Turqu¨ªa exporta la democracia islamista
El primer ministro Erdogan inicia en Egipto una gira por los pa¨ªses de la primavera ¨¢rabe para convertir a Ankara en el referente pol¨ªtico y econ¨®mico de la regi¨®n
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, lleg¨® anoche a El Cairo con tres objetivos: erigirse en l¨ªder de la "primavera ¨¢rabe", pese a no ser ¨¢rabe ¨¦l mismo, promocionar el modelo del islamismo moderado y democr¨¢tico, y exhibir m¨²sculo ante Israel. Antes de dejar su pa¨ªs afirm¨® que el asalto israel¨ª a la nave Mavi Marmara, en mayo del a?o pasado, era "motivo de guerra". Esa palabra, "guerra", fue escogida cuidadosamente para enardecer a la opini¨®n p¨²blica ¨¢rabe, cada vez m¨¢s furiosa con lo que percibe como arrogancia de Israel.
El Cairo fue el inicio de una gira que en cuatro d¨ªas hab¨ªa de llevarle a los tres pa¨ªses que en los pasados meses derrocaron a sus dictadores: Egipto, T¨²nez y Libia. Erdogan se mostr¨® muy interesado en darse un ba?o de multitudes para disfrutar de su popularidad, la mayor disfrutada por un no ¨¢rabe entre los ¨¢rabes desde que el kurdo Saladino arrebat¨® Jerusal¨¦n a los cruzados.
El gobernante turco desecha su idea de visitar Gaza ante el rechazo egipcio
Erdogan espera poder darse un ba?o de multitudes en la plaza Tahrir
Propuso a las autoridades militares egipcias que le permitieran acudir a Gaza para lanzar un desaf¨ªo al bloqueo israel¨ª, pero eso no le pareci¨® una gran idea al presidente de facto, el mariscal Mohamed Hussein Tantaui, muy poco amigo de Ham¨¢s y de los grupos islamistas armados que pululan por la Franja, y anoche la idea qued¨® desechada por el propio Erdogan. Tambi¨¦n mostr¨® su deseo de hablar al pueblo egipcio desde la emblem¨¢tica plaza de Tahrir, una opci¨®n que Tantaui y su Gobierno consideraron muy peligrosa dada la volatilidad del ambiente pol¨ªtico local y el riesgo de que el discurso inflamara los ¨¢nimos y provocara disturbios similares a los del viernes, cuando miles de manifestantes atacaron la Embajada de Israel y provocaron la evacuaci¨®n del embajador y de casi todo el personal diplom¨¢tico.
Erdogan ten¨ªa previsto, en cualquier caso, acudir a la reuni¨®n en que la Liga ?rabe, con sede en El Cairo, deb¨ªa refrendar la iniciativa palestina de reclamar a la ONU el reconocimiento de un Estado propio, y reunirse con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, para expresarle su pleno apoyo. Tambi¨¦n hab¨ªa preparado un discurso en el que deseaba dibujar un futuro regional basado a la vez en el islamismo y los mecanismos democr¨¢ticos y dirigido a reducir el poder israel¨ª.
Turqu¨ªa se ha lanzado a un aut¨¦ntico torbellino diplom¨¢tico desde que la "primavera ¨¢rabe" modific¨® los equilibrios de la zona y redujo la utilidad del mecanismo de "relaci¨®n con todos" en que Erdogan hab¨ªa basado hasta entonces su pol¨ªtica exterior. Las relaciones con Israel, con quien manten¨ªa una estrecha cooperaci¨®n comercial y militar, empezaron a agriarse con la guerra de Israel contra Gaza en diciembre de 2009 y empeoraron con el asalto al Mavi Marmara, una de las naves que en mayo de 2010 intentaron romper el bloqueo sobre la Franja, con el resultado de nueve ciudadanos turcos muertos. Despu¨¦s de aquel incidente, el primer ministro turco utiliz¨® palabras muy duras. Ahora va m¨¢s lejos: puede permitirse hablar de "guerra", aunque la descarte acto seguido como muestra de la "grandeza turca", y subrayar la palabra con el env¨ªo de varios buques de guerra al Mediterr¨¢neo oriental, una zona mar¨ªtima en la que Israel ha venido imponiendo sin obst¨¢culos el control de la navegaci¨®n.
Erdogan disfruta de gran popularidad entre la poblaci¨®n egipcia. Pero es menos popular entre los militares y las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, que sospechan que Turqu¨ªa intenta aprovecharse de las horas bajas que vive Egipto para suplantarle en su hist¨®rica funci¨®n de liderazgo regional.
Turqu¨ªa y Egipto atraviesan fases muy distintas. El islamismo moderado de Erdogan acaba de obtener un rotundo respaldo en las urnas y la econom¨ªa turca capea sin grandes agobios la crisis econ¨®mica internacional. Egipto, en cambio, sufre una crisis profunda y se enfrenta a un futuro incierto, pendiente de unas elecciones a la presidencia y al Parlamento constituyente para las que no hay todav¨ªa fecha y con una poblaci¨®n frustrada por el desempleo y por la inc¨®gnita de si la revoluci¨®n de febrero fue aut¨¦ntica o el recambio de una dictadura por otra. Eso, y las perspectivas diferentes respecto a Israel, hace improbable la obtenci¨®n de grandes acuerdos bilaterales.
La situaci¨®n del orden p¨²blico en Egipto es tan precaria que el mariscal Tantaui ha restablecido las leyes de excepci¨®n en que se bas¨® la dictadura del expresidente Hosni Mubarak y ha anunciado, para prevenir la repetici¨®n de batallas campales como la del viernes, que la polic¨ªa disparar¨¢ en cuanto se produzcan situaciones de violencia callejera.
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