El primer gran cisma que sufre el Banco Central Europeo agrava la crisis del euro
El alem¨¢n J¨¹rgen Stark, economista jefe del BCE, dimite como miembro del Consejo Ejecutivo por su oposici¨®n a la compra de bonos de Espa?a e Italia
El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), el alem¨¢n J¨¹rgen Stark, present¨® ayer su dimisi¨®n "por razones personales". La dimisi¨®n es reflejo del primer gran cisma que vive el BCE desde su creaci¨®n, un cisma que agrava la crisis fiscal que vive la zona euro al dejar algo tocada a la instituci¨®n m¨¢s respetada de la moneda ¨²nica. Stark fue, junto al jefe del banco central alem¨¢n (Bundesbank) Jens Weidmann, uno de los principales opositores al programa de compra de bonos de Italia y Espa?a por parte del banco emisor del euro. El dimisionario es uno de los m¨¢s destacados halcones de la pol¨ªtica antiinflacionista en el seno del BCE. La entidad europea ha invertido 50.000 millones de euros desde la ampliaci¨®n del programa de compra de deuda soberana a Italia y Espa?a, decidida este mes de agosto por el Consejo Ejecutivo del BCE.
La dimisi¨®n en el eurobanco agudiz¨® la ca¨ªda del euro y de las Bolsas
La divisi¨®n del BCE es un nuevo golpe a la gobernanza de la moneda ¨²nica
La decisi¨®n puso coto al aumento descontrolado de los precios de la deuda de Espa?a e Italia. Los alemanes Stark y Weidmann se opusieron a la medida, as¨ª como otros dos miembros del Consejo. Forman parte de dicho gremio los 17 presidentes de los bancos centrales del euro, adem¨¢s de los seis miembros de su ¨®rgano rector: el presidente, Jean Claude Trichet, el vicepresidente y los representantes de las cuatro grandes econom¨ªas del euro: Alemania, Francia, Italia y Espa?a. Como economista jefe y como miembro de dicho comit¨¦, Stark es el alem¨¢n con mayor peso en el BCE.
Los cr¨ªticos -alemanes, holandeses y austriacos- a la compra de bonos de los pa¨ªses m¨¢s afectados por la crisis de deuda consideran que la medida vulnera el mandato del BCE, que es vigilar la inflaci¨®n. Acusan a Trichet de poner en juego la credibilidad del BCE y de la propia moneda com¨²n. Consideran que, al comprar bonos, el BCE est¨¢ neutralizando el principal aliciente para que los pa¨ªses entrampados pongan en orden sus cuentas. En Alemania hace muchos meses que influyentes economistas como Hans-Werner Sinn contemplan la ruptura del euro como un mal menor. La Uni¨®n Monetaria tambi¨¦n pierde simpat¨ªas entre la opini¨®n p¨²blica. El zigzagueante rumbo pol¨ªtico que sigue la canciller Angela Merkel no ayuda a la comprensi¨®n de la crisis ni a la aceptaci¨®n de las medidas para atajarla. La dimisi¨®n de Stark, como ya se vio ayer en la reacci¨®n de los mercados burs¨¢tiles y de divisas, vierte gasolina al fuego.
No cabe duda de que Stark dimite por su oposici¨®n frontal al programa de compra de deuda. La expres¨® ya en mayo de 2010, cuando el BCE comenz¨® a comprar bonos griegos. La reactivaci¨®n del programa en agosto y la inclusi¨®n de Italia y Espa?a provocaron un aluvi¨®n de cr¨ªticas desde Alemania. La compra de deuda soberana supone la puesta en com¨²n de los riesgos financieros de los 17 y la financiaci¨®n indirecta de los pa¨ªses beneficiados. El BCE ha comprado bonos por un montante total de m¨¢s de 120.000 millones de euros.
Los que se oponen al programa de compra desde el seno del BCE, como Stark y Weidmann, se ven impotentes para frenarlo en un Consejo de 23 miembros que, adem¨¢s, pronto dirigir¨¢ un presidente italiano, Mario Draghi. El portugu¨¦s V¨ªtor Const?ncio seguir¨¢ de vicepresidente. Basta con mencionar la procedencia de ambos para que den un respingo los defensores alemanes de la cl¨¢sica l¨ªnea dura antiinflacionista del Bundesbank. Las cr¨ªticas alemanas hicieron perder la calma el jueves a Trichet, que defendi¨® como "impecable" la tarea del BCE en sus 13 a?os de vida.
La compra de bonos por parte del BCE fue un sapo duro de tragar para la democristiana Merkel (CDU), que desde que comenz¨® la crisis de deuda en 2010 ha cedido una posici¨®n tras otra. No hace ni dos a?os, la canciller y su ministro de Hacienda Wolfgang Sch?uble (CDU) aseguraban que Alemania no dar¨ªa dinero a Grecia. Desde entonces, el ejecutivo alem¨¢n ha impuesto duras condiciones antes de retirar cada una de sus trabas a los rescates europeos. Durante su reciente discurso parlamentario en defensa del euro, la canciller insisti¨® en lo que parece haber convertido en su en¨¦simo basti¨®n defensivo: el rechazo a los eurobonos como soluci¨®n a la crisis de deuda. Alemania, dice, no quiere endeudarse conjuntamente con sus socios.
La dimisi¨®n de Stark parece dar la raz¨®n al l¨ªder socialdem¨®crata Sigmar Gabriel (SPD), que se burl¨® el jueves de estos remilgos asegurando que el programa de compra de bonos, que ella aprob¨®, ya supone de hecho la puesta en com¨²n de los riesgos. El Gobierno no quiere eurobonos, dijo, pero a cambio tenemos "Merkel-bonos". El SPD defiende la emisi¨®n de deuda conjunta en forma de bonos europeos como soluci¨®n a la amenaza de la ruptura del euro.
El miembro espa?ol del Comit¨¦ Ejecutivo del BCE, Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez P¨¢ramo, declar¨® ayer en una entrevista a Radio Nacional que la hip¨®tesis de que Grecia deje el euro presenta un "escenario irracional". El euro, razon¨®, "no est¨¢ en crisis", lo que est¨¢ en crisis es su gobernanza. Desde ayer, con la visualizaci¨®n del cisma en el BCE, un poco m¨¢s.
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