Entre CiU y PP anda el juego
Como era previsible, el debate sobre la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica ha presidido la Diada de este a?o. A falta de convicci¨®n necesaria para dar pasos m¨¢s decididos hacia adelante, la sociedad catalana siempre se ha sentido c¨®moda en el ejercicio de mostrar la indignaci¨®n frente a los ataques exteriores -aquellos que vienen de las instituciones espa?olas- especialmente en aquellos temas que permiten exhibir un amplio consenso. La inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica es un ¨¦xito ampliamente reconocido. Hay que defender efectivamente la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica por el catal¨¢n y por la cohesi¨®n de la sociedad, dos condiciones b¨¢sicas para que la transici¨®n nacional que seg¨²n el presidente Artur Mas "se est¨¢ haciendo" conduzca a alguna parte. Y hay que defenderla de fuera, pero tambi¨¦n en las pol¨ªticas propias, no ocurriera que los recortes que est¨¢n ya llegando a la educaci¨®n hicieran en este terreno tanto da?o como el enemigo exterior.
En Madrid, no creen que CiU est¨¦ dispuesta a saltar las l¨ªneas rojas, porque piensan que la ciudadan¨ªa catalana no lo est¨¢
Catalu?a tiene un sistema pol¨ªtico a cinco o seis partidos, claramente distinto del bipartidismo imperfecto espa?ol, que potencialmente ofrece mayor vivacidad democr¨¢tica. Las posibilidades de elecci¨®n son mayores y, por tanto, las de participaci¨®n tambi¨¦n. Pero este sistema, en este momento, est¨¢ averiado por la crisis de la izquierda, despu¨¦s del frustrante paso por la experiencia de Gobierno tripartito. Hay en la pol¨ªtica catalana dos partidos al alza y tres a la deriva. Es obvio que CiU, que resisti¨® sin aver¨ªas internas la dif¨ªcil experiencia de vivir sin el poder, su lugar natural, tiene un amplio dominio de la escena pol¨ªtica. No solo por el poder acumulado en las dos ¨²ltimas elecciones (auton¨®micas y municipales) sino porque, aun sin mayor¨ªa absoluta, tiene la iniciativa ante una oposici¨®n en estado comatoso. El otro partido crecido es el PP. No tanto por los resultados obtenidos en Catalu?a, que siguen siendo muy modestos para un partido que va camino de una mayor¨ªa absoluta en Espa?a, sino por la curva ascendente de la derecha en la pol¨ªtica espa?ola, a punto de hacerse con el monopolio del poder pol¨ªtico.
Dec¨ªa d¨ªas atr¨¢s Duran Lleida que el PSC grita tanto en Catalu?a que no le queda voz para hacerse o¨ªr en Espa?a. Debe tener el o¨ªdo muy fino, el l¨ªder de Uni¨®, porque yo francamente hace tiempo que no oigo la voz del PSC en ninguna parte. Es un partido a la deriva: sin discurso, sin una nueva direcci¨®n despu¨¦s de la derrota, que a fuerza de querer contentar a todo el mundo ha conseguido que nadie sepa d¨®nde est¨¢. Le queda todav¨ªa la oportunidad de otra dolorosa experiencia electoral, la del 20-N, para que se d¨¦ cuenta de que su futuro est¨¢ en juego y se imponga un Congreso de refundaci¨®n. Esquerra Republicana vive uno m¨¢s de tantos episodios cainitas de la familia independentista, del que es imposible prever la salida, por lo menos mientras no supere el complejo que arrastra con Converg¨¨ncia i Uni¨®. Iniciativa per Catalunya, encerrada en su nicho, no se da cuenta de que el espacio se va achicando y que un d¨ªa puede morir de asfixia. No basta repetir los t¨®picos de siempre para hacer una pol¨ªtica con aspiraciones.
Con este panorama, la pol¨ªtica catalana -como la Diada confirma- ha quedado reducida a un juego entre CiU y PP. Ellos pactan, ellos se pelean. Se amenazan y se intimidan pero en el ambiente est¨¢ la convicci¨®n de que no llegar¨¢ la sangre al r¨ªo. Alicia S¨¢nchez-Camacho se puede permitir chulear a CiU con la cuesti¨®n de la lengua porque sabe que la ley de los dineros juega a su favor. Y el PP se atreve incluso con la Diada, a trav¨¦s de este ariete de la ignominia que han encontrado en Badalona, porque sabe que todo quedar¨¢ en tormenta teatral. La alianza entre CiU y el PP tiene s¨®lidas bases porque hay concordancia en las pol¨ªticas econ¨®micas que seguir y porque el PP tendr¨¢ pronto el poder en Madrid y esto para la gente de seny cuenta mucho. De modo que la transici¨®n nacional en estos momentos es m¨¢s bien un impasse. Por lo menos a la espera del 20-N. Y de que se concrete qu¨¦ es lo que significa el pacto fiscal y hasta qu¨¦ punto hay disposici¨®n de dar la batalla. En Madrid, no se creen que Converg¨¨ncia est¨¦ dispuesta a saltar las l¨ªneas rojas, simplemente porque creen que la ciudadan¨ªa catalana no lo est¨¢. Y si algo sabe CiU es no ir nunca m¨¢s deprisa que el electorado. Con la izquierda desorientada y con el independentismo dividido, nadie aprieta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.