La sostenibilidad de la educaci¨®n valenciana

La educaci¨®n valenciana afronta en estas fechas un nuevo curso. Un curso nuevo con "otra conseller¨ªa" y, al parecer, con "otras pol¨ªticas". Es sabido que para resolver un problema resulta imprescindible reconocer su existencia. As¨ª, el anuncio oficial de la puesta en marcha de un plan de choque contra el fracaso escolar constituye una noticia esperanzadora. Eliminar la autocomplacencia y declarar que "la lucha contra el fracaso escolar va a ser uno de los pilares sobre los que se asentar¨¢ la pol¨ªtica educativa esta legislatura" y que "ser¨¢ un plan integral y abierto a las propuestas de la comunidad educativa", representa un buen punto de partida para hacer viable el cambio necesario en la educaci¨®n valenciana.

Necesitamos un esfuerzo inversor comprometido para los pr¨®ximos 15 a?os

Falta una Ley de Educaci¨®n propia que precise de mayor¨ªas cualificadas

Estoy convencido de que la educaci¨®n no va a solucionar la actual crisis econ¨®mica, pero sin fortalecer y modernizar nuestro sistema de educaci¨®n y formaci¨®n no es veros¨ªmil otro modelo econ¨®mico que resulte equilibrado y sostenible. Adem¨¢s, como se advierte en el estudio Fracaso y abandono escolar en Espa?a (M. Fern¨¢ndez Enguita, 2010), "el 30% de los alumnos que no termina la ESO tiene un 10% menos de probabilidades de ser activo, un 5% m¨¢s de probabilidades de estar parado y va a ganar un 15% menos. S¨®lo esto supone una reducci¨®n del PIB superior al 4,5%. Nuestro fracaso nos cuesta en conjunto el triple que la crisis".

Por consiguiente, bienvenida sea la quiebra del tramposo modelo de crecimiento de la ¨²ltima d¨¦cada, si ha permitido la visibilidad de las deficiencias del sistema valenciano de educaci¨®n y formaci¨®n. Unas deficiencias que empiezan a ser consideradas un pesado lastre para el modelo de crecimiento inteligente y sostenible que necesitamos. Un fracaso escolar en la ESO en torno al 38%, un abandono educativo temprano por encima del 32%, menos del 60% de los j¨®venes valencianos entre 20 y 24 a?os con estudios secundarios y menos del 60% de tasa neta de escolarizaci¨®n a los 18 a?os, son s¨ªntomas de la preocupante ineficacia de nuestro sistema educativo.

Ineficacia, s¨ª, e insostenibilidad. Esos indicadores vienen siendo compatibles con otros que muestran el enorme esfuerzo que los ciudadanos de esta comunidad vienen realizando en Educaci¨®n y Formaci¨®n. El gasto p¨²blico por alumno ha pasado de 4.049 euros en 2004 a 5.520 en 2008; al tiempo que la ratio alumnos por profesor se ha situado, para 2008, en 12,4 en Primaria y 8,3 en Secundaria (14,6 y 12, respectivamente, de media en la UE). Un esfuerzo gravemente bald¨ªo, cuya magnitud se visualiza mejor si pensamos lo que supone que m¨¢s de 16.000 j¨®venes valencianos fracasen en la ESO cada a?o, tras haber destinado a su formaci¨®n m¨¢s de 50.000 euros a lo largo de sus 12 o 13 a?os de escolarizaci¨®n.

Pues bien, las medidas enunciadas en el marco del citado Plan de choque contra el fracaso escolar valenciano -nueva ley de formaci¨®n de las personas adultas, pruebas libres para la obtenci¨®n del t¨ªtulo de Bachillerato, implantaci¨®n de contratos/programa con cada centro, flexibilizaci¨®n del horario de tutor¨ªa para la asistencia de los padres y nuevo plan de formaci¨®n del profesorado-, se me antojan medidas todas ellas necesarias, pero no suficientes.

Necesitamos, adem¨¢s, otras medidas. 1) Sistema de ex¨¢menes de final de etapa, basados en un conjunto de est¨¢ndares de rendimiento que establezcan los logros que habr¨¢n de acreditar los alumnos; 2) Capacidad de decisi¨®n de escuelas y profesores de acuerdo con un modelo que combine m¨¢s autonom¨ªa de procesos, concertaci¨®n de recursos y control externo de resultados; 3) Evaluaci¨®n sistem¨¢tica de centros y pilotaje de los mismos, con vistas a la intervenci¨®n externa a fin de asegurar un nivel satisfactorio de resultados para todas las escuelas; 4) Atraer a la docencia a las personas m¨¢s adecuadas y formarlas convenientemente, as¨ª como ligar la carrera docente con la evaluaci¨®n del desempe?o de la profesi¨®n; 5) Proporcionar la informaci¨®n necesaria a escuelas y profesores (la docencia una profesi¨®n rica en conocimiento) para que sean capaces de facilitar la mejor instrucci¨®n a cada estudiante y la intervenci¨®n pedag¨®gica adecuada, a fin de que ning¨²n alumno se quede atr¨¢s y ning¨²n talento se malogre; 6) Promover una cultura del logro que impregne el sistema educativo en su conjunto, orient¨¢ndolo abiertamente a la excelencia y la equidad en los resultados. 7) Compromiso con el mantenimiento sostenido durante los pr¨®ximos 15 a?os del actual esfuerzo inversor en educaci¨®n, combinado con la revisi¨®n de las partidas del gasto p¨²blico en esta materia con el objetivo de dirigirlo de acuerdo con los principios de equidad y m¨¦rito. 8) Una Ley de Educaci¨®n valenciana, inteligente, de amplia base parlamentaria y social, compatible con pol¨ªticas educativas diversas, y cuyas modificaciones precisen de mayor¨ªas cualificadas.

Una agenda dif¨ªcil. Pero en momentos as¨ª recuerdo aquellas palabras de Ortega, "s¨®lo es posible avanzar cuando se mira lejos, s¨®lo cabe progresar cuando se piensa en grande". Y la educaci¨®n valenciana ha de avanzar para que nuestra sociedad progrese.

Vicente D¨ªaz es inspector y profesor de la Universidad de Alicante.