?No me tires los tomates!

?Ni las casta?as, ni las aceitunas, ni, por supuesto, los pepinos! Con las cosas de comer no se juega. La generaci¨®n que aprendi¨® a no desechar (tirar) ni el pan seco del d¨ªa anterior, como tambi¨¦n otra gente cuerda, no puede sino sentir verg¨¹enza con ciertos actos de dudoso tinte cultural que ponen el acento en el despilfarro de productos comestibles; menos a¨²n cuando este planeta loco y ¨²nico est¨¢ a punto de registrar el nacimiento de 7.000 millones.

El hambre que padecen 1.000 millones de personas o las dificultades para medio llenar la cesta de la compra que afectan ya a un buen n¨²mero de familias, o la situaci¨®n de los agricultores andaluces arruinados por una incierta sospecha que les oblig¨® a tirar sus cosechas, ?son acaso un espejismo? ?Seguiremos mirando en la direcci¨®n equivocada? ?Hasta cu¨¢ndo?

En esta ocasi¨®n el triste protagonismo del alimento ultrajado ha correspondido a los tomates de Bu?ol. M¨¢s de 100 toneladas de magn¨ªfica hortaliza sacrificada en nombre de unos pocos minutos de gloria medi¨¢tica.

Si alcaldes y corporaci¨®n invitan a los medios de comunicaci¨®n -p¨²blicos o privados- y estos hacen de comparsa y difunden este tipo de actos con la etiqueta "de inter¨¦s cultural", no tenga nadie la menor duda de que alemanes y otros habitantes de la galaxia seguir¨¢n repitiendo, no sin malicia, el eslogan "Spain is different"..