Halc¨®n europeo, paloma alemana
Stark no mostr¨® ante los incumplimientos fiscales y la falta de ortodoxia de Alemania el rigor extremo del que ha hecho gala en el BCE
Dado el portazo con el que dej¨® temblando las Bolsas europeas y la moneda com¨²n, J¨¹rgen Stark insiste en que se va por convicci¨®n. La prensa alemana m¨¢s conservadora se deshac¨ªa ayer en paneg¨ªricos para un "hombre de perfil claro". Lo dec¨ªa el populista Bild, que aseguraba adem¨¢s que Stark "siempre fue leal" al presidente Jean-Claude Trichet en el Banco Central Europeo (BCE). Con Stark se va el segundo halc¨®n alem¨¢n del c¨ªrculo ¨ªntimo de guardianes del euro. Hace menos de medio a?o, el entonces presidente del Banco Central alem¨¢n (Bundesbank), Axel Weber, anunci¨® para pasmo de todos que no se presentar¨ªa como candidato a la presidencia del banco de bancos. El enfado en Berl¨ªn fue notorio, puesto que ve¨ªan en Weber la encarnaci¨®n de las tradiciones del Bundesbank. Lo mismo que en Stark.
La dimisi¨®n da fe de que el BCE no es un Bundesbank para 17 pa¨ªses
La canciller Angela Merkel (CDU) esperaba que defendieran en Fr¨¢ncfort las posiciones alemanas en la gobernanza del euro. Tambi¨¦n le conven¨ªa a la democristiana poder contar a sus votantes conservadores c¨®mo el BCE se rige por criterios alemanes. La dimisi¨®n es una se?al de que el Banco Central Europeo no es un Bundesbank para 17 pa¨ªses. La noticia no es bienvenida en Alemania.
Como Secretario de Estado de Hacienda entre 1995 y 1998, J¨¹rgen Stark fue uno de los arquitectos del Pacto de Estabilidad europeo. Gobernaban entonces los democristianos y los liberales del FDP bajo el canciller Helmut Kohl (CDU). A¨²n se recuerda a Stark como un implacable negociador, empe?ado en apretar las tuercas de los acuerdos de la Uni¨®n Monetaria. Junto al ministro de Hacienda, el socialcristiano b¨¢varo Theo Waigel (CSU), Stark form¨® un t¨¢ndem temido por los socios del sur. Seg¨²n recogen algunos medios, Stark se presentaba con un juego de palabras: "Me llamo Stark [fuerte, en alem¨¢n], stark como el mark (marco alem¨¢n)".
Cuando Kohl perdi¨® las elecciones de 1998, Stark pas¨® a trabajar en el Bundesbank. Era vicepresidente del banco central alem¨¢n cuando Alemania viol¨®, en connivencia con Francia, los estrictos criterios de estabilidad que ¨¦l hab¨ªa contribuido a imponer. Si bien carec¨ªa entonces de capacidad de decisi¨®n pol¨ªtica para evitarlo, tampoco sali¨® a la palestra para condenarlo p¨²blicamente. Tras vulnerar los criterios de estabilidad, Alemania y Francia acordaron ablandar el mecanismo de sanciones. Aquella decisi¨®n contribuy¨® decisivamente a la actual crisis de duda europea.
Stark s¨ª que supo abandonar su legendario rigorismo cuando, como alto funcionario de Hacienda responsable de asuntos monetarios, abog¨® por la equiparaci¨®n del marco occidental con el oriental para facilitar la unificaci¨®n de Alemania en 1990. Pol¨ªticamente fue una medida comprensible, pero econ¨®micamente desastrosa. Cuando se trata de asuntos nacionales, la implacabilidad de Stark ha sido menos rigurosa.
Stark pas¨® a trabajar en el BCE en 2006. Su letan¨ªa desde entonces ha sido la estabilidad del euro. En la prensa francesa lo han llamado "el hombre del d¨¦ficit cero".
El economista renano de 63 a?os abandona el barco en mitad de la tormenta. La extempor¨¢nea dimisi¨®n del halc¨®n pill¨® a todos por sorpresa, tambi¨¦n a los que comparten sus convicciones. ?D¨®nde podr¨¢ defenderlas mejor que en el Comit¨¦ Ejecutivo del BCE? Tampoco la delicada situaci¨®n del la moneda com¨²n ha sido motivaci¨®n suficiente para que se quede en la Torre del Euro.
Tras la dimisi¨®n de ayer, la prensa alemana especulaba con el probable nombramiento de J?rg Asmussen como su sucesor en el BCE. Es el secretario de Estado de Hacienda del ministro Wolfgang Sch?uble. Es probable que en Berl¨ªn lo echen en falta m¨¢s de lo que echar¨¢n de menos a Stark sus colegas europeos en Fr¨¢ncfort.
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