Por el 'burka' de una mujer
Sa Pobla, en Mallorca, proh¨ªbe los velos integrales en espacios p¨²blicos
La mujer camin¨® por las calles de Sa Pobla cubierta de negro de cabeza a los pies desde que su marido peregrin¨® a La Meca y retorn¨® a Mallorca con un regalo que fue obligaci¨®n: un niqab, un vestido integral que utilizaba con una ¨²nica apertura ante los ojos. Ella, educada en la escuela mallorquina -habla el catal¨¢n con acento local-, ha asistido a encuentros con mediadores sociales que le invitaron a dejar de usar esa indumentaria. "Su esposo, con media vida en la isla, retorn¨® imbuido de su viaje a la Meca", detalla un funcionario. Con menos de 30 a?os y cuatro hijos es una de los casi 2.000 integrantes de la comunidad magreb¨ª del pueblo agr¨ªcola de 12.700 habitantes. Son musulmanes, la mayor¨ªa bereber, una etnia no ¨¢rabe.
El pleno del Ayuntamiento de Sa Pobla, con mayor¨ªa absoluta del PP, aprob¨® ayer el veto al uso de burka y del niqab, -y los pasamonta?as y cascos con visera- en los espacios p¨²blicos y dependencias oficiales por el caso de esta mujer y el de una musulmana mayor que visti¨® burka espor¨¢dicamente por el municipio. Quienes incumplan la ordenanza y no puedan ser identificados por los funcionarios, ser¨¢n sancionados con multas de 50 a 200 euros y de hasta 3.000, en casos de reincidencia extrema. El alcalde insisti¨® en que vetar¨¢ el burka en la calle.
"Es una medida pol¨ªtica, de prevenci¨®n de la seguridad ciudadana que no pretende abrir un debate cultural ni una segregaci¨®n religiosa", asegura Biel Serra, alcalde de Sa Pobla. "Queremos fomentar la integraci¨®n y convivencia y el respeto a los derechos y dignidad de las mujeres". La letrada Francisca Mas, del Lobby de Dones, respalda la prohibici¨®n. Los partidos de izquierdas, tambi¨¦n, pero ven "oportunismo" electoral en la acci¨®n municipal.
"Me impresion¨® ver una mujer embozada de negro a las dos por la calle Lluna, camino del colegio de sus ni?os". Toni Torrens, farmac¨¦utico durante d¨¦cadas de Sa Pobla, activista cultural y nacionalista, habla de "buena coexistencia" con la comunidad de inmigrantes del norte de ?frica, aunque cree que "convivencia no hay". "S¨ª, los ni?os hablan muy bien el catal¨¢n y algunas mujeres aprenden tradiciones artesanas, como bordar", admite.
Sa Pobla, que sigue el ejemplo de otros 13 municipios espa?oles en el veto al burka, ha sido un ejemplo de armon¨ªa social. Desde los a?os ochenta, acoge migraciones norteafricanas, mano de obra para recoger patatas y fresas. All¨ª se abri¨® la primera mezquita en Mallorca desde la aniquilaci¨®n cristiana catalano-aragonesa del siglo XIII. Cuenta con tres comercios para magreb¨ªes musulmanes, dos bares y dos locutorios.
El jefe de la polic¨ªa local, Pere Perell¨®, que aborda el asunto de los extranjeros del Sur en Viure a la frontera, narra que la acogida e integraci¨®n se realiza mediante programas municipales y de ONG. "Lo del niqab es un tema complejo. En 30 a?os no se han dado tensiones graves, solo alg¨²n episodio aislado".
Seg¨²n el alcalde Serra, en el centro de salud y en una de las escuelas se han "quejado" por la presencia de dos musulmanas que ocultaron su rostro. Llu¨ªs Soc¨ªas, concejal socialista, entiende que "antes que la prohibici¨®n, era exigible el di¨¢logo con los asistentes sociales y la polic¨ªa; actuar con la integraci¨®n, no con el veto". Socias cree que "no es un problema general".
Cuando se constat¨® la existencia de una mujer con niqab la usuaria fue citada por los asistentes sociales, polic¨ªas y funcionarios de Sa Pobla. Acudi¨® con su madre y su hermana a diferentes reuniones con el grupo mediador -integrado exclusivamente mujeres- y despu¨¦s de unas semanas dej¨® de usar en la calle la indumentaria, seg¨²n un funcionario. "Ella comprendi¨® el caso y retorn¨® a sus vestidos habituales".
El ejemplo de Sa Pobla no ser¨¢ secundado por otros municipios de Baleares con altas cotas de poblaci¨®n magreb¨ª. La comunidad musulmana Al Magreb solicit¨® que la aplicaci¨®n de la norma se congelara para que "no se precipitara otro problema por una medida sin di¨¢logo". El alcalde Biel Serra asegura que ha dialogado con los dirigentes de los magreb¨ªes y mantiene que pretende "generar pautas y corregir elementos que no distorsionen la convivencia".
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