Parsimonia policial
El 18 de septiembre de 2010, Juan Enoc Rodr¨ªguez Lizondro, un m¨¦dico paname?o, lleg¨® a Madrid para realizar, becado, un curso de tres meses en la Universidad Carlos III. La Guardia Civil decidi¨® revisar su maleta en el aeropuerto. Sus prendas de ropa desprend¨ªan un olor sospechoso, as¨ª que aplicaron el aerosol. Pongamos que hubieran cogido en primer lugar una camisa, pues la camisa adquiri¨® un tono azulado. Cogieron un jersey, y ocurri¨® lo mismo. Tambi¨¦n con los pantalones y los calzoncillos y los calcetines. As¨ª hasta 108 prendas, 19 kilos en total: todas azules. O lo que es lo mismo: cog¨ªan ese color porque hab¨ªan sido impregnadas de coca¨ªna.
No hab¨ªa otra: Juan Enoc Rodr¨ªguez Lizondro, 35 a?os, m¨¦dico de urgencias en una peque?a localidad (Bugaba) situada a ocho horas de la capital de Panam¨¢, hombre de discretas costumbres (ni fumaba, ni beb¨ªa, ni consum¨ªa sustancias ilegales), adventista del S¨¦ptimo D¨ªa con un s¨®lido compromiso en su parroquia, un tipo estudioso y aplicado que acababa de ser becado... este hombre, en fin, era un narcotraficante. Lo dec¨ªa el color azul del narcotest. Y lo metieron en la c¨¢rcel.
Pas¨® all¨ª, en el penal de Navalcarnero, una buena temporada. Cuenta que los presos y los funcionarios se re¨ªan de ¨¦l cuando defend¨ªa su inocencia. El 8 de marzo de 2011 lleg¨® un informe a los juzgados de la plaza de Castilla. Junto a las referencias de cada una de las 108 prendas de vestir de Juan Enoc Rodr¨ªguez Lizondro aparecen ah¨ª las letras ND. Es decir: que nada hay en ellas que se parezca a la coca¨ªna. El caballero paname?o no era un narcotraficante y lo metieron en la c¨¢rcel por error. Lo malo
es que se tomaron exactamente 175 d¨ªas para hacer la definitiva prueba que confirmara su culpa.
Lo que el informe demostr¨® fue su inocencia. Era verdad lo que Juan Enoc Rodr¨ªguez Lizondro les dijo a los guardias civiles en el aeropuerto, que el olor deb¨ªa proceder de las bolitas de alcanfor que suele utilizar su abuela cuando guarda su ropa despu¨¦s de plancharla con almid¨®n. Tiene raz¨®n la Guardia Civil cuando defiende que no puede fiarse de los muleros que traen la coca de Latinoam¨¦rica.
Lo que no tiene ning¨²n pase son los seis meses que tardan en hacer una segunda prueba: pasarlos en prisi¨®n no es ninguna broma.
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