?Doble crisis doble?

La jornada econ¨®mica de ayer es de las que se recuerdan con pesar. Casi todas las Bolsas europeas cerraron con ca¨ªdas superiores al 4%. Los diferenciales de la deuda de Italia y Espa?a volvieron a dispararse, pese al incrementado activismo del Banco Central Europeo comprando bonos de estos dos pa¨ªses. Y el pesimismo ti?¨® el latido del mundo econ¨®mico, tras las advertencias del FMI y el Banco Mundial sobre la posible inminencia de una nueva recesi¨®n. Solo la Comisi¨®n Europea puso un contrapunto a este ambiente funerario.

En realidad, resulta bastante veros¨ªmil que estemos asistiendo a una doble crisis doble. Por un lado, a una segunda fase de la Gran Recesi¨®n, como consecuencia de los endeudamientos a los que tuvieron que recurrir los Gobiernos para salvar primero la banca y despu¨¦s la propia econom¨ªa real tras el desastre de Wall Street. La particularidad de esta segunda fase, en forma de doble uve, ser¨ªa que, si de verdad acaba produci¨¦ndose, la principal artiller¨ªa de recursos p¨²blicos para combatirla ya ha sido empleada y queda muy poca disponible. Por otra, el estancamiento en el mundo desarrollado (los emergentes siguen afortunadamente al margen) se dobla en caos pol¨ªtico. As¨ª, en EE UU, la presidencia de Barack Obama ha quedado seriamente tocada tras la batalla sobe el d¨¦ficit del mes de agosto: a partir de este jueves en que se espera un plan sobre el empleo, se comprobar¨¢ si tiene capacidad de reacci¨®n. Jap¨®n acaba de entronizar a su sexto primer ministro en cinco a?os.

Y en Europa, el s¨ªndrome de S¨ªsifo al que se ve sometida la estabilidad de la uni¨®n monetaria, se va ahondando por la perplejidad de la situaci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs l¨ªder, Alemania: las elecciones del pasado fin de semana en Mecklemburgo-Pomerania Anterior, el feudo de la canciller Angela Merkel, han resultado un dram¨¢tico fiasco para ¨¦sta. Peor a¨²n. A cada nuevo envite en la crisis del euro, el fatigado y cada vez menos unido Gobierno de coalici¨®n democristiano-liberal responde con mayor parsimonia y menor contundencia, temeroso de un castigo en las urnas... que al final acaba, cruelmente, llegando.

La situaci¨®n de doble crisis y el agotamiento de buena parte de las recetas aplicadas aconsejar¨ªan la celebraci¨®n de unos nuevos estados generales de la econom¨ªa mundial, que deber¨ªan celebrarse en torno al pr¨®ximo G-20.