelo para uso religioso en funci¨®n de las necesidades del municipio.La ley de 2009, a¨²n vigente, pretend¨ªa frenar a los Ayuntamientos, que en la ¨²ltima d¨¦cada han vetado centros de culto (sobre todo mezquitas) por la v¨ªa del urbanismo y las ordenanzas. Pero los Consistorios "no pueden imponer m¨¢s condiciones que las imprescindibles" para preservar "el derecho fundamental a la libertad religiosa", recuerda la ley.
Las comunidades ven ahora ese derecho en peligro y creen que las alusiones a la "tradici¨®n" y la "historia", as¨ª como la necesidad de valorar el "arraigo" de cada confesi¨®n quiebra el principio de igualdad de la Administraci¨®n ante todas las confesiones. El Gobierno de CiU pretende que, a la hora de ceder la calle o un espacio p¨²blico de forma espor¨¢dica para uso religioso, los Ayuntamientos tengan en cuenta la "implantaci¨®n" de esa confesi¨®n en el municipio. "Jud¨ªos, musulmanes y evang¨¦licos somos reconocidos por el Estado como de notorio arraigo. Y en esta ley, en cambio, no est¨¢ claro que lo seamos", insiste Correa.
"La ley del tripartito acab¨® con las ambig¨¹edades y apost¨® por la cohesi¨®n. Esto es un retroceso tremendo", comenta Ahmed Benhallal, dirigente de la asociaci¨®n Llum del Nord y una de las voces que m¨¢s cuentan en el colectivo marroqu¨ª.
Todos ellos lamentan que la ley no haga un reconocimiento expl¨ªcito de la diversidad religiosa. Los evang¨¦licos han luchado en los tribunales contra ordenanzas municipales "injustas", mientras que los musulmanes atribuyen el giro pol¨ªtico al miedo a las protestas vecinales y a la presi¨®n xen¨®foba de PxC.
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