Aires de despedida en el Senado

En mitad de una temporada sembrada de noticias p¨¦simas sobre la marcha de la econom¨ªa, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se encontr¨® ayer, inesperadamente, con un par¨¦ntesis de alivio en el Senado. Lo que en m¨¢s de siete a?os ha sido un ring en el que el portavoz del PP, P¨ªo Garc¨ªa-Escudero, sacud¨ªa a Zapatero sistem¨¢ticamente en las sesiones mensuales de control, ayer se convirti¨® en una balsa de aceite, en la que el portavoz de la oposici¨®n le mostr¨® su respeto y le reconoci¨® su tono en estos a?os, as¨ª como haber inaugurado las sesiones de control en el Senado, con el consiguiente realce de la C¨¢mara alta.

Garc¨ªa-Escudero ten¨ªa tan interiorizada la pol¨ªtica de crispaci¨®n de estos a?os que cit¨® sus puntos de confrontaci¨®n con Zapatero -reforma del Estatuto de Catalu?a, di¨¢logo con ETA y la crisis-, e incluso admiti¨® que un punto clave para el Senado y el programa de Zapatero en 2004, la reforma de la C¨¢mara alta, no pudo llevarse a cabo por el clima existente entre Gobierno y PP sobre la pol¨ªtica territorial.

El portavoz del PP ha esperado a la ¨²ltima sesi¨®n para hacer autocr¨ªtica

El portavoz del PP esper¨® a esta ¨²ltima sesi¨®n de control, a la despedida de Zapatero, para hacer un reconocimiento en el que hab¨ªa un evidente punto de autocr¨ªtica. No parece ajena a esta actitud del PP la cercan¨ªa de unas elecciones en las que todas las encuestas lo dan por rotundo ganador, y en las que sus l¨ªderes empiezan a verse en la responsabilidad del poder. Pero junto a esta in¨¦dita, por bals¨¢mica, sesi¨®n, qued¨® el regusto amargo de lo que estos a?os pudieron ser y no fueron por la falta de un consenso clave entre Gobierno y PP en la pol¨ªtica territorial.

El principal objetivo, la reforma del Senado para reconvertirlo en C¨¢mara territorial, no se ha logrado. Garc¨ªa-Escudero tuvo la honestidad, ayer, de reconocer que cuando la plante¨® Zapatero, al comienzo de su primera legislatura, el clima pol¨ªtico no la favorec¨ªa. Y Zapatero, a su vez, admiti¨® sus dificultades por el sistema de designaci¨®n de los senadores y por la relaci¨®n predominante entre las autonom¨ªas y el Estado.

Hubo, tambi¨¦n, un reconocimiento mutuo de que el arranque de la Conferencia de Presidentes, pese a sus insuficiencias, ha sido una buena experiencia para la pol¨ªtica territorial, as¨ª como de la necesidad de reformar el formato del debate sobre el estado de las autonom¨ªas, donde Zapatero tuvo el gesto de reconocer que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tuvo raz¨®n cuando ya lo pidi¨® en 1997.

Reconocimientos de este tipo son los que crean las bases para los acuerdos. La l¨¢stima es que se produzcan cuando las legislaturas se acaban.